Carlos Buesa y Tamara Maes, fundadores de Oryzon Genomics.
Solo un día después de anunciar el traslado de su sede de Barcelona a Madrid, la empresa biotecnológica
Oryzon Genomics comienza a ver los efectos positivos de su decisión. En la mañana de este miércoles, la compañía que dirige Carlos Buesa ha abierto la sesión en Bolsa con
una fuerte subida de casi el 20 por ciento, al pasar de cotizar sus acciones 1,79 euros en la sesión de ayer a 2,14 euros en la de la jornada siguiente.
Se trata de una circunstancia atípica en el devenir económico de la farmacéutica del último año. Tal y como publicó
Redacción Médica el pasado martes,
el 2017 no había sido un buen año para Oryzon Genomics, especialmente después de romper su pacto con Roche para desarrollar un inhalador selectivo en leucemia aguda. Este ‘divorcio’ provocó que los valores de Oryzon cayeran en picado en Bolsa,
hasta el punto de que la cuantía de sus acciones acumulaban una caída, hasta este martes, del 58 por ciento.
De Cornellà a Madrid
En concreto, Oryzon comunicó el traslado a la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el martes por la tarde. En su escrito, la farmacéutica aseguró que “con el fin de optimizar sus operaciones y la relación con los inversores,
el Consejo de Administración de Oryzon ha acordado trasladar su domicilio social desde el actual en Cornellà de Llobregat, Barcelona, a Madrid, donde se establece su efectiva administración y dirección”.
Una reforma legal atribuyó hace dos años a los consejos de administración de las empresas la facultad de trasladar su sede social a cualquier lugar dentro del territorio nacional. Hasta ese momento, el consejo solo podía trasladar la sede dentro del mismo municipio y
era necesaria la aprobación de la junta de accionistas para moverse a otro municipio.
Oryzon, que fue fundada en el año 2000 en Barcelona, se ha convertido en una biofarmacéutica de fase clínica líder europea en el ámbito de la epigenética.
La compañía también dispone de una fuerte plataforma tecnológica para la identificación de biomarcadores y dianas terapéuticas para enfermedades oncológicas y neurodegenerativas. La compañía tiene oficinas en Barcelona y Cambridge (Massachusetts).
La compañía ha ingresado 2,8 millones de euros en el primer semestre del año y ha registrado unas pérdidas de 2,7 millones. Sin embargo, la empresa atribuyó esos números rojos a la especificidad del modelo de negocio de las empresas del sector, que requieren de mucho capital hasta que logran comercializar su producto.
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