De izquierda a derecha, Julián Sevilla, Juan Bueren, Aurora de la Cal (Secretaria de la Fundación de anemia de Fanconi), Paula Río y Susana Navarro.
Un
ensayo clínico de
terapia génica en pacientes con
anemia de Fanconi demuestra por primera vez la formación de células de la sangre de estos pacientes a partir de sus propias
células madre a las que se les ha corregido el defecto génico.
Ha sido realizado por miembros del programa 'Eurofancolen', coordinador por
Juan Bueren, investigador del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Ciber de Enfermedades Raras (Ciberer) y el IIS de la Fundación Jiménez Díaz, bajo la dirección clínica de
Julián Sevilla, de la Fundación del Hospital Niño Jesús de Madrid.
Las primeras firmantes del trabajo son
Paula Río y
Susana Navarra, del Consorcio Ciemat-Ciberer-Fundación Jiménez Díaz.
Predisposición al cáncer
La anemia de Fanconi se caracteriza por un
fallo de la médula ósea y una predisposición al cáncer, que se manifiesta en la mayor parte de los pacientes por la deficiente producción de células sanguíneas a edades muy tempranas.
Aparte de otros tratamientos paliativos,
el trasplante de células madre sanguíneas de un donante sano constituye actualmente la terapia de elección en estos pacientes. Aunque este tipo de trasplante ha mejorado sustancialmente en los últimos años, no todos los pacientes tienen un donante adecuado.
Además, estos tratamientos requieren de una quimioterapia pretrasplante, no exenta de reacciones de rechazo y de otro tipo de riesgos más a largo plazo.
Gen FANCA
El trabajo, publicado en
Nature Medicine, está enfocado a los pacientes con anemia de Fanconi que no poseen un donante familiar y que tienen mutaciones en el gen FANCA, que es el que está afectado en la mayoría de los pacientes españoles con esta enfermedad.
Las células madre corregidas se expandieron progresivamente en la médula ósea de los cuatro pacientes tratados
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En este estudio se demuestra, por primera vez, la posibilidad de realizar un nuevo procedimiento de terapia génica basado, en primer lugar, en la
movilización de las células madre del paciente desde la médula ósea a la sangre.
De esta manera, se pueden recoger las células de la propia sangre a través de aféresis, que realizan las Unidades de Hematología Pediátrica de los hospitales Niño Jesús de Madrid o Vall d’Hebron de Barcelona.
Corregir el defecto genético
A este proceso le sigue una segunda etapa en la que se corrige el defecto genético de las células madre mediante la inserción de la versión correcta del gen a través de un virus modificado. Esta esta se realiza a lo largo de un día en una sala estéril del Ciemat, la Sala Blanca CliniStem.
Finalmente,
las células corregidas del defecto genético se envían al Hospital Niño Jesús para su reinfusión en el paciente, sin que este reciba ningún tratamiento de quimioterapia como el que se usa en los trasplantes con células de un donante sano.
Crecimiento preferente
Los autores de este trabajo han demostrado que las células madre corregidas del defecto genético injertaron y se expandieron progresivamente en la médula ósea de los cuatro pacientes tratados, gracias a su crecimiento preferente frente a las no corregidas.
Asimismo, los autores han demostrado que, con el paso del tiempo, la proporción de células sanas ha ido aumentando en la sangre de los pacientes de manera progresiva. Al cabo de los tres años de tratamiento,
más de la mitad de las células de la sangre de uno de los pacientes tratados resultaron ser células sanas, es decir, corregidas del defecto genético.
Estabilización del problema
Como consecuencia de este tratamiento, en los pacientes con un número mayor de células sanas se ha observado una estabilización del problema hematológico característico de la enfermedad. Por el momento, este tratamiento está restringido a un uso experimental en fase clínica.
Los resultados obtenidos abren
nuevas expectativas para el tratamiento de los pacientes con anemia de Fanconi, ya que nunca antes se había observado que la terapia génica fuera eficaz en esta enfermedad.
El hecho de que no sea necesario administrar quimioterapia como paso previo a la infusión de las células en los pacientes permite que éstos puedan abandonar el hospital a los dos o tres días de la autotransfusión de sus células corregidas.
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