Representantes de asociaciones de directivos y pacientes abordan en Redacción Médica las conclusiones del informe Amphos

María Andión, Carina Escobar, Patricia Alonso y Pilar Garrido.


12 jun. 2022 17:50H
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Los cambios sociales que han arrastrado consigo la pandemia del covid y la consecuente transformación del Sistema Nacional de Salud han destapado de nuevo el debate sobre la necesidad de ‘reubicar’ al paciente para convertirlo en eje central del proceso asistencial. Pero, ¿qué modelo es el más adecuado? Y ¿cómo deben reorganizarse los recursos tanto tecnológicos como a nivel de infraestructura para conseguirlo? En resumen: ¿Qué asistencia sanitaria queremos en 2025?

En torno a estas cuestiones gira el último debate organizado por Redacción Médica con la colaboración la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), que recientemente ha publicado séptima edición del informe Amphos. Un estudio que cumple diez años y que pone sobre la mesa medidas concretas para dar solución a retos del SNS desde un punto de vista práctico: gestión clínica, continuidad asistencial, alianzas estratégicas y medición de resultados en salud.

El análisis de Amphos cumple diez años. ¿Cuáles son las principales conclusiones de esta última edición?

Patricia Alonso Fernández. Vocal de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA).  Lo que ha demostrado Amphos durante los últimos 10 años es que la transformación del SNS no es un destino, sino todo un viaje. El estudio, en el que han participado más de 300 profesionales, además de pacientes y representantes del resto de agentes que integran el sistema sanitario, ratifica el mensaje que llevamos transmitiendo desde hace tiempo desde SEDISA, que es que la gestión salva vidas.

Ninguna transformación es posible sin el consenso de todas las partes, y este informe, el séptimo que se publica, da respuesta a algunas de las necesidades que se han detectado en el SNS: la necesidad de llevar a cabo una transformación desde el punto de vista organizativo, la de incorporar al proceso la autogestión de la mano de la profesionalización y la de medir resultados.

¿Desde ese prisma de la profesionalización de la gestión sanitaria, ¿qué soluciones se pueden aportar a las debilidades del Sistema Nacional de Salud (SNS)?

María Andión Goñi. Vocal de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE). Una de las principales debilidades que tenemos en este momento, tal y como recoge el informe, tiene que ver con la propia estructura del SNS. Los distintos niveles asistenciales están fragmentados, y la Atención Primaria necesita un marco estratégico que todavía no hemos acabado de encontrar. Todos estos factores hacen que la sanidad sea en estos momentos poco proactiva. Además, tenemos otra serie de retos importantes que atender, desde el déficit en salud pública a la mejora de la atención a la cronicidad y al envejecimiento. A ello hay que añadir que estamos con una incipiente transformación digital a la que le queda mucho por desarrollar.

Pilar Garrido López. Presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme). Personalmente añadiría, desde la visión de los profesionales, que en estos momentos hay una gran desafección en la sanidad. La pandemia supuso un punto de inflexión en el que todos los agentes colaboraron con mucho entusiasmo y se flexibilizaron muchos aspectos, pero en esta etapa de postpandemia tengo la sensación de que hay mucho desencanto por parte de los profesionales, como si estuviésemos volviendo al modelo anterior, y eso me preocupa mucho.

Patricia Alonso y Carina Escobar, durante el debate en el plató de Redacción Médica.


¿Qué consecuencias tiene para los pacientes esta serie de problemáticas?

Carina Escobar Manero. Presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP): Mediante los estudios que hemos hecho desde la plataforma de la asociación de pacientes descubrimos que una persona que padezca una enfermedad crónica tarda entre tres y seis años para recibir el diagnóstico a su patología. La Atención Primaria ha estado poniendo el foco en otro sitio, lo que ha dilatado el proceso en el tiempo. Cuanto más tarde tarden los pacientes en tener un diagnóstico, más tarde llega el tratamiento, y eso añade sufrimiento a su vida pero también perjudica al propio sistema porque va a tener una persona más demandante de asistencia y de servicios. Tendríamos que haber llegado a acuerdos antes, porque nuestro sistema lleva años obsoleto y la pandemia no ha hecho más que demostrarlo: hay un agotamiento de los profesionales, la situación de los pacientes ha empeorado y necesitamos una solución ya. 




 Garrido: "Los pacientes no reclaman cercanía, sino excelencia. Y para eso es crucial reorganizarnos." 




¿Cuáles son los pilares del nuevo modelo asistencial que propone Amphos?

Patricia Alonso: Uno de los más importantes que se mencionan en el informe es la necesidad de crear organizaciones transversales, porque los pacientes y las enfermedades no entienden de niveles ni de especialidades. Hemos convertido la especialización en la estructura de la organización, pero eso no puede en ningún caso provocar división en la atención durante el proceso asistencial. Esto, como decía Andión, viene de la mano de la necesidad de adaptar la respuesta a la cronicidad, de contar con una Atención Primaria mucho más potente. Pero para ello necesitamos que, además, haya una mayor afección por parte de los profesionales hacia el propio sistema. Y por último, pero no menos importante, se debe ahondar en todos los asuntos vinculados a la transformación digital, a la formación y a la innovación.

María Andión: Yo añadiría otro elemento, que es el situar al paciente como agente activo. No solo porque es importante que participe en los procesos, sino porque debemos acercar el cuidado y la atención al domicilio del paciente. Esforzarnos por ser nosotros, proactivamente, los que vayamos hacia ellos. Los pacientes son los protagonistas absolutos, eso siempre se ha dicho, pero tenemos que pasar ya a la acción. Porque en el primer informe de Amphos, el Bernat Soria, se detectaron defectos en el sistema que seguimos arrastrando hoy en día.

Pilar Garrido: Los pacientes no reclaman cercanía, sino excelencia. Y para eso es crucial una reorganización. Es verdad que hemos tenido el parón de la pandemia, pero ya no debemos esperar más, y tenemos una oportunidad con un Perte de sanidad que puede suponer un punto de inflexión.

Carina Escobar: Creo que ahora mismo todo el mundo tiene una buena voluntad, y el Perte es el lugar donde se puede poner todo el común porque ahí estamos representados comunidades autónomas, sociedades científicas y pacientes. Es la base para tener una Medicina más segura.

¿Qué factores intervienen en ese proceso? El informe hace referencia, entre otros, al envejecimiento de la ciudadanía y su consecuente cronicidad.

María Andión. Para empezar, es importantísimo crear equipos multidisciplinares, multiprofesionales, para conectar todos los conocimientos y hacer del paciente el eje central de la atención. Eso requiere generar buenos canales de comunicación, hablar el mismo lenguaje y ahondar en la transformación digital. Es decir, necesitamos historias clínicas interoperables que podamos consultar desde unas comunidades a otras, que podamos analizar los datos utilizando las mismas taxonomías a la hora de poder explotarlos para la investigación. Ahí hay mucho recorrido que hacer todavía.

Pilar Garrido: Carina lo ha definido muy bien: tenemos los problemas detectados desde hace mucho. La pregunta clave es, ¿por qué no se avanza?. Del 2019 para acá probablemente la razón era que estábamos en otra cosa, pero ahora ha llegado el momento de analizar cuándo y cómo. Si tenemos claro que hay que implementar cambios, estos no pueden venir impuestos. Tienen que venir del consenso, con ecosistemas, con multidisciplinariedad.

Argumentaba la señora Alonso que existen puntos del primer informe Amphos que continúan vigentes. ¿Cuáles son y por qué no se ha hallado una solución?

Patricia Alonso: Si tuviéramos que destacar algunos puntos del famoso informe Bernat Soria, probablemente hay dos elementos que han persistido a lo largo de todo el tiempo. Por una parte, la necesidad de crear alianzas, porque al final el SNS es un ecosistema en el que cada uno juego un papel que además es transitorio: hoy eres profesional, mañana eres gestor o paciente. Otra de las claves del documento se refería a la transparencia, a la necesidad de poner en valor los resultados para comprarlos y buscar la auténtica equidad. Y, por último, la necesidad del desarrollo de la innovación.

¿Por qué no se está consiguiendo avanzar en esa transformación?

Patricia Alonso: Yo creo que no hay un único por qué. Es un problema multifactorial: normativo, de distribución de los recursos humanos, de organización por niveles… Y de hecho, dentro de la propia unidad nacional tenemos modelos de asistencia integrada en los que sigue estando fragmentada la atención especializada, hospitalaria, la Atención Primaria, y no hay un modelo que sea el gold standard para todos. Lo que está claro es que esto requiere no parar, porque cualquier transformación tiene que ir de la mano de pequeños cambios que tienen que estar orquestados. 



 Alonso: "La transformación digital debe promover un cambio de roles en el SNS para que todos los agentes aporten un valor máximo"  




Carina Escobar: Estoy de acuerdo en que la sanidad ya no se puede seguir mirando a corto plazo políticamente, eso es un error. Nosotras estamos recorriendo todas las comunidades autónomas y es cierto que hay una preocupación por la cronicidad, por el ámbito sociosanitario, por nuestros mayores, y todo el mundo está haciendo muchas cosas, pero el problema es que vamos desacompasados a la hora de decidir dónde ponemos los esfuerzos.

¿Cuál es el modelo más apropiado para llevar a cabo esa profesionalización de la gestión sanitaria?

Patricia Alonso: La profesionalización va necesariamente de la mano de la autogestión. Y de hecho, hemos visto cómo los equipos se han autogestionado a lo largo de estos últimos años a consecuencia de la necesidad imperiosa de la pandemia, aunque la complejidad sea cada vez mayor. No podemos seguir dejando la profesionalización y la excelencia en términos de gestión de lado, porque las empresas sanitarias son, sin duda, las más complicadas de gestionar. Nosotros hemos planteado la posibilidad de hacer un grado en gestión sanitaria para que nuestros gestores sean los mejores para las organizaciones más complejas. No puede ser que no tengamos conocimientos en este campo.

María Andión. Estamos absolutamente de acuerdo con SEDISA. Entendemos que los directivos sanitarios, sean médicos, sean enfermeros, sean farmacéuticos, somos directivos de organizaciones sanitarias y, por lo tanto, debemos de tender a la profesionalización de la gestión. Planteamos, junto con SEDISA, que un grado en gestión sanitaria puede ser una forma adecuada de hacerlo y también la necesidad que los directivos y los líderes gestores sean capaces de transmitir esa importancia de la gestión sanitaria al resto de los profesionales y pacientes. Es muy importante que todos seamos conocedores de los elementos de gestión, de lo que valen las cosas, de la importancia de tomar una decisión u otra a la hora de obtener mejores resultados en salud. No hay otra manera de hacerlo.

Pilar Garrido: Querría subrayar, desde la visión de los profesionales y desde Facme, la importancia de la gestión clínica y de dejar a los profesionales la oportunidad de que realicen una autogestión a determinados niveles. Creo que la formación en gestión para los profesionales es importante. Cuando eres MIR tienes que aprender a ser un buen médico, pero conforme vas desarrollando tu carrera profesional, tienes que tener capacidad para gestionar. La pandemia ha puesto de manifiesto que estructuras más flexibles que ponen por delante la necesidad de atender al paciente no solamente funcionan, sino que han llevado mucha ilusión a ámbitos en los que antes había desafección. Y eso tiene que ver con la autogestión. Por supuesto es importante la formación de los directivos, pero también hay que dejar a los profesionales ese margen de capacidad para la gestión clínica.

María Andión, junto a Pilar Garrido, en un instante durante el debate. 


Carina Escobar: Desde las entidades de pacientes hemos venido trabajando en que se cuente en estos órganos con el paciente, que esté en los comités, que tenga también esa participación más formal, porque así se aporta transparencia al sistema. Aparte, también es importante destacar la importancia de la corresponsabilidad. La ciudadanía tiene que ser más responsable con su salud, evitar la enfermedad en la medida de lo posible. Casi un 90 por ciento de las personas mayores de 65 años tiene por lo menos una patología crónica.

Durante el debate han incidido en la necesidad de abordar la transformación digital en sanidad. ¿Qué aspectos se deben enfatizar y cómo puede llevarse a cabo?

Pilar Garrido: Ya vamos tarde en ella y es fundamental. Por ejemplo, que las historias electrónicas que tenemos implementadas en la mayoría de los hospitales no estén estructuradas de forma común es una pérdida de oportunidad de un calibre tremendo. En Facme estamos también intentando impulsarlo con el Ministerio, con el que trabajamos para renovar el conjunto mínimo de datos para la interoperabilidad.

María Andión: La teleasistencia, que el paciente pueda comunicarse con nosotros e incluir esos resultados de salud en las historias electrónicas, y por supuesto una taxonomía interoperable para poder investigar y hacer modelos predictivos es esencial. Estamos todavía a años luz, pero tenemos en nuestra mano la posibilidad de implementarlo. Y en el ámbito de los cuidados, que desde ANDE protegemos muchísimo, yo creo que las tecnologías de la información ahora mismo son algo imprescindibles para poder cuidar bien a nuestros pacientes y poderlo hacer además donde ellos se encuentren más cómodos.

Patricia Alonso: Yo añadiría una clave de la transformación digital, que es el cambio de roles. O la transformación digital cambia la posición de cada uno de los elementos para que aporten valor de máximos, o realmente lo que haremos será una digitalización del sistema, pero no un auténtico proceso de transformación.

Conclusiones


Carina Escobar: Mi conclusión es que hemos de poner el foco en la cronicidad, en ayudar a los más débiles, a las personas que están más invisibilizadas. Eso es un compromiso de nuestra plataforma, intentar impulsar cambios que realmente ayuden a quien más lo necesita.

Patricia Alonso: Yo partiría de dos premisas del informe: que la pandemia ha demostrado la importancia que la salud tiene para la sociedad en general y que hay que contar con el conjunto de los agentes. Partiendo de esto, debemos abordar la enfermedad y los procesos asistenciales de manera global para evitar pérdidas y situaciones de ineficiencia y reivindicar la importancia de la formación en todos sus ámbitos, en la formación en gestión e incluso en el ámbito de la transformación digital. Y, por último, evaluar los resultados.

Pilar Garrido: Ya no hay excusas. El análisis de la situación estaba hecho, el informe Amphos es un buen ejemplo. Desde Facme, a raíz de la pandemia hicimos un documento serio abordando lo que pasaba con los pacientes que no eran covid en la era covid, cómo nos teníamos que organizar. La pandemia ha supuesto devastación, pero también la oportunidad para demostrar que otra forma de hacer las cosas era posible y que se llegaba más lejos. Hay un dinero que es finito pero que debería destinarse sobre a lo que reclama la sociedad.

María Andión: Estoy de acuerdo absolutamente con todos los planteamientos que se han hecho, y añadiría que hay que potenciar algunos roles profesionales para atender la cronicidad.
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