Patricia Alonso, miembro de la Junta Directiva de Sedisa.
Para los
directivos de la salud, la incorporación del
examen económico en los informes de posicionamiento terapéutico (IPT) no solo es un aspecto relevante, sino también necesario a la hora de tomar decisiones en la financiación de los fármacos. Por ello, creen conveniente la necesidad de contar con
evaluaciones "dinámicas" que permitan adaptarse al
impacto económico en condiciones reales y en función en de
los resultados, así como adaptarse en el tiempo
.
Así lo explica a
Redacción Médica Patricia Alonso, miembro de la Junta Directiva de
Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), tras conocerse que el Ministerio de Sanidad ha publicado el
primer IPT con examen económico: el de talazoparib indicado en pacientes con cáncer de mama.
“
El análisis económico se hace necesario desde el momento en el que como sociedad somos conscientes de que el dinero, como la energía, ni se crea ni se destruye, sino que
cambia de partida presupuestaria”, asegura Alonso. "Esto va de la mano de entender que
la información económica es relevante, pero que necesariamente tiene que ir de la mano de la
evaluación de los resultados".
En su opinión, cuantos más elementos se incorporen al análisis de los fármacos (es decir, no solo los clínicos sino también los económicos),
“más acertados estaremos en la toma de decisiones”. Por ello cree esta evaluación 'flexible' del IPT puede suponer
un 'coste de oportunidad', ya que “la valoración económica debe llevar incluido, no solo la inversión que una terapia requiere al ser financiada, sino también
lo que se deja de invertir en otras partidas asociadas a la gestión de una patología sin dicha terapia”.
Para los directivos de la salud, el examen económico es necesario, especialmente si hay cambios en las partidas presupuestarias
|
Asimismo, los directivos de la salud consideran que los nuevos IPT de última generación deben contar con
un examen técnico-económico dinámico, en lugar de lo que ahora consideran "estático". Es decir, una evaluación que permita modificarse en el tiempo en función de los resultados y
el impacto económico en condiciones reales, no basado exclusivamente en los ensayos clínicos.
“No podemos seguir tomando decisiones de semejante calando
en el momento de mayor incertidumbre en cuanto a los resultados tanto de los medicamentos, como de las tecnologías sanitarias”, defienden.
Además, Sedisa considera importante también incorporar
la opinión de los pacientes, además de la medición de los términos técnicos, para el análisis de resultados. “Éstos tienen que estar necesariamente en la ecuación para ayudarnos a definir los objetivos y, por tanto, el impacto real de cualquier actuación”.
Médicos y pacientes piden más peso para el criterio clínico
En contrapartida, y tal y como ha ido publicando este periódico, tanto
médicos como pacientes creen que el valor terapéutico y el económico del fármaco debe ser
objeto de informes diferenciados y públicos.
En este sentido, la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme)
explicó a Redacción Médica que el
plan de consolidación de los informes de posicionamiento terapéutico “se aleja de las propuestas europeas para la evaluación del valor clínico de los medicamentos y, desgraciadamente, consagra una anomalía”. Por ello, la organización ve como necesario incluir en las evaluaciones clínicas de medicamentos “independencia, rigor y transparencia”.
Los pacientes, por su parte, a través del
Foro Español de Pacientes (FEP), creen que
el examen económico de los nuevos IPT "va a eclipsar el criterio técnico". Y, aunque ven "razonable" incluir la evaluación económica en el criterio clínico, éste
no debe ser el único criterio ni el que más prevalezca.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.