Sustituir la
"libreta y el boli" por dispositivos digitales. Este era uno de los objetivos marcados por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en la remodelación que llevó a cabo hace ahora siete años.
Hoy, puede presumir de haberlo conseguido al ser ya un "hospital sin papel", tal como afirmaba Luis Marcelino Martínez, director Funcional de Sistemas de Información en el marco de la
Jornada Hospital Innovador, organizada por
Redacción Médica con el auspicio de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y la colaboración de
Air Liquide Healthcare, Boehringer Ingelheim y Sanofi.
La
historia clínica electrónica de los pacientes es precisamente el núcleo integrador de este proceso de innovación. Para garantizar su funcionalidad, el
uso de datos debe ser "inmediato", lo que se denomina 'Efecto Martini' y la información
interoperable y segura, basándose en la legibilidad y trazabilidad, apunta el también facultativo.
Dicha herramienta, a su vez, tiene que ser "ágil" y "fácilmente aplicable" por los profesionales sanitarios, principales usuarios, desde su implantación hasta la incorporación de innovaciones. En este sentido, según Martínez, resulta "vital" la
implicación del trabajador en su puesta en marcja.
En el caso de HUCA, fueron sus empleados los que desarrollaron los circuitos, además de disponer de un documento, todavía disponible en su web que permite reflejar posibles propuestas de mejora para después ser evaluadas por un comité de 25 personas de forma semanal.
"De nada valdría utilizar un sistema si no permitirmos tener a un facultativo o a una enfermera que pueda medir los resultados y hacer descargas de datos".
¿Es posible reducir la repetición de pruebas de laboratorio?
Estas nuevas aplicaciones digitales han permtido integrar los conocimientos adquridos y desterrar el "papel y boli" en las consultas de los equipos sanitarios. En sus inicios, la historia clínica sirvió como un integrador de "cualquier dispositivo" permitiendo, como ventaja, que los profesiaonles "solo tuvieran que loguearse una vez para introducir el texto del paciente", el cual, una vez incluido en su historial podía igualmente
volcarse en un informe.
Para potenciar la seguridad, se decidió establecer una serie de reglas que ayudaran en la
toma de decisiones y alertaran de situaciones especiales como "crisis hipertensivas y cuadros infecciones". A ello se sumó un "sistema de marcas" dentro de la historia clínica del paciente que permitía reportar una seria de características de este, como tutela,
riesgo de suicidio o germen infeccioso, dando a los profesionales la posibilidad de adaptarse al máximo a su perfil
No obstante, "no solo hay que buscar seguridad sino también eficiencia", matiza el médico, al hablar de las
duplicidades de indicaciones que evita tener un historial digital. Solo en el área de laboratorio, este formato consigue evitar que se repitan un 4 por ciento de pruebas.
Esta historia electrónica recoge los contenidos y registros de cada paciente "a lo largo de su vida" en cualquier "tipo de hospital de la red sanitaria pública". De igual modo, los profesionales son capaces de ver los
datos clínicos de aquellos que acuden a su consulta como por ejemplo alergias. Su
monitorización a través de la plataforma permite igualmente medir los niveles de uso para buscar documentación por parte del facultativo y detectar "áreas de mejora" de car a ala puesta en marcha de un protocolo.
No solo eso. Las nuevas tecnologías, asevera Martínez, posibilitan la innovación en procesos como la
telemedicina, utilizando "comuicación remota entre Atención Primaria y hospitalaria", evitando consultas "inncesesarias" y "mejorando la accesibilidad del paciente" al no tener que desplazarse al hospital.