Veinticinco especialistas acuden al curso en la sede de la Fundación Gaspar Casal



1 jul. 2013 13:48H
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Redacción / J.B. Madrid
La implicación de los médicos neumólogos en la gestión de los servicios hospitalarios ha aumentado en los últimos años de forma palpable, y reforzar y orientar esa nueva función del clínico ha sido el objetivo de un curso formativo dirigido a 25 de estos especialistas, celebrado en sede en Madrid de la Fundación Gaspar Casal los días 7 y 8 de junio, y 28 y 29 del mismo mes, y que han organizado de forma conjunta la compañía farmacéutica Chiesi y Neumomadrid, según ha confirmado a Redacción Médica el presidente del Comité Científico de esta última, Felipe Villar Álvarez.

Felipe Villar.

De acuerdo con fuentes de los organizadores del evento, “dotar de conocimientos y habilidades en gestión clínica y sanitaria a neumólogos y cirujanos torácicos para que puedan llevar a cabo cambios en sus unidades o servicios, a través de un trabajo en equipo más eficaz que potencie los beneficios personales y profesionales con los de la organización donde se trabaja, es el objetivo principal de este Seminario de Formación en Gestión Clínica”.

“La idiosincrasia de la especialidad conlleva peculiaridades, pero el clínico debe ser líder, manejar equipos, decidir objetivos y valorar resultados. Es importante, mejorar el rendimiento de su equipo y de manera individual, incentivar y premiar a quien lo hace mejor”, ha explicado Juan E. del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal.

Las destrezas que debe tener un clínico para llevar a cabo con éxito la planificación, organización y gestión del Servicio de Neumología o Cirugía Torácica son, según Felipe Villar Álvarez, presidente del Comité Científico de Neumomadrid y médico especialista de Neumología en el Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, “ser capaz de optimizar la adquisición y la utilización de los recursos, organizar adecuadamente las áreas de trabajo, gestionando el personal según sus habilidades y experiencia, proponer estándares y monitorizar, gestionar la formación continuada y la investigación y relacionarse con los gestores y directivos del centro de trabajo”.

Con este primer seminario, Neumomadrid, con la colaboración de Chiesi y la Fundación Gaspar Casal, intenta proporcionar las herramientas necesarias para que los socios con responsabilidad presente o futura en la organización y gestión de equipos y con interés formativo en gestión clínica y organizativa, puedan cumplir con éste y otros objetivos que permitan a los servicios de Neumología y Cirugía Torácica utilizar los limitados recursos del modo más efectivo para mejorar el estado de la salud de los pacientes con patología respiratoria.

Este seminario va dirigido a especialistas en Neumología y Cirugía Torácica con más de 5 años de experiencia clínica, con responsabilidad presente o futura en la organización y gestión de equipos y con interés formativo en gestión clínica y organizativa.

“Los cambios innovadores en las organizaciones sanitarias pasan por reciclar la mente de los directivos y da rienda suelta a la imaginación. Es necesario desarrollar indicadores de rendimiento holístico, despolitizar la toma de decisiones y reducir el medio y aumentar la confianza del empleado”, ha puntualizado Villar Álvarez.

Otras de las claves son redefinir el trabajo de liderazgo, el trabajo en equipo, extender las perspectivas y el marco temporal de los directivos y actualizar la gestión con una correcta democracia de la información”, añadió Villar Álvarez.

Funciones de la gestión clínica

Las funciones principales de la gestión clínica son la planificación, como un proceso con un proceso continuo de previsión de recursos y de servicios para conseguir unos objetivos determinados, la organización de estructuras, roles y desempeños, la dirección, como elemento para dar órdenes, delegar, motivar y comunicar, la coordinación, mediante la conexión de los servicios sanitarios con transferencia de información y sincronización entre las partes para que la atención se preste en el momento y en el lugar adecuado, y el control, para asegurar la consecución de los objetivos prefijados en la fase de planificación.

La homogeneidad de la práctica clínica se consigue a través de un modelo integrado con protocolos o guías de actuación clínica, elaborados por los propios Servicios, Unidades de gestión o Sociedades científicas, en los que se lleve a cabo una gestión activa de los pacientes con un uso racional de los recursos, potenciando el autocuidado y teniendo en cuenta el liderazgo e implicación de los médicos.

En este sentido, según ha señalado Del Llano, “los responsables de los servicios clínicos necesitan conocer las herramientas de la gestión clínica, ser capaces de analizar, planificar e implantar programas y después de un tiempo observar sus resultados y hacer un análisis objetivo de la situación de la unidad o el servicio para proponer mejoras objetivas y alcanzables”.

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