Villa, Tordable, Ferro, Sánchez, Guarga y Rodríguez.
El gerente tampoco debe perder de vista la atención que reciben los pacientes crónicos. Por ello, se requiere una
atención domiciliaria específica y especializada para cada uno, en el que participen todas las estructuras del hospital. Esta es la idea que condensa la mesa de conversación sobre Atención Domiciliaria: Evolución y Perspectiva, celebrada dentro del
IX Encuentro Global de Directivos de la Salud, organizado por Sanitaria 2000.
“El paciente que necesita cuidados paliativos debe ser consciente de que no lo vamos a poder curar”, explica
Cristina Guargo, directora Gerente del Hospital San Juan de Dios de Zaragoza, que ha comentado que este proceso debe ser el más
“adecuado y cómodo” para el paciente. Por ello, aboga por un
plan de actuación individualizado para afrontar el nuevo
paradigma de cronicidad-paliativos.
Los retos inmediatos que supone la cronicidad en la sanidad.
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“Esta confluencia implica la decisiva intervención de todos los agentes asistenciales. Así, los
cuidados paliativos, dejan de ser un recurso especializado para convertirse en una Actitud y Aptitud transversal mediante estrategias formativas, gestión del Cambio y la integración asistencial (cultural, profesional y organizativo)”, recalca Guargo, que incide en la necesidad de “impulsar la
Autonomía del paciente y su propia toma de decisiones”.
Empoderar a la Enfermería
Por su parte,
Lidia Clara Rodríguez, directora de Atención Sanitaria y Salud Pública del Área Sanitaria 3 del Servicio de Salud del Príncipe de Asturias, ha denunciado la falta de médicos y enfermeras en muchas especialidades, lo que ha supuesto un déficit en la atención domiciliara. “Hay que hacer algo para que la atención domiciliaria no se pierda. Faltan
profesionales especializados en cronicidad, en el envejecimiento. Los ciudadanos requieren que toda la asistencia llegue a su casa”, explica Rodríguez.
En esta línea, destaca que la atención primaria domiciliaria “es una función esencial para el paciente”. “El ir al domicilio es muy importante porque nos da una situación y un diagnóstico real del paciente, de su entorno, de sus cuidadores, de su familia. De este modo, podemos hacer un tratamiento y una asistencia más concreta”, resume.
Guarga, Rodríguez y Sánchez.
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Por ello, Lidia Clara propone “incrementar el
presupuesto de la Atención Primaria, redefinir criterios de asignación de población a las unidades básicas de atención, desarrollo de políticas y estrategias sociosanitarias. Muy importante también es dar más
liderazgo a las enfermeras en la gestión de la atención domiciliaria”.
Apoyo político
A esta última propuesta ha respondido
Inmaculada Sánchez, vocal de ANDE en el País Vasco, que ha exigido “
empoderar a la Enfermería en aquellos ámbitos de Atención Primaria y la coordinación sociosanitaria”.
En este sentido, Sánchez apuesta por “un
sistema de comunicación sociosanitaria para resolver las demandas que reciben por parte de los pacientes, y que este sea coordinado por las enfermeras.
Pero para ello debe contar con liderazgo profesional y apoyo político”.
Las propuestas de
Dámaso Villa, gerente del área de Salud de Badajoz, para mejorar el futuro de la atención domiciliaria pasa por “ser conscientes de la necesidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes crónicos y cuando el proceso no tenga remedio hacer que su muerte sea lo más satisfactoria posible”.
Formación vaga
Por último,
Ana María Tordable, vocal de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, pide que se deje al paciente “ser parte de la toma de decisiones”. Por este motivo, es necesario, según Tordable, “humanizar las decisiones” y un profesional sanitario que “nos enseñe que la muerte es parte de la vida para así entender realmente la realidad del paciente”.
Tordable, Villa y Ferro.
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También ha denunciado que “la formación de los profesionales sanitarios es vaga en relación a la atención domiciliaria”, y por ello recalca que “no es cierto que se necesite un perfil específico para trabajar en cuidados paliativos.
Se necesitan perfiles complejos que sepan llevar situaciones complejas como es poner fin a la vida. Se necesita reconocimiento por parte del Ministerio de Sanidad en aras de conseguir una capacitación. Se necesita una formación específica, con equipos completos cualificados con psicólogos y trabajadores sociales”, enumera Tordable en sus conclusiones.
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