Algunos de los mejores candidatos del MIR 2025 relatan sus caminos para lograr el éxito en la prueba

David Carrillo, Víctor Torrecillas y José Vicente Ballester, los mejores del MIR 2025
David Carrillo, Pedro Areal, Víctor Torrecillas y José Vicente Ballester, los mejores del MIR 2025.


6 feb. 2025 21:00H
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El MIR 2025 ha dejado un sabor agridulce a los aspirantes que vivieron el pasado 25 de enero uno de los exámenes más difíciles que se recuerdan en las pruebas de Formación Sanitaria Especializada. Pese a ello, algunos han logrado obtener la llave que les permitirá acceder a la especialidad que más les plazca. Coincidiendo en lo esencial, los opositores formados en España cuentan a Redacción Médica sus historias, la alegría y el sufrimiento que han pasado a lo largo de los meses para conseguir acceder a sus sueños.

El esfuerzo y la constancia han sido clave en la preparación de David Carrillo, quien ha conseguido el tercer puesto en el examen MIR 2025. Carrillo estudió Medicina en la Universidad de Barcelona y se preparó con la academia CTO, de la que asegura que siguió su método "al pie de la letra". El camino no fue fácil: “Han sido 18 meses de preparación. Durante la primera parte, compaginaba el estudio con el curso de sexto, pero desde junio, con el intensivo, estudiaba doce horas al día. En los últimos meses, incluso catorce o quince”, explica.

La presión y los nervios fueron desafíos inevitables, especialmente en la recta final. "El último mes lo llevé bien, pero la última semana casi no dormí. La última noche, nada. Los nervios me jugaron una mala pasada, pero bueno, todo ha salido bien", confiesa. Además, admite que tuvo que hacer sacrificios en su vida personal: "Los últimos meses prácticamente no salí de casa. En Navidad, solo fui a cenar el día 25, y al día siguiente ya estaba de vuelta al estudio".

"La última semana casi no dormí y la última noche, nada", ha indicado Carrillo




Con una media académica de 9,57 sobre 10, Carrillo destaca la importancia de una buena base de estudio durante la carrera: "No se consigue una puntuación así solo con el intensivo, es fundamental haber trabajado bien desde antes". De cara al futuro, tiene claro su objetivo: "Mi opción principal, y desde hace años, es Dermatología en el Hospital Clínic de Barcelona". Pese a que lleva un par de semanas de celebración, a Carrillo todavía le quedan los platos fuertes de la fiesta: "Todavía no está cerrado, pero intentaré irme con otros aspirantes del MIR a China o Tailandia y, después, si no hemos empezado a trabajar, me gustaría irme con mi familia a otro sitio", concluye.


Éxito tras un examen difícil


La dificultad del ejercicio de este año es un tema recurrente entre los aspirantes. Fue el mismo pensamiento de Pedro Areal, médico graduado en la Universidad de Santiago de Compostela. "No pensé que el examen me hubiera salido mal, pero tampoco salí contento", ha asegurado a Redacción Médica. Sin embargo, el resultado fue grato: puesto número siete en el orden provisional de notas del proceso. "La verdad es que no me esperaba que me fuese a ir tan bien", ha comentado. 

Un logro fundamentado en la clásica receta de estudio, concentración y exigencia. Pero, aderezada con 'normalidad'. "Seguí la rutina e hice el máximo que pude, pero sin volverme loco. Obsesionarse no es bueno", ha indicado Areal. Precisamente, el séptimo mejor aspirante ha puntualizado que hay que "tomarse la prueba con filosofía". "Los nervios siempre están ahí, pero hay que ir como si fuera un simulacro más. Si ves una pregunta que no te suena, mejor no responderla y seguir con calma, ya que puede afectar a tu desempeño. Al final, el MIR no deja de ser un examen", ha aconsejado el médico a los candidatos de la próxima convocatoria. "Y por supuesto, no ofuscarse con la nota", ha añadido. 


"Al final, el MIR no deja de ser un examen más", ha puntualizado Areal



Areal ya pasó por el trance del proceso hacia la formación en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Ahora, toca elegir plaza. De momento, no tiene claro si elegirá Hematología u Oncología. Tampoco si seguirá en Galicia o se aventurará en otra ciudad de España. "Visitaré hospitales y pensaré que hacer", ha revelado. El futuro residente goza de días para llegar a una conclusión. El primer paso es desconectar tras meses bajo la luz del flexo. 


La importancia del descanso y la compañía


Víctor Torrecillas caminaba por las calles de la capital catalana cuando el Ministerio de Sanidad publicó las calificaciones provisionales del MIR. Se detuvo y consultó el móvil. El estudiante de la Universidad de Barcelona (UB) había conseguido la octava mejor nota de la convocatoria. La alegría fue inmediata. "Después del examen no tenía muy claro que resultado iba a tener. Eso sí, al comprobar las respuestas y hacer las estimaciones, vi que quedaría bastante bien", ha relatado a este diario. "Pero bueno, hasta que no ves la confirmación no te lo acabas de creer", ha añadido.

Una nota tras la que se esconden meses de esfuerzo frente a los apuntes. Torrecillas siguió las instrucciones de su centro de preparación y mantuvo una rutina firme de estudio, salpicada por momentos en el gimnasio y salidas con su novia y sus amigos. La combinación equilibrada de disciplina y descanso fue artífice de su éxito en el MIR. "Es importante respetar los respiros, porque te puedes volver loco de estudiar. Sin ellos, no llegas al final", ha destacado. También el apoyo de su entorno, especialmente de su pareja, graduada en Medicina y también candidata en esta convocatoria. "Que alguien tan cercano pasé por lo mismo que tú ayuda muchísimo. Al final, entiende perfectamente lo que sientes", ha explicado.


"Solo pensaba en acabar con toda la tortura de la preparación", ha indicado Torrecillas



El trabajo previo al 25 de enero es la base sobre la que se cimenta su logro. Pero, su abordaje de la prueba también fue clave. Torrecillas se olvidó de los nervios y la tranquilidad guio su bolígrafo durante el ejercicio. "Yo creo que solo pensaba en acabar con toda la tortura que fue la preparación", ha resaltado el médico. Una calma que le permitió enfrentarse a un examen que considera "difícil", al igual que buena parte de los aspirantes que se presentaron este año.

Torrecillas tuvo un final feliz del año de preparación del MIR. Su puntuación le permite relajarse y disfrutar del tiempo libre antes de la adjudicación de plazas. Es más, en apenas unos días, se embarcará junto a su novia en un avión con destino Vietnam. A la vuelta, visitará varios hospitales de Barcelona, ciudad donde tiene claro que quiere realizar la residencia. Lo mismo con la especialidad: Hematología. "No es de las que más rápido se agota, pero es la que más me gusta", ha confesado el joven. Tal vez, su destino sea el Hospital Clínic, instalación en la que realizó prácticas y en la que tuvo una grata experiencia. Tiene hasta abril para pensarlo. "Estoy super contento de poder disfrutar de las vacaciones sin estar pendiente de la disciplina a escoger. Creo que es algo que me hubiese agobiado", ha indicado. 


Apoyo y aprendizaje


José Vicente Ballester, número 10 del MIR 2025, atribuye su éxito al apoyo de su entorno durante la preparación. "Yo estudié en la Universidad Miguel Hernández, en el campus de San Juan, y me preparé con la Academia MIR. Estuve ahí en la sede de Alicante, que era donde íbamos todos mis amigos entonces", comentó Ballester. "Gran parte del éxito que he tenido ha sido por estar con ellos, nos hemos estado apoyando siempre. Poder salir de la academia, estar con tus amigos, irte con ellos a tomar algo después de un simulacro que no salió tan bien… eso para mí ha sido súper importante durante toda la preparación", añade.


"Gran parte de mi éxito ha sido gracias a mis compañeros, nos hemos apoyado siempre", ha señalado Ballester



Ballester también ha compartido con Redacción Médica cómo manejó la presión y el estrés durante el proceso, resaltando el papel fundamental de su círculo cercano. "Mis amigos y mi familia me han ayudado mucho cuando estaba de mal humor o con más estrés. He intentado desconectar cuando hacía falta y no estar siempre de morros", explica. A pesar de las dificultades, José Vicente confiesa que "no ha sido una experiencia traumática. Estoy bastante contento, porque he aprendido mucho y he tenido mucho apoyo. Al final, he podido disfrutar también un poco de esta etapa diferente".

Respecto a la prueba, Ballester reconoce que fue más complicado de lo esperado. "El examen ha sido bastante más difícil que otros años, nos pilló por sorpresa. Al salir, todos estábamos con un sabor agridulce, pensando, 'madre mía, esto qué ha sido'", recordó. Sin embargo, la reacción de la academia y el apoyo de los profesores le dieron tranquilidad. "Cuando los profesores empezaron a decir que de verdad había sido un examen difícil, me calmé un poco. Por lo menos ha sido así para todos y no solo para mí", reafirma con la vista puesta en la celebración, ya que ahora viajará al Carnaval de Canarias. Su futuro, asegura, estará ligado a la Cirugía Plástica o a Dermatología. "Toda nuestra generación pensará en la calidad de vida a la hora de elegir especialidad", concluye el que obtuvo un 8,93 como expediente académico y décima posición en el MIR 2025.
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