Critican que las plantillas están muy envejecidas y que se esperan más bajas por enfermedad



18 sept. 2014 11:24H
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Redacción. Madrid
La especialidad de Pediatría de Atención Primaria va camino de convertirse en una de las más envejecidas. En 2015 algo más de la mitad de los pediatras de AP serán mayores de 50 años. Esto quiere decir que se prevé una reducción importante del número total de pediatras. De hecho, se estima que más de un 30 por ciento de los pediatras de AP alcanzarán la edad de jubilación entre 2018 y 2025.

Begoña Domínguez, presidenta de la Aepap.

En la convocatoria MIR 2013-2014 se ofertaron 402 plazas, de las 432 acreditadas, que “a tenor los datos disponibles resultan completamente insuficientes a corto y medio plazo para cubrir el déficit actual y las jubilaciones de pediatras que se irán produciendo en los próximos años”, apuntan desde la Asociación Española de Pediatría de AP (AEPap).

Ante esta situación, “la AEPap considera necesario y urgente ofertar, a partir de este año, la totalidad de las plazas acreditadas para la formación MIR en Pediatría y optimizar todos los recursos para incrementar el número de plazas autorizadas aprovechando la capacidad real de formación del Sistema Nacional de Salud (SNS)”.

Asimismo, basándose en publicaciones del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, la Aepap subraya que “la ratio media de pacientes por pediatra de AP en 2013 ascendía a 1.040 para un número total de 6.387 pediatras de AP y que por tanto, para ajustar el número de pacientes asignados por pediatra a un máximo razonable de 1.000 se necesitarían actualmente otros 255 pediatras”.

Esta falta de previsión de recambio generacional preocupa a la Aepap, que subraya que “para mantener los estándares de calidad del SNS resulta necesario promover la adecuación de las plazas de estudios de Medicina y MIR a las estimaciones de necesidades de la sanidad española en los próximos años”.

Asimismo, los pediatras de AP muestran su preocupación ante “el creciente número de residentes que optan por trabajar en la sanidad privada una vez terminada su residencia y los residentes extranjeros que retornan a sus países de origen”.

Otro efecto derivado de una población profesional tan envejecida es un previsible aumento de bajas por enfermedad. En los últimos años,  las autoridades  sanitarias han afirmado que  no hay pediatras titulados que puedan llevar a cabo estas sustituciones en caso de baja por enfermedad. “La  sobrecarga de trabajo de los PAP, por tener que asumir las consultas de compañeros ausentes, es muy elevada ya que casi un tercio de ellos ha tenido que pasar la consulta completa del compañero y un 22,9% parte de una consulta durante periodos largos de tiempo” , apuntan desde AEPap.

Por otro lado, teniendo en cuenta que alrededor de un 30% de las plazas de pediatría de AP están ocupadas por médicos que no tienen la especialidad en Pediatría , “la cobertura de todas las plazas con especialistas en Pediatría, supondría un déficit actual de 2.171 pediatras de AP en el territorio nacional”, señala la AEPap.

Otro aspecto a tener en cuenta es la feminización del colectivo laboral de los pediatras, una de las más altas de todas las especialidades, con una proyección del porcentaje de mujeres que alcanza el 66,7 por ciento para 2015, 68,9 por ciento para 2020 y 72,8 por ciento para 2025, que conlleva un incremento de las necesidades de conciliación de la vida laboral y familiar.
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