Yolanda Díaz y Alberto Garzón.
El diseño del
programa político de Sumar para las próximas elecciones generales del 23 de julio tendrá que aunar en un mismo documento las sensibilidades de los
15 partidos políticos que conforman la coalición.
Izquierda Unida, una de las formaciones con mayor peso dentro de la nueva plataforma, ya ha hecho llegar al equipo de
Yolanda Díaz algunas de sus propuestas particulares. Entre ellas, figura la de
equiparar al médico y al enfermero con las condiciones de un piloto militar para evitar una fuga de talento fuera del Sistema Nacional de Salud (SNS).
La organización que lidera
Alberto Garzón ha incluido una medida en su hoja de ruta que pasa por legislar una
“dedicación profesional pública, exclusiva y obligatoria” en el territorio nacional durante los
15 años siguientes a finalizar la formación de la formación MIR y del EIR. El documento elaborado por Izquierda Unida ha tomado como referencia el actual modelo de las “condiciones de los pilotos de las Fuerzas Aéreas del Ejército”.
Como contraprestación por este veto que impediría a los médicos recalar en el extranjero durante sus primeros años de carrera profesional, el partido ha apuntado a la necesidad de establecer una
“beca pública” que permita sufragar gastos como la
matrícula universitaria, el
transporte o la
vivienda de los estudiantes durante el proceso de formación. Es decir, no tendrían que hacer frente a ningún desembolso económico para estudiar, pero deberían quedarse durante 15 años en España.
El programa sanitario de Izquierda Unida
Esta iniciativa forma parte de un bloque de 20 páginas dedicadas exclusivamente a las propuestas sanitarias. Algunas de ellas implicarían una profunda transformación del SNS como la
homologación salarial de los sanitarios que ejercen en todas las comunidades autónomas o el establecimiento de unas plantillas mínimas de profesionales en cada región para garantizar una mayor equidad en todo el territorio nacional.
La fijación de un tiempo mínimo de
consultas en Atención Primaria de 10 minutos y de una lista de espera de 48 horas, el establecimiento de una r
atio de psicólogos clínicos, psiquiatras y enfermeras de salud mental de 10 por cada 100.000 habitantes, la unificación de las historias clínicas en todo el SNS o la creación de una agencia de calidad que emule la
NICE de Reino Unido son algunas de las grandes líneas programáticas de Izquierda Unida.
Además, el partido de Garzón también se ha posicionado en algunos de los debates sanitarios que han marcado a su espacio político en lo que va de legislatura. Izquierda Unida también ha marcado su voluntad de
suprimir paulatinamente el sistema de mutualidades, acabar progresivamente con los conciertos con la sanidad privada e incluso revertir aquellos en los que se demuestre que se ha producido una
“competencia temeraria” de precios.
Izquierda Unida también ha defendido la creación de
una farmacéutica pública que dé mayor autonomía a la producción de medicamentos, en la misma línea que ya han expuesto tanto Unidas Podemos como Sumar. Mientras que ha reclamado que se
prohíba el acceso de los visitadores médicos y los miembros de la industria a los centros sanitarios, salvo cuando sea necesario para alguna formación específica.
La formación ha apuntalado todas estas medidas sobre la necesidad de elevar la inversión pública en la sanidad hasta alcanzar e
l 8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en el orden de medio punto durante cada ejercicio. Además, han detallado que un 25 por ciento de estos fondos debería dedicarse exclusivamente a la
Atención Primaria, mientras que otro 4 por ciento correspondería a las acciones de
salud pública.
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