Poder elegir cualquier especialidad, tener residencia en Madrid y aprender que en el oficio hay "luces y sombras"

Daniel Vírseda, número uno del MIR 2020
Daniel Vírseda, número uno del MIR 2020.


29 ene. 2025 5:30H
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El resultado de Daniel Vírseda en el MIR de 2020 fue una sorpresa incluso para él mismo. No esperaba haber conseguido la primera posición en el examen más reconocido del campo sanitario y, en ese momento, obtuvo la llave maestra para acceder a la especialidad que más deseara. “Jamás me hubiera imaginado que iba a tener tan buen resultado, más aún cuando salí del examen muy inseguro”, relató entonces a este mismo periódico.

Después del examen del pasado sábado 25 de enero, Vírseda repasa su vida una fez finalizada la prueba. "No es que todo termine ahí, es que es sólo el comienzo", relata a Redacción Médica. Una vez el vivió en sus carnes los furitos de tanto esfuerzo y dedicación, le tocó escoger su futuro, saber qué puerta abriría tras finalizar su MIR.

Entre las múltiples opciones que se le presentaban y donde dudaba escoger entre Hematología, Pediatría y Dermatología, decidió escoger finalmente la última en el Gregorio Marañón, hospital madrileño en el que tenía claro que quería hacer la residencia. Casi cinco años después, el camino recorrido por Vírseda refleja tanto luces como sombras, dudas de qué hubiera pasado de haber escogido otra rama y felicidad por los compañeros y aprendizaje que ha adquirido.

“Desde luego es una época de muchísimo trabajo y donde se aprende una barbaridad, hay cosas que te las esperas diferentes y problemas que no aparecen en los manuales ni en el temario del MIR, pero supongo que eso es algo que pasa en todos los trabajos”, introduce para relatar su trayectoria en la rama de Dermatología en la que asegura que "lo mejor son siempre los compañeros". “Evidentemente con unos te llevas mejor que con otros, pero he tenido la suerte de tener muy buenas personas y profesionales a mi lado, tanto con más mayores como también con pequeños”, prosigue.


"Lo mejor de la profesión son los compañeros"



Junto a ello, destaca que la residencia no es nada parecida a lo que esperas en los diferentes procesos de estudio. “Hay más matices, luces y sombras, y no todo siempre está tan claro como cuando te preparas para esto. Además, en muchas ocasiones no tenemos los tiempos necesarios para proceder como nos más gustaría. Cuando tratas la enfermedad de un paciente de pronto te encuentras con listas de espera y retrasos que conllevan que no se le trate de la forma óptima”, desarrolla respecto a los diferentes problemas e inconvenientes que tiene el sistema.

“La burocracia en general y todo el sistema está saturado, falta personal, pero dentro de lo que cabe intentamos tirar hacia adelante los que estamos”, afirma el ex número uno del MIR. Además, también enumera los diferentes retos a los que se enfrentan desde su sector. “Ahora todo se ha digitalizado y hace que todo sea menos humano, desde pedir citas, hasta pasar consultas… Todo lo que se pueda imaginar”.

¿Repetiría el camino que ha escogido?


Ante la pregunta de si hubiera escogido el mismo camino o si se arrepiente de su decisión, a Daniel le invaden las dudas. “Es algo que siempre que me han preguntado, tanto familiares como amigos o incluso medios, no sé responder. Imagino que ahora que he hecho Dermatología me gustaría probar otras cosas o saber qué hubiera pasado si mi decisión hubiera sido distinta”, comenta resaltando que es una persona a la que nunca le ha gustado o se ha visto capaz de perdurar durante mucho tiempo en un mismo puesto.


"No me gustaría hacer siempre lo mismo"



Me gusta probar cosas, saber si sería capaz hacer otras o también si otras ramas de la Medicina se me darían mejor de las que estoy haciendo ahora. Con lo que sí, aunque tenga dudas a la hora de responder la pregunta, por lo general siempre cambiaría para probar otras cosas, no sé si es algo personal o le pasa a la mayoría de la gente, pero no me gustaría hacer siempre lo mismo”, reflexiona Vírseda.

Respecto a su paso por el MIR y su adquisición de medalla de oro, resta importancia y recuerda a los nuevos que el examen es “un proceso más que todos han pasado”. “Es normal el estrés, los nervios o la incertidumbre, pero han de saber que ni mucho menos es el fin del mundo, tampoco supone que se acabe su futuro, es una prueba que hay que pasar y ya”, concluye el que fue número uno del MIR que desempeña en la actualidad su trabajo en el Gregorio Marañón.
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