Los ‘puntos calientes’ son Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y Andalucía



7 feb. 2014 10:57H
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Eduardo Ortega Socorro. Madrid
El comercio paralelo de medicamentos desde oficinas de farmacias es un problema creciente en España, una práctica que podría llevar a cabo  hasta el uno por ciento de las establecimientos y, aunque se considera que es una cuestión “residual”, es cierto que se ha convertido en una de las preocupaciones del sector en tiempos de crisis.

La Ley 29/2006 de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos sanciona la venta en el extranjero de medicamentos adquiridos en España a un precio superior al que fija la regulación desde la oficina de farmacia, una actividad que en el sector es conocida como comercio paralelo y que resulta tentadora debido al bajo precio de los fármacos en territorio nacional respecto al que tienen en la mayoría de los países de la Unión Europea.

En cambio, la legislación comunitaria sí que permite esta práctica. Con todo, “no creo que la cuestión llegue al 1 por ciento de las farmacias españolas, pero es cierto que es un problema que va en aumento”, explica una fuente del sector que desea guardar el anonimato. También informa de que el perfil de botica que realiza esta actividad es normalmente de origen reciente, “puesta en marcha por gente joven y con poca facturación” y que se han visto especialmente afectadas por los recortes de facturación de los últimos años en la factura farmacéutica. Por ello, se considera que la crisis es el detonante de un aumento de un fenómeno sobre el que no hay cifras concretas. “Es una forma de salir adelante y conseguir cuadrar las cuentas”, reitera.

En cambio, un alto representante del sector de la oficina de farmacia indica que el comercio paralelo es más frecuente en “zonas donde se han desarrollado cadenas y grupos de farmacias”. Por otro lado, las fuentes consultadas indican que los ‘puntos calientes’ de esta práctica están en Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña.

Precisamente, el último caso de comercio paralelo ilícito (porque, en cambio, si esta actividad es practicada por las empresas de distribución farmacéutica, sí que es legal), han tenido lugar en la región catalana. La Consejería de Salud reveló este miércoles que había multado a unas 25 farmacias y que investiga a otras 15 por la venta ilegal de medicinas para su exportación.

Mecanismos de control

Estas fuentes afirman que “hay mecanismos de control, por supuesto, que controlan cuándo un farmacia aumenta repentinamente sus pedidos de medicamentos muy caros” y aseguran que “los colegios de farmacéuticos y el Consejo General persiguen estas actividades”. Además, la rumorología del sector indica que las comunidades autónomas están reforzando sus herramientas para impedir esta actividad.

En cambio, otras voces del sector, aunque admiten que es una cuestión creciente, piden que no se haga de toda farmacia española “un cabeza de turco” e indican que esta problemática se evitaría “con una convergencia europea hacia un precio común de medicamentos”, un antigua y ansiada reclamación también de la industria farmacéutica.

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