Imagen de la fachada de una oficina de farmacia.
"Si un buen farmacéutico quieres ser,
comprobar lo que dispensas deberás hacer". Así comienza sus consejos la farmacéutica Laura Gandía en su perfil de
Twitter. En primer lugar, la profesional recomienda hacer el “
checking de la Santísima Trinidad”, es decir, preguntar si el paciente es la persona a la que se está atendiendo o es otra la que acude a la farmacia en su lugar.
Después de este primer paso, “hay que comprobar que los tratamientos tienen indicación, las dosis, tiempo de toma, la presentación, etc.”, continúa la farmacéutica. Además, hace especial hincapié en que “
no podemos dispensar nada sin saber qué hay en el interior”.
En esta línea, la profesional describe
dos tipos de dispensaciones. La primera, la de ir a la cajonera, cortar cupones, pegar donde corresponde y, dibujando una sonrisa, decir que el tratamiento va muy bien. La segunda: ser una buena tendera, sacar los dispositivos placebo, sentarse con el millenial y “
sudar hasta que tenga un buen manejo”.
Concluye sus consejos explicando que es trabajo del farmacéutico preguntar
si en casa alguien fuma (o en casa de los cuidadores), principalmente cuando se trata de un paciente menor que “no se suelen emancipar con esa edad”.
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