18 feb. 2015 18:35H
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Redacción. Barcelona
La Audiencia de Barcelona ha condenado a penas de entre diez meses y un año y nueve meses de cárcel a una trama de médicos y farmacéuticos que entre 1991 y 1993 estafó más de 200.000 euros a través de una red que conseguía con recetas irregulares medicamentos que luego revendía con nuevos envases al Servicio Catalán de Salud (Catsalut).
Los médicos Francesc C., Eleuterio E., Inocencio José V. y Luis R. suministraron recetas médicas a Víctor V. "sabedores de que no se trataba de recetas propias y que se les daría una utilización y destino fraudulentos", recoge el relato de los hechos de la sentencia de la Sección Décima de la Audiencia recogida por Europa Press.
Víctor V. rellenaba las recetas y acudía con Carlos B. a distintas farmacias de la provincia de Barcelona para buscar medicamentos de alto precio, "que se facturaban al Catsalut pese a que las recetas presentadas no estaban prescritas a los pacientes que constaban ni por los médicos que figuraban".
Concretamente, a una farmacia de la calle Rosselló de Barcelona de la titular Montserrat B. y donde trabajaba su marido Luis P.; otra de la avenida Macià de Vilanova i la Gertrú (Barcelona) de Jose Antonio M.; otra de Pascal C. en las que trabajaba Juan María M. ubicada en la avenida Gaudí de la capital catalana y una última de Josep C. en la calle Maresme también de Barcelona; todos ellos condenados por integrar la trama.
Tras conseguir los fármacos, Víctor V; y Carlos B. los envasaban en nuevas cajas a las que añadían número de lote, fecha de caducidad y precio, y las enviaban a la distribuidora Sisena Distribució --ahora inactiva-- de Sant Hipòlit de Voltregà (Barcelona), que las reenviaba a las empresas de su círculo Centro Europeo de Reparto de Farmacia de Catalunya (Cerf) y a Grosfarma.
El jefe de ventas de Sisena, Lluís V, el comercial de la misma José A., el directivo de Cerfc José Antonio U. y el representante de Grosfarma Miguel M. "participaban activamente en la adquisición de dichos medicamentos a pesar de conocer el origen fraudulento".
Recetas manipuladas
Víctor V. y Carlos B. entregaban después en las farmacias de los acusados las recetas manipuladas --en la firma o sello médico junto con cupones precintos creados por ellos mismos-- y los farmacéuticos, sabiendo su origen fraudulento, las enviaban al cobro al Catsalut.
Por último, el acusado Francisco O., como director regional de Catalunya de ICN Hubber, suministraba a Carlos B. productos farmacéuticos de este laboratorio "para junto con los cupones precintos ser entregados con las recetas mencionadas al Catsalut y obtener el cobro del producto".
El Servicio Catalán de Salud abonó todas las recetas emitidas "al desconocer el origen fraudulento de las mismas", concluye la sentencia.
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