Diversas experiencias demuestran el valor añadido de la atención farmacéutica al hospitalizado
Ana López, Montserrat Pérez, Sira Sanz y José Luis Baquero.
25 abr. 2017 11:00H
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POR MARCOS DOMÍNGUEZ
Sira Sanz, especialista en Farmacia del Hospital Fundación Alcorcón de Madrid, trabaja conciliando medicación en Neumología. Es una de las experiencias de participación del farmacéutico hospitalario con el paciente ingresado, y el resultado es altamente satisfactorio: “Al paciente le gusta saber que hay un farmacéutico responsable de la conciliación de su medicación; pocos nos conocen pero les gusta”.
Sanz ha presentado los resultados de este proyecto en el marco del III Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 y auspiciado por la SEFH, con el patrocinio de BD, Ipsen, Novartis y Roche. Puesto en marcha en 2012, las discrepancias en la medicación han bajado del 82 por ciento al 1,1 por ciento en este tiempo, pero Sanz avisa: “Es un nivel muy bueno pero seguimos siendo necesarios”. La aceptación del paciente también ha evolucionado: “Al principio era del 63 por ciento, pero ahora están encantados”.
El paciente ingresado requiere una "vuelta de tuerca organizativa" en farmacia.
El farmacéutico también realiza conciliación al alta, y sube a planta para explicar al paciente la toma de la medicación, “haciendo hincapié en los inhaladores, para los que les entregamos hojas informativas y les explicamos cómo se utilizan”. La mayoria cree que lo hace bien, pero la adherencia en EPOC y asma para ingresados ronda hasta el momento el 50 por ciento. El próximo horizonte, concluye Sanz, es la conciliación con la Primaria.
Medicación de alto riesgo
Ana López, especialista en Farmacia del Clínico de Valladolid, también ha dado cuenta de su experiencia en el trato a paciente ingresado, en esta ocasión en crónicos complejos, en los que el 30 por ciento de su medicación es de alto riesgo. “Desde un enfoque multidisciplinar, calculamos el índice de conciliación de medicamentos en las unidades de continuidad asistencial”. Al ingreso no hay discrepancia, pero en el momento del alta ha crecido hasta el 4 por ciento.
En urgencias, la participación del farmacéutico es beneficiosa. “Hemos hecho una foto del paciente: mediana de edad de 80 años, similar proporción de hombres y mujeres, y estratificamos en cuatro grupos dependiendo de su complajidad”. El 41 por ciento son pluripatológicos complejos.
“Cuando nos identificamos como farmacéuticos ante el paciente, siempre piensan que venimos a darles el alta”, comenta. “La solución para esto es hacernos visibles también en la traslación asistencial”. López considera que es necesaria una “vuelta de tuerca organizativa” para que el farmacéutico pueda aportar un valor añadido. Las nuevas tecnologías propician este hecho, pero concluye con algo esencial: “Tener presencia física allí donde se toman las decisiones”.
Aforo completo durante la mesa 'El Farmacéutico ante el paciente ingresado'.
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