Estudiantes en un aula del grado de Medicina.
El
grado de Medicina en la facultad homónima de
Santiago de Compostela ha arrancado el curso académico, el pasado 11 de septiembre, con
más de veinte vacantes. En concreto, esta semana había
378 plazas ocupadas de las 403 ofertadas. Se trata de un dato llamativo teniendo en cuenta que, en julio,
el número de solicitudes ascendía a 3.750, aproximadamente. Esta circunstancia pone de manifiesto un problema que se repite año tras año y cuya causa no se cansan de denunciar los decanos de las facultades españolas: los
continuos movimientos en las listas de solicitud de plazas entre las diversas universidades del territorio nacional.
Medicina es siempre uno de los
grados con más demanda de acceso en España, y ello a pesar de que también es uno de los que exige más nota, en torno a los 13 puntos de los 14 máximos que se pueden conseguir entre el Bachillerato y la EBAU. Para dar respuesta al alto número de solicitudes, se ofertaron
750 plazas más para este curso con respecto al anterior. Aun así,
la demanda se disparó hasta un 900 por ciento.
Pero esas cifras enmascaran una realidad bien distinta. Dado que cada universidad tiene sus
propios criterios de admisión y, por ende, sus propias listas de acceso, son muchos los aspirantes a entrar en Medicina que escogen entre sus preferencias varias facultades para, en el caso de que les falle su primera opción,
tengan asegurado un hueco en alguna universidad. Es decir, que el nombre de
un mismo aspirante ‘engorda’ a la vez listas distintas, por lo que la demanda, en realidad, no es tan alta como a priori marcan los números. Es sencillo: cuando un aspirante que ha elegido varias preferencias consigue plaza en uno de los destinos seleccionados, no sólo deja un hueco libre en el proceso selectivo de la facultad a la que accede, sino también en el del resto de las que también había elegido
“por si acaso”.
Los decanos piden una asignación única
Los
decanos de las facultades españolas de Medicina llevan años lamentando que esa situación provoca
problemas a la hora de organizar las clases, dado que la incorporación de alumnos hasta ocupar todas las vacantes no se detiene hasta semanas después de haber comenzado cada curso. Por ello, lo tienen claro, y así lo manifestaron recientemente a
Redacción Médica: la solución a la ‘sobrematriculación’ que evite ese caos es una
“asignación única” para todo el territorio nacional.
Este julio, la presidenta del
Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM),
María Valderrama, también mostró su preferencia por la
creación de un listado único de acceso para todas las facultades de España. En su caso, apuntó otro hándicap añadido al organizativo: los alumnos que se incorporan al curso cuando este ya ha comenzado empiezan en una
situación de desventaja con respecto a sus compañeros y tienen
dificultades para adaptarse al ritmo de trabajo y estudio.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.