Más de un tercio de los estudiantes del
grado de Enfermería ha sufrido algún tipo de
agresión verbal cuando estaba realizando sus prácticas curriculares en un centro sanitario. Un estudio elaborado por la
Universidad de León ha concluido que un
34,9 por ciento de los alumnos ha tenido que hacer frente a
insultos, gritos o chillidos durante su primer contacto con la experiencia profesional antes de terminar la carrera, ya sea por parte de los familiares de los pacientes o por los propios trabajadores.
La investigación publicada en la
Revista Española de Salud Pública es el resultado de una batería de encuestas realizadas en los campus de León y Ponferrada, que ha permitido arrojar luz a la situación de acoso que padecen los futuros enfermeros. Hasta un 78,3 por ciento de los participantes se ha sentido
ignorado en alguna ocasión durante su formación, un 60,2 por cieno ha afirmado ser
criticado injustamente, un 43,4 por ciento ha sido juzgado con
dureza, mientras que un 22,9 por ciento se ha relatado
ridiculizaciones.
Además, los estudiantes de Enfermería también han puesto sobre la mesa diferentes
situaciones de discriminación. Un 21,7 por ciento ha admitido sufrir comentarios relacionados con su género, el 16,9 por ciento con la sexualidad, el 10,8 por ciento con su clase social y el 6 por ciento alusiones racistas.
“El acoso en el personal de Enfermería es especialmente preocupante por varios factores, como son el tener un mayor riesgo en aquellas profesiones que implican
brindar un servicio a otras personas, el ser un fenómeno históricamente arraigado, que el origen de la intimidación y el acoso suelen ser otras enfermeras y otros profesionales de la salud o incluso los pacientes y sus familiares”, han apuntado los autores del informe.
La investigación también ha identificado que el acoso se ha producido con mayor frecuencia entre los estudiantes que realizan sus
prácticas en hospitales (37,3 por ciento), frente a los que las llevan a cabo en los centros de
Atención Primaria (10,8 por ciento). “En los centros de salud, los estudiantes declararon haber sido intimidados y/o acosados alguna vez en el último año”, reza el estudio.
Un 7% de los estudiantes duda dejar la carrera
Estas elevadas cifras de acoso están detrás de varias consecuencias. La más flagrante son los abandonos de los estudios. Hasta un
7,2 por ciento de los estudiantes ha reconocido que ha pensado alguna vez dejar la carrera de Enfermería como consecuencia de la intimidación o el acoso en sus prácticas clínicas de último año. Mientras que uno de cada cuatro encuestados ha admitido que esté fenómeno le llevó a
ausentarse de su puesto de trabajo.
Además este panorama también ha provocado varios indicios relacionados con la salud mental de los sanitarios. Un 44,6 por ciento ha explicado en las encuestas que se ha sentido
deprimido por los comentarios recibidos. Un 31,3 por ciento se calificado como
humillado o un 47 por ciento
avergonzado. Mientras que las vejaciones también han tenido un impacto en su actuación profesional. Tras las agresiones, un 66,3 por ciento ha reconocido que ahora está
más inseguro, mientras que un 28,9 por ciento directamente se ve
incapaz de realizar su tarea.
Los familiares, grandes responsables del acoso sanitario
Otra de las lecturas que ha ofrecido la investigación es quiénes son los principales responsables de estas situaciones de acoso. A vista de los estudiantes,
los familiares o acompañantes de los pacientes son los culpables en el 31,3 por ciento de los casos. Aunque también han demostrado una gran frecuencia los supervisores (27,7 por ciento), el resto de enfermeros (25,3 por ciento) e incluso los auxiliares (21,7 por ciento).
Encuesta de la Universidad de León sobre la intimidación a estudiantes de Enfermería.
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Menos impacto han tenido los comentarios vertidos por
los médicos, responsables de un 15,9 por ciento de las situaciones de acoso. Mientras que las cifras son prácticamente residuales en el resto de profesiones, incluidos los
celadores, la administración o los servicios.
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