Amanda Alonso, enfermera y aspirante al MIR 2025.
Con un tono dulce y agradecida por la oportunidad,
Amanda Alonso confirma que quiere contar su historia a este periódico. ¿Sus motivos? Quiere
servir de ejemplo y motivar a las nuevas generaciones de estudiantes que, por determinados motivos,
no hayan conseguido entrar en Medicina. Y es que esta actual aspirante al MIR 2025 ha recorrido
una verdadera odisea de sacrificio y perseverancia hasta conseguir
ponerse la bata blanca. “No ha sido fácil”, reconoce entre risas. Ya no solo porque
ha repetido 5 veces la EBAU, sino que también ha terminado
dos FP sanitarias y se ha graduado en
Enfermería; todo ello para tener una mayor probabilidad de entrar a Medicina. “
Nunca aparté la vista de mi objetivo”, ha afirmado.
Alonso no recuerda desde cuándo tiene esa
vocación por la Medicina, pero cree que desde que tiene uso de razón. “Nunca me he planteado hacer otra cosa. Me parece muy interesante desde siempre el funcionamiento del cuerpo humano,
cómo afectan las enfermedades y la forma de solucionarlas. Y luego, evidentemente, si puedo ayudar a las personas pues mucho mejor”, ha trasladado.
Entre la familia de Alonso no hay ningún sanitario que le haya podido inculcar esa pasión por la profesión. “
Soy la primera y la única”, ha subrayado, y piensa que “siempre” lo ha llevado dentro. De hecho, cuando le contó a sus padres que quería convertirse en médica, ninguno se sorprendió con la noticia. “Ya lo sabían”, ha resaltado.
Con esta convicción y ganas por cumplir su meta, Alonso terminó Bachillerato e intentó sacar la puntuación necesaria en la
EBAU para entrar a Medicina, pero
se quedó a las puertas por unas décimas, tanto en la convocatoria ordinaria como extraordinaria. “Podía haber entrado en
Enfermería, pero en mi cabeza no había otra opción
que no fuese ser médico, así que decidí hacer la FP de Técnico Superior de
Laboratorio de Diagnóstico Clínico como puente para acceder”.
Amanda estudiando Medicina en la biblioteca.
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Hacer la EBAU para entrar a Medicina
A pesar de intentar seguir la ‘hoja de ruta’ que minuciosamente había trazado,
sus planes se volvieron a truncar. Y es que cuando acabó el grado superior se volvió a quedar a una décima de entrar. Parecía que el destino no jugaba a su favor.
En ese momento, Alonso se empezó a preocupar porque
no quería continuar “perdiendo años” de formación solo centrándose en la prueba. Por ello, cambió su guion y decidió
entrar en Enfermería. “Cuando acabé primero volví a probar suerte en la Selectividad, pero nada, no lo conseguí”, ha lamentado.
Hacer una FP y estudiar Enfermería a la vez
Lejos de perder esa determinación por tantas decepciones seguidas, cuando comenzó cuarto de Enfermería, como solo tenía prácticas y el TFG,
tomó la determinación de matricularse en la FP documentación sanitaria. “De esta forma podía subir mi nota para las asignaturas generales de la EBAU”, ha añadido. Ese año fue de los más complicados en cuanto a organización, según recuerda.
Llevaba una doble vida que prácticamente le ocupaba todo el tiempo: de 8 a 14 estudiaba, y de 15 a las 22 horas seguía con sus prácticas en el hospital.
A pesar del gran esfuerzo que tuvo que emplear, consiguió acabar las dos titulaciones y se volvió a presentar a Selectividad. Pero esta vez con una diferencia muy significativa respecto a las veces anteriores:
consiguió la puntuación para entrar a Medicina.
Amanda ejerciendo como enfermera.
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Estudiar Medicina y trabajar en Enfermería
Para
costearse la vida social y no tener que pedir dinero a sus padres, durante toda la carrera estuvo compaginando los estudios con el trabajo de enfermera. De esta época solo tiene
buenas palabras ya que tuvo “la suerte” de ejercer en el mismo servicio durante toda la formación. “Los compañeros han sido como una pequeña familia y me han dado muchas facilidades, como ayudarme cuando necesitaba cambiar de turno”, se ha sincerado.
Alonso
terminó Medicina en cinco años gracias a las convalidaciones con Enfermería y a que pudo coger más asignaturas por año que lo normal. Sobre su futuro, ella tenía claro que
quería formarse en Anestesiología. Pero de nuevo, no consiguió el número de orden y tuvo que elegir entre dos caminos. El primero,
hacer Medicina Interna, que era una opción que previamente había valorado;
o volver a repetir el examen MIR.
Tras unos minutos pensando, decidió solicitar plaza de Interna, pero
rápidamente se arrepintió y borró su petición. “Creo que hice bien en no conformarme con algo de lo que no estaba segura, y sobre todo
después de todo lo que había pasado”, ha añadido. Así que, en la actualidad, Amanda se está preparando de nuevo el examen mientras sigue ejerciendo como enfermera, eso sí, con una
reducción de jornada para asegurar que, esta vez, sí que sí podrá acceder a su especialidad soñada.
Amanda durante las prácticas de Medicina.
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