Contratos falsos, jornadas eternas... el abuso a sanitarios sin homologar

María estudió Enfermería en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero vive en España hace cuatro años y medio. Los más de 20 años de experiencia laboral que tuvo en su país no han sido suficientes para conseguir en Madrid un empleo que le permita seguir desarrollándose. El primer obstáculo que ha enfrentado son las demoras en el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para homologar su título extranjero, el resto están relacionados directamente a los excesos en los trabajos que ha conseguido.

María, como hemos decidido llamarla para proteger su identidad, no solo ha tenido que encargarse sola de más de 90 personas de la tercera edad en una residencia privada, sino que fue despedida luego que la Dirección decidiera no renovarle el contrato por las demoras en el proceso de homologación. Su historia es solo el reflejo de lo que pasan miles de extranjeros a la espera de la homologación de sus títulos profesionales.

Sus primeros intentos de búsqueda de trabajo fueron en el 2020 durante la pandemia. Gracias a una resolución autonómica del gobierno madrileño, pudo ser contratada en una residencia de la comunidad por dos meses y medio con el proceso de homologación de título en curso. Ahí, atendía entre 50 y 60 personas; sin embargo, culminado ese periodo, la normativa se regularizó y no pudo continuar, así fue como -buscando- encontró trabajo en una residencia privada. "Cuando entré a una residencia privada, fue peor. Ahí me hicieron un contrato por seis meses", cuenta a Redacción Médica, ya que atendía por lo menos a 90 adultos sola cubriendo descansos por la mañana y por la tarde, siempre trabajando más tiempo del establecido y con un contrato como gerocultora.

Transcurridos los seis meses, María decidió no continuar pese a que le ofrecieron contratar a una auxiliar que le ayude con la atención. Su último intento laboral duró el mismo tiempo, pero fue en otra residencia privada. Ahí, pese a que tenía que encargarse de 120 personas, no tenía que hacerlo sola, formaba parte de un equipo conformado por dos enfermeras y dos auxiliares: "Más trabajo, pero en equipo". La piña con sus compañeras y su buen desempeño hicieron que le propusieran asumir el puesto de Coordinadora de Enfermería, sin embargo, la oferta no se concretó siempre por el mismo problema: la falta de homologación del título profesional, el cual espera hasta ahora.

Homologación con el nuevo Real Decreto

Sofía es uruguaya de abuelos españoles, tiene doble nacionalidad. Pese a que se crio con muchas costumbres valencianas, siempre tuvo la curiosidad por vivir la cultura familiar de cerca, por eso, en el 2019 -informándose previamente sobre los procesos que debía seguir para ejercer como psicóloga en España- decidió dar un giro a su vida y cambió de continente. Sofía tampoco es su nombre real porque prefiere mantener el anonimato.

Su caso es particular, pese a que llegó a este país con la intención de iniciar el proceso y homologar su título de inmediato, en el camino se llenó de dudas que no fueron aclaradas y prefirió desistir, hasta julio de 2023 que comenzó su odisea. "Lo ingresé con el nuevo Real Decreto, quería esperar a que pasara un poco el tiempo y se consolidara", dice. El Real Decreto al que se refiere Sofía fue aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez en octubre de 2022 con el objetivo de "actualizar y modernizar" los requisitos en el procedimiento para presentar solicitudes de homologación y equivalencias de los títulos extranjeros en el plazo máximo de seis meses. A casi un año de ingresado su expediente, no existe ningún cambio en el estatus del trámite ni ha tenido ninguna información al respecto.

Mientras tanto, Sofía no ha podido ejercer la profesión que tanto le apasiona. Continúa actualizándose y estudiando cursos a distancia en países latinoamericanos, solo por alimentar su conocimiento, ya que no tiene intenciones de homologar nuevos títulos después de esta experiencia. En estos años ha trabajado de lo que ha podido, no siempre en las mejores condiciones. Hace dos años que trabaja en la cocina de un restaurante, mientras espera que en algún momento su situación profesional se resuelva. "Mis expectativas son que España me reconozca como la profesional que soy, yo no pido que nadie me regale absolutamente nada, lo que pido es que se reconozca que tengo un título, que soy una profesional", señala.

Odontólogos y excesos laborales

El caso de los odontólogos es similar. Richard Goncalves, fundador y vicepresidente de la Asociación de Odontólogos Venezolanos en España (Asodonves), ha conocido a profesionales extranjeros trabajando como auxiliares de Odontología asumiendo funciones para las que no están acreditados y con horarios excesivos. "Lo que me pasó a mí al principio de mi trabajo es que me hacían firmar horarios que no eran, es decir, yo entraba a las 9h y salía a las 20h y firmaba de 9h a 15h, por ejemplo", afirma.

Trabajando de camareros, dependientes y de auxiliares de odontólogos, pero con abusos en el horario y salarios mínimos, así resume Goncalves los trabajos que asumen profesionales extranjeros de la Odontología que no pueden desempeñarse como tal mientras no tienen resuelta la homologación de sus títulos. "Estamos en trabajos que no corresponden, hemos tenido que pedir ayuda", dice, haciendo referencia a los problemas de salud emocional que enfrentan producto de la incertidumbre que les genera el proceso.

Recientemente, Euskadi ha comenzado a homologar títulos universitarios extracomunitarios, entre ellos, los de Medicina y Enfermería, convirtiéndose así en la primera comunidad autónoma a cargo del proceso. Según informó la Dirección de Política y Coordinación Universitaria del Gobierno vasco a este periódico, hasta el jueves 4 de julio contaban con 62 solicitudes. La cesión de competencias a Euskadi por parte del Gobierno central fue un tema abordado por la Ejecutiva liderada por Íñigo Urkullu; sin embargo, ha entrado en vigor con una lehendakaritza liderada por Imanol Pradales, tras seis años de negociaciones.