Un 50% de los profesionales de Enfermería desconocen los nuevos anticoagulantes orales

Nuria Fernández Gámez. Madrid
Con motivo de la celebración del Día del Paciente Anticoagulado el próximo 18 de noviembre, se ha presentado una encuesta realizada a 751 pacientes anticoagulados, con el fin de mostrar cual es la situación de estos pacientes y el desconocimiento de los nuevos tratamientos. ‘Estudio sobre el control, seguimiento y calidad de vida de los pacientes anticoagulados’ ha sido llevada a cabo por el Consejo General de Enfermería (CGE) a través de la Red ‘La salud  del paciente, por delante’.

José Maria Lobos, coordinador Red 'La Salud del Paciente, por Delante',  Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería y Juan Manuel Ortiz Carranza, presidente de la Asociación Madrileña de Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares

“Hablamos de un 50 por ciento de profesionales de enfermería que no conocen los nuevos anticoagulantes o anticoagulantes de acción directa”, ha explicado José María Lobos, coordinador Red ‘La salud del paciente, por delante’. Lobos ha explicado que la percepción de los pacientes no es mala, pero que se puede empezar señalando que puede ser un déficit de información importante. “Esto se traduce en una tarea importantísima para los profesionales de enfermería y médicos de atención primaria”, ha manifestado.

Son mayoritariamente los profesionales de enfermería quienes informan y hacen un seguimiento sobre el tratamiento. Pero un porcentaje desconoce otros fármacos alternativos que a largo plazo pueden ser eficaces para un determinado número de pacientes importantes que no tienen que hacerse los controles rigurosos como se hace con los tradicionales. “Partimos del principio que deben estar formados e informados tanto las enfermeras y enfermeros, como los médicos de atención primaria. Porque éstos a su vez son educadores de los pacientes para potenciar el autocuidado”, ha explicado Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería.

Informe de resultados

La encuesta revela que un  73,7 por ciento de los pacientes anticoagulados que llevan un tratamiento clásico ha reconocido que desconoce que hay nuevas alternativas.  De este modo, un 78 por ciento ha reconocido que si tuviera la posibilidad de cambiar el tratamiento, si es igual de eficaz, valoraría la posibilidad de hacerlo.

Este estudio muestra que la gran mayoría de los pacientes conoce el motivo por el que deben tomar el tratamiento, cuál es el rango de control de los niveles de coagulación y que riesgos supone no estar dentro de los niveles marcados. Pero por otro lado un alto porcentaje de los encuestados desconoce que en la actualidad existen nuevos tratamientos que dan más independencia porque no precisa controles en general, se evita acudir al centro de salud no tan a menudo, se evitan los pinchazos, no precisa cambios de dosis, no interacciona con otros alimentos y son igualmente efectivos y seguros.