Julián Carretero Román, enfermero especialista en Salud Mental; Celso Arango, presidente de la SEP; y Manuel Cascos, de Satse.
La Enfermería en Salud Mental se remonta a los años 70. Fue ese año cuando se inició la especialidad de Psiquiatría para Ayudantes Técnicos Sanitarios. Veinticinco años más tarde, en noviembre de 1995, el Ministerio de Sanidad y Consumo convocó un grupo de Trabajo con expertos para elaborar el
programa formativo de la especialidad de Enfermería en Salud Mental. El resultado llegó el 30 de junio de 1998 con la publicación de una orden ministerial que desarrolló en el Decreto 992/1987, sobre la obtención del título de Enfermera especialista en Salud Mental. Pero casi 23 años después, servicios de Salud Mental de numerosas provincias de España siguen sin contar con estas profesionales. Y se echan en falta.
Así lo exponen los profesionales. Uno de ellos es el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría
, Celso Arango, que asegura que es "una
discriminación para Enfermería" que no cuente la especialidad, cuando no se contrata a ningún psicólogo sin el PIR ni a un médico sin el MIR en sus servicios.
"Cuando te atienden mal en un servicio de Salud Mental, lo más probable es que la queja no trascienda"
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También asegura no entender por qué nadie se imagina a una enfermera que sin ser matrona asista a partos. En cambio, en muchas comunidades autónomas cuenta más el tiempo que una enfermera lleve trabajando que la especialidad para trabajar en un Servicio de Psiquiatría.
Julián Carretero Román, supervisor de Recursos Humanos del Hospital Universitario Infanta Leonor y expresidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Enfermería de Salud Mental tiene una teoría: "Si vas a paritorio y hay problema con tu hijo a raíz de un mal parto, probablemente se desencadene en una denuncia y se haga ruido.
Pero cuando te atienden mal en un servicio de Salud Mental, lo más probable es que eso no trascienda; que ni se queje el usuario, ni la familia, ni nadie. Esto hace que esta situación, que se arrastra desde hace muchísimos años, se siga permitiendo".
Carretero Román, como enfermero especialista, alude al desconocimiento y a la
estigmatización de estos problemas. "Socialmente, salvo que tengas a una persona cercana con un problema, la salud mental se ve como poco importante e, incluso, con miedo o con recelo. Eso al final afecta a los profesionales", asegura.
Una reivindicación 'antigua'
En España hay más de 7.000 enfermeras especialistas en Salud Mental. "Desde 2016, el Ministerio de Sanidad publicó una recomendación para todas las comunidades autónomas para que se creara la categoría de enfermera especialista y se dotaran con ellas las plantillas orgánicas", explica Carretero Román. Pero no todas la acogieron. Por ejemplo, País Vasco exige que a los profesionales que tengan la especialidad para contratarlas en este servicio, otras tienen la categoría pero no crean el puesto de trabajo. También hay comunidades que solo la tienen en cuenta en puestos de trabajo de nueva creación.
El Sindicato de Enfermería, Satse, asegura a
Redacción Médica que viene denunciando desde hace tiempo "la
falta de una implantación ordenada y coherente en el conjunto del Estado de las plazas que deben catalogarse en los diferentes servicios de salud para las enfermeras y enfermeros especialistas en Salud Mental".
"En la actualidad, cada servicio de salud no sigue un criterio lógico y planificado a la hora de catalogar las plazas necesarias en sus centros y lo hace, en muchas ocasiones, por razones arbitrarias o en base a interés particulares que no benefician ni al profesional ni a la ciudadanía", añaden.
Por eso defiende, al igual que la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental, "que
todo acceso de un enfermero especialista en salud mental ha de ser a una plaza catalogada como tal. Es la única forma de reconocer la formación y trabajo de estos profesionales y, al mismo tiempo, seguir mejorando la atención y cuidados que se deben prestar a todas las personas con algún problema de salud mental".
La vocación es un plus
Para tener la especialidad es necesario aprobar el EIR.
Este 2021 la ratio es la más bajad el siglo y se sitúa en 4,2. Sin embargo, hace un año había siete aspirantes por cada plaza y, en la convocatoria de 2019, la ratio era de 12 aspirantes por plaza. Después tienen dos años de residencia, donde aprenden las habilidades necesarias para ejercer con pacientes con unas características propias. Tanto Arango como Carretero creen que esta formación redunda en una
mejor atención especializada. "Pero no solo tienen las competencias necesarias, también la vocación", aseguran.
"En Salud Mental necesitamos gente que dé cuidados de calidad y que sepa de lo que está hablando.
Igual que para trabajar de psiquiatra no pones a un ginecólogo, en Enfermería pasa exactamente lo mismo. Y cuando tienes a una enfermera que se ha formado, que es especialista y que de verdad está trabajando donde tiene que trabajar, repercute en la salud de la gente", afirma el enfermero.
Y lo explica: "
Consigue que las familias estén mejor cuidadas. Que las personas entiendan mejor cuando tienen un problema y la medicación que tienen que tomar. Hacen promoción de la salud y
evitan situaciones muy complicadas, como los actos suicidas. Eso que parece que no está pasando ocurre en España, especialmente con la crisis del coronavirus. Ellas les acompañan y ayudan. Si no es una enfermera especialista, a lo mejor esto no lo entiende".
"Esto es lo que hace que sea imprescindible que en todos los servicios de Salud Mental, sea un centro, una unidad de hospitalización breve o de cuidados prolongados,
deberían ser todas las enfermeras especialistas", concluye.
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