Cinco años después
volvía la asignación presencial de plazas para los
Enfermeros Internos Residentes (EIR) que este jueves
elegían la especialidad y el centro en el que pasarán los próximos dos años formándose. La expectación en el
Ministerio de Sanidad era máxima en una soleada pero fresca mañana de jueves, anticipo de las alegrías que estaban por anunciarse al empezar a salir una por una las
futuras enfermeras.

Familias enteras, grupos de amigos, profesores, pancartas, risas y muchos nervios adornaron una escena propia de la importancia que tiene elegir el trabajo al que se va a dedicar una vida; “Estoy expectante por ver salir a mi hija, es la 95 y aunque podrá elegir la especialidad que quiere,
Matrona,
está pendiente de confirmar si podrá trabajar en Pamplona o irse a Bilbao”, comentaba una madre nerviosa sobre su hija que encara una segunda residencia tras haberse especializado ya en
Salud Mental.
A medida que fueron saliendo las primeras en elegir la tensión se fue rebajando, lógicamente en estos casos había poca incógnita ya,
tenían su elección más que asegurada, pero aún así no faltó la emotividad de ver plasmado en un papel la recompensa a tantos meses de esfuerzo. Y si las protagonistas sonreían,
sus padres y madres no cabían en sí, de orgullo y satisfacción.
"
Es un orgullo que una hija tenga este resultado, fruto de su esfuerzo y constancia, y encima la alegría de que se quede en Málaga con nosotros ¿La celebración? En el coche de vuelta y un verano en la Costa del Sol", explicaba un padre exultante con su hija, una de las primeras EIR, radiante a su lado. Otras iban
acompañadas de amigas y compañeras, muchas de ellas aún expectantes por elegir su plaza en la tarde y pese a no tener nada claro su futuro aún no dudaron en ir de la mano con aquellas más afortunadas y compartir con ellas ese momento tan especial, esperando, eso sí, a una
celebración conjunta en la noche.
Marina Garrido, número uno del EIR, sale radiante.
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Un día lleno de satisfacciones para las futuras enfermeras.
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Los abrazos protagonizaron la mañana.
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La expectación era máxima a las puertas del Ministerio de Sanidad.
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El compañerismo fue la tónica predominante.
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Compañeras celebran juntas sus asignaciones.
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La satisfacción del deber cumplido.
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No faltaron las lágrimas de alegría.
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Grupos de amigos y familiares esperaban a las futuras EIR.
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Momento de celebración.
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Marina Garrido, la número uno del EIR, posa orgullosa.
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Momento para compartir alegría con la familia.
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Pendientes de los resultados en directo.
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Los familiares no podían contener la alegría.
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Máxima expectación.
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La mañana soleada en el Ministerio de Sanidad.
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