Sabela y María, admitidas para la realización del examen BIR 2025.
El
25 de enero de 2025 tendrá lugar
el examen BIR, “uno de los más desconocidos” de la Formación Sanitaria Especializada, según indican los propios estudiantes. En total, se ofertarán 63 plazas en dicha titulación, lo que supondrá un 3 por ciento menos que el año anterior.
Sin embargo, son muchos los aspirantes que optan a convertirse en biólogo clínico, ni más ni menos que
1.134 personas. Este dato refleja que de cada 18 opositores, uno conseguirá dar el salto a la especialización.
María Sánchez y Sabela Jardón forman parte de ese total y, aunque sea un reto, ambas tienen la esperanza de conseguir plaza.
Por su parte, Sabela, que estudió Biología en la Universidad de Vigo, es
la tercera vez que se presenta al BIR. Según cuenta a
Redacción Médica, a lo largo de sus cuatro años de carrera se dio cuenta de que lo que más le gustaba era
la práctica clínica. De hecho, realizó su Trabajo de Fin de Grado en un laboratorio, lugar donde tomó la decisión de formar parte de un hospital: “Me gustó mucho, sobre todo, la labor de cada uno de los integrantes del laboratorio y el ambiente”.
Sabela: "En el BIR, la nota de corte es súper alta en comparación con otras pruebas como el MIR o el EIR"
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Aun así, lamenta que existan tan pocas plazas, lo que exige cierta “perfección” por parte de los aspirantes para optar a alguna: “
La nota de corte es súper alta en comparación con otras pruebas
como el EIR o el MIR”. Respecto a este último examen, afirma que, aunque no quiere quitarles en ningún momento el mérito, los estudiantes que acaban la carrera de Medicina lo tienen más fácil: “Al final, ellos pueden acceder a una plaza con un tres y nosotros como mínimo
tenemos que sacar un nueve”.
La complejidad de conseguir una plaza en el BIR
De hecho, apunta que las especialidades de laboratorio que se ofertan en el MIR, es decir, las multidisciplinares, “se quedan vacías año tras año”. “Poca gente las quiere y se siguen ofreciendo, y con esas plazas, en el BIR,
optaríamos al doble si se aumentaran en nuestra convocatoria”, lamenta. Incluso añade que los BIR están mejor preparados que los MIR para ocupar ese tipo de puestos: “A mí, obviamente, no se me ocurre ser cardiólogo”.
En el mismo hilo que Sabela, a María, que estudió Bioquímica en la Región de Murcia, le da rabia que haya tan pocas plazas: “Hay mucho trabajo, los laboratorios de los hospitales tienen una carga enorme y,
si hubiera más BIR, existiría la posibilidad de que los diagnósticos llegaran más rápido”. También hace hincapié en que están “infravalorados” y que aunque mucha gente piense que el BIR es fácil, se equivoca, ya que “es igual de difícil que las demás pruebas”.
María: "Si hubiera más BIR, existiría la posibilidad de que los diagnósticos llegaran más rápido"
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Según María, “si le preguntas a alguien, nadie sabe lo que hacen los biólogos clínicos y, aunque los médicos y los enfermeros son esenciales, son
los únicos capaces de determinar numerosas patologías. “Sabemos que el médico hace una gran parte de la labor, pero sin nosotros no podrían llegar al diagnóstico que llegan”, asegura.
Para Sabela, la figura del
biólogo clínico, “que no está reconocida como se merece”, es esencial en un hospital. “Somos fundamentales a la hora de diseñar la historia clínica del paciente”, asegura. De hecho, considera que es un camino que vale la pena seguir. Su objetivo, cuando consiga la plaza, será compaginarlo con
un doctorado en el que pueda investigar acerca de enfermedades raras. “A los estudiantes de Biología les recomiendo que se informen y que vean de cerca el trabajo que se hace en los laboratorios, porque es algo que te hace ver más la luz”, puntualiza.
La ilusión de convertirse en biólogo clínico
En un sentido similar,
María apunta que la profesión es “muy bonita”. “Formarte como biólogo clínico te permite conocer las patologías de cerca”, señala. En su caso,
conoció la existencia del BIR por su primo, ya que durante la carrera no supo nada sobre esta salida profesional: “Tuve muy poca información, ni los profesores que eran especialistas mencionaron la existencia de este camino alternativo”.
Fueron sus prácticas clínicas en un hospital murciano lo que le llevaron a dar el paso. Por lo de pronto, todavía no está nerviosa y
afronta el examen con poca presión, aunque indica que es porque todavía quedan tres meses: “Empecé en mayo a prepararlo en la Academia GoBIR y por ahora no noto el agobio”.
Sabela, sin embargo, afirma que el proceso de preparación está siendo “duro y latoso”. “Tienes que reforzarte positivamente y pensar que sí que vales para ese puesto. Yo sé completamente que va a valer la pena cuando lo consiga”, señala. Y es que
la palabra “rendirse” no está en su vocabulario, por lo que, en esta convocatoria cuenta con poder alcanzar su meta. Incluso ya puede permitirse afrontar la prueba de una forma distinta: “No me leo tanto los temas, voy directamente a las preguntas y utilizo el sistema pregunta-error”.
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