Servando E. Marrón, coordinador del Grupo Español de Dermatología Psiquiátrica.
15 dic. 2016 11:10H
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POR SANDRA MELGAREJO
Ansiedad, depresión, menoscabo en la calidad de vida y estigmatización son algunos de los rasgos que tiene el impacto psicosocial de las enfermedades dermatológicas en los pacientes. Sin embargo, se echa de menos una búsqueda activa de estos problemas en la consulta de Dermatología. “El modelo centrado en el paciente debe abordar más que el aspecto biológico de la enfermedad, pero no hay una implicación real en la práctica clínica habitual por parte del dermatólogo”, reconoce Servando E. Marrón, responsable de la Unidad Clínica de Dermatología del Hospital de Alcañiz (Teruel) y coordinador del Grupo Español de Dermatología Psiquiátrica (Gedepsi) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
El especialista achaca a la presión asistencial que el dermatólogo no pregunte al paciente por su esfera psicosocial: “Parece que le interesan más las ‘cosas importantes’ y que consumen recursos, como el cáncer cutáneo, el melanoma maligno, la psoriasis… Pero cada vez hay más interés, aunque hace falta formación para extrapolarlo a la clínica”. Precisamente, el Gedepsi y la AEDV imparten un curso de atención holística al paciente dermatológico en el que se abordan los aspectos psicosociales, una actividad formativa que está abierta no solo a especialistas en Dermatología, sino también a psicólogos y enfermeras.
No obstante, la principal propuesta del Grupo de Dermatología Psiquiátrica es “la creación de unidades multidisciplinares en las que el dermatólogo colabore con salud mental y, si es posible, integren una consulta monográfica de psicodermatología”, detalla Marrón. “Si no puede ser, lo ideal es que Dermatología tenga un trato fluido con salud mental para derivar al paciente y tener un feedback de lo que ha ocurrido”, añade.
La investigación en Dermatología Psiquiátrica
El Gedepsi desarrolla varios proyectos de investigación para mejorar el ámbito psicosocial de los pacientes dermatológicos. De hecho, está cerca de finalizar la primera escala de calidad de vida en castellano para medir el impacto social de la hidrosadenitis supurativa. Además, Marrón destaca otro estudio en curso sobre detección del trastorno dismórfico corporal en pacientes con acné y un tercer proyecto de investigación en preparación sobre el impacto psicosocial de la alopecia frontal fibrosante.
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