Cristina Alcalá. Madrid
La atención a la dependencia se desenvuelve de forma desigual en todo el territorio nacional, o al menos así lo manifiestan los propios usuarios del sistema. En regiones como Murcia o Cataluña, la gran mayoría de dependientes (más del 60 por ciento) manifiestan que sus necesidades de atención se encuentran indebidamente cubiertas, ya sea técnicas o personales.
De izquierda a derecha: Dolores Dizy Menéndez, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid; Juan Antonio Sánchez Espín, consejero del Consejo Estatal de Personas Mayores; y Rosa Gómez Redondo, profesora de la UNED.
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Al otro lado de la balanza, Castilla y León, Cantabria, Navarra y La Rioja tiene el porcentaje de usuarios más satisfechos (60-70 por ciento). El resto de comunidades, por su parte, se encuentran en términos medios, si bien necesitan mejorar la atención que prestan a los dependientes mayores de 65 años.
Esta es una de las principales conclusiones que se han puesto sobre la mesa del 'Informe 2014: las personas mayores en España', una jornada organizada por el Imserso durante este miércoles. En el apartado de protección social y dependencia, Rosa Gómez Redondo, profesora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha puesto en valor la situación de los usuarios dependientes en España, bien sea por edad, sexo o territorio, para manifestar las importantes desigualdades de atención que presentan.
En cuanto al porcentaje de edad y sexo, ambos colectivos manifiestan opiniones similares: entre el 60 y 70 por ciento de mujeres y hombres dependientes mayores de 65 años manifiestan que reciben algún tipo de ayuda para, frente al 15-25 por ciento que asegura que no tienen ninguna. El resto no se pronuncian al respecto, según ha detallado Gómez Redondo.
Respecto al tipo de ayuda, la mayoría de usuarios (el 85 por ciento) perciben ayudas personales o del tipo asistencial, frente a un bajo porcentaje que asegura tener subvenciones económicas o del tipo técnico (el 12 por ciento), de los servicios sociales (3 por ciento) y de amigos o vecinos (0,3 por ciento). Aun así, todos ellos manifiestan que son insuficientes para atender el grado de dependencia que padecen.
Esperanza de vida en la población española
Gómez Redondo también ha ahondado en el aumento de esperanza de vida de la población española, pero, especialmente, en la calidad de vida que tienen esos años a partir de los 65, es decir, sin enfermedades crónicas, sin discapacidades o limitaciones en la actividad diaria.
En este caso, la tendencia se ha revertido a lo largo de las décadas, tal y como ha expuesto la experta. Los hombres, a pesar de tener una esperanza de vida menor, tienen una tasa de años sin limitaciones mayor que el de las mujeres (un 35 por ciento frente a un 20 por ciento).
Por comunidades, los habitantes con mayor número de años con vida saludable se sitúan en Castilla y León, Aragón, Navarra y País Bajo, frente a Andalucía, Murcia o Extremadura.
Propuestas de mejoras a futuro
Para solventar esta situación, la experta expone varias propuestas. La primera se refiere a la necesidad de ajustar el actual contexto demográfico con las demandas sanitarias de las personas mayores, tanto en cuidados como en atención a la dependencia. Asimismo, es necesario actualizar los datos y las fuentes disponibles, porque limitan demasiado analizar la situación real.
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