Javier Aranceta, Manuel Anguita, Carlos Macaya, Ignacio Ferreira González, Petra Sanz, Emilio Luengo y Carlos Ruiz Cotorro.
La Sociedad Española de Cardiología (
SEC) y la Fundación Española del Corazón (
FEC) han presentado el
informe 'Riesgo cardiovascular desde la infancia', un
documento de consenso en el que un grupo de expertos especialistas en Cardiología, alimentación y deporte analizan el entorno escolar y los hábitos alimentarios y deportivos de la
población infantil. El texto recoge
diferentes propuestas de actuación, con el fin de
mejorar la salud cardiovascular futura de la población, a través de
medidas dirigidas a los menores españoles.
“No se trata de una guía con consejos para llevar una infancia más cardiosaludable, sino que en este
documento se realiza una
valoración de la situación actual, qué hábitos pueden repercutir negativamente en el desarrollo del niño y qué iniciativas deberían ponerse en marcha si queremos evitar que, en un futuro, los más pequeños tengan un mayor riesgo de padecer enfermedades o sufrir un evento cardiovascular”, ha enfatizado
Carlos Macaya, presidente de la FEC.
Según estimaciones obtenidas en el 'Estudio Nutricional de la Población Española' 2018 (Estudio 'ENPE'), a partir de los
criterios del IOTF-2000 (International Obesity Task Force), un
23,8 por ciento de la población infantil y juvenil tiene
sobrepeso y un
10,3 por ciento
obesidad en España.
Mayor consumo de alimentos procesados
El incremento de estas enfermedades viene explicado por el
consumo de alimentos procesados, con
alto contenido en azúcar y
grasas saturadas, en las
dietas de los niños o el
sedentarismo. “Partiendo de este contexto, y tras un análisis de la situación actual, los expertos han coincidido en la necesidad de impulsar una serie de medidas que ayuden a la protección cardiovascular de los menores españoles”, ha explicado
Manuel Anguita, presidente de la SEC.
Los factores de riesgo cardiovascular empiezan a estar presentes en la infancia
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Aunque las enfermedades cardiovasculares suelen desarrollarse en la edad adulta, los factores de riesgo cardiovascular empiezan a estar presentes en la infancia. “La obesidad, la inactividad física, el colesterol elevado, la hipertensión arterial y el tabaquismo son factores de riesgo cardiovascular evitables, es decir, que se podrían prevenir siguiendo hábitos de vida saludables, a través de una correcta alimentación y la práctica de ejercicio de manera regular”, ha explicado
Ignacio Ferreira, coordinador del informe, miembro del Comité Ejecutivo de la SEC y editor jefe de la Revista Española de Cardiología.
Para desarrollar este documento, los expertos han analizado la
actividad física y
alimentación de los menores en el
entorno escolar. Entre las principales conclusiones obtenidas destaca, por un lado, que el
sedentarismo se encuentra en
niveles superiores a los deseables, pues menos de la mitad de los niños y adolescentes en España realizan, al menos,
60 minutos de actividad con una intensidad moderada y/o vigorosa a lo largo del día, según el 'Informe 2016: Actividad física en niños y adolescentes en España'.
Por otro lado, aunque la
información disponible pone de manifiesto que la
oferta alimentaria en los comedores escolares ha
evolucionado de forma positiva, quedan aún
muchos aspectos por mejorar desde el punto de vista nutricional. “El modelo actual repercute en la calidad nutricional de la comida servida en los comedores escolares, con una escasa presencia de verduras por debajo de lo deseable, exceso de alimentos del grupo de carnes y derivados y de alimentos precocinados que requieren su preparación en fritura”, ha manifestado Ferreira durante su intervención.
Seis medidas y un sello de calidad
Los expertos presentes en el informe 'Riesgo cardiovascular desde la infancia' proponen seis medidas, relacionadas con el ejercicio físico y la alimentación, y un sello de calidad como reconocimiento a los centros escolares que fomenten la actividad física, la educación nutricional y apuesten por la calidad de sus menús escolares.
“Los expertos recomendamos
incluir una hora diaria más de actividad física a la
semana en
Educación Infantil y Primaria, ya que no solo contribuye al desarrollo físico y mental del niño, sino que también fomenta la
sociabilización de los pequeños”, ha explicado
Emilio Luengo, especialista en Cardiología, miembro del Consejo de Expertos del área de Actividad Física de la FEC y miembro de la Sociedad Española de Medicina del Deporte. Otra manera de aumentar las horas de actividad física de los niños es mediante la
apertura de los centros educativos durante los
fines de semana y festivos para actividades deportivas de los alumnos.
Se apuesta por institutos y colegios que oferten la práctica de deportes diferentes a sus alumnos
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Asimismo, se apuesta por centros escolares “
multideporte”, es decir, institutos y colegios que oferten la práctica de deportes diferentes entre sus alumnos. “Un entorno ‘monocultivo’ entraña un riesgo importante, ya que los poco dotados para una actividad en concreto pueden sentirse frustrados y aislarse de la práctica deportiva y de sus compañeros”, ha indicado Luengo. Además, es importante conseguir que el
recreo de los más pequeños sea “
activo”, en el que se promuevan las actividades físicas para que los alumnos puedan desconectar y afianzar los conocimientos adquiridos durante las clases.
Mejorar la gestión de la oferta alimentaria
Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (
SENC), presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco, vicepresidente de la Academia Española de Nutrición (
AEN) y miembro del Consejo de Expertos del área de Nutrición de la FEC, ha explicado, durante la presentación del informe, las medidas relativas a la alimentación. Una de las propuestas se centra en
mejorar la gestión y la calidad de la o
ferta alimentaria y
disminuir el despilfarro de alimentos, siguiendo los criterios de sostenibilidad medioambiental en la organización de los menús escolares.
Por otro lado, se aconsejan
evitar las máquinas dispensadoras de alimentos en los colegios e institutos, ya que estas suelen contener
alimentos procesados, con
alto contenido en azúcar y
grasas saturadas. “Para asegurar la calidad de los alimentos consumidos durante el horario escolar, es necesario sustituir las máquinas de “vending” por otras con alimentos saludables: agua, fruta o lácteos”, ha manifestado Aranceta.
Por último, la FEC propone la creación de un
sello de calidad que, tras la determinación de una serie de criterios, podrá ser concedido a los
centros escolares que cumplan ciertas características relacionadas con la promoción de la actividad física, la educación nutricional y la calidad de la alimentación servida en el centro.
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