23 nov. 2020 11:30H
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Un grupo de investigadores del I3A, en la Universidad de Zaragoza, trabajan desde la ingeniería y las matemáticas para conocer el funcionamiento del corazón, ver cómo es su actividad cuando está sano y cómo cambia cuando se produce un infarto. Lo hacen a través de la computación en Cardiología, con la creación de un corazón virtual que en el ordenador permite reproducir la actividad eléctrica de un corazón real.
Su línea de investigación avanza hacia una metodología más sencilla. Hasta ahora, la simulación computacional requería la construcción de una geometría que creaba una malla, uniendo diferentes puntos de ese corazón virtual. "Este sistema no era aplicable a la rutina clínica, se necesitaban amplios conocimientos de ingeniería, pero ahora han creado una nueva metodología que facilita esa aplicación porque traduce de forma más fácil una imagen a un modelo computacional y, por lo tanto, puede ser más fácil de interpretarse en el ámbito hospitalario", han señalado en el Congreso de Computación en Cardiología (CinC).
Hasta ahora, este grupo de investigadores partía de una imagen clínica que tenía que dividir en pequeños trozos y establecer su conexión. "Con esta nueva metodología, esto ya no es necesario, ya no hay que construir el corazón virtual conectando esas pequeñas partes para ver cómo funciona, sino que parten de la propia imagen, se construye un modelo de manera automática y son capaces de ver la actividad cardiaca", han explicado los expertos.
Computación en Cardiología
Esta metodología que une la ingeniería y las matemáticas "es aplicable a diferentes patologías del corazón, pero en el trabajo que presentamos se había probado ante el infarto de miocardio. Nuestra idea es probar cómo es la actividad eléctrica del corazón que ha sufrido un infarto", ha explicado uno de los investigadores, Konstantinos Mountris.
Trasladar la imagen de un corazón dañado a la simulación en el ordenador permite comprobar cómo será su actividad a partir de ahora, cómo se va a comportar y esto puede ayudar a los clínicos en su diagnóstico, aplicación de tratamientos y toma de decisiones. Es un método con una gran carga matemática y de ingeniería pero con una gran aplicación clínica.
"Son algoritmos que podrían llevarse a la clínica y obtener un resultado a partir de la imagen que tienen los médicos", ha destacado Esther Pueyo, investigadora principal del proyecto europeo Modelage.
Esta línea de investigación propone un método que tiene diferentes aplicaciones, desde cirugías a pruebas diagnósticas o tratamientos. Un modelo matemático que reproduce cómo funciona un corazón sano o un corazón con zonas afectadas por una arritmia o por un infarto y que se puede adaptar a cada paciente.
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