El proyecto concluye que estos programas se están implantado en menos de la mitad de los países de todo el mundo

El Marañón lidera el primer estudio de calidad en rehabilitación cardiaca
Marta Supervía, médico rehabilitador del Hospital Gregorio Marañón.


15 jul. 2019 14:00H
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El impacto de la enfermedad cardiovascular está aumentando significativamente convirtiéndose, actualmente, en la primera causa de muerte y discapacidad en el mundo. La rehabilitación cardiaca está avalada científicamente como una de las estrategias más beneficiosas y rentables para evitar recaídas o agravamiento en estos pacientes y para recuperar la calidad de vida de los enfermos. Sin embargo, es una intervención donde participan múltiples componentes y, por lo tanto, compleja, por lo que la naturaleza y calidad de los programas pueden variar ampliamente, impactando el grado de beneficio para el paciente.

El Hospital Gregorio Marañón, junto con el Consejo Internacional de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular, han llevado a cabo el primer estudio en el mundo sobre la situación y calidad de los programas de rehabilitación cardiaca. Este estudio ha concluido que estos programas están implantado en menos de la mitad de los países de todo el mundo.

Marta Supervía, médico rehabilitador del Hospital Gregorio Marañón, es uno de los principales investigadores en un proyecto que ha tenido como objetivo definir y comparar la naturaleza de los programas de Rehabilitación Cardiaca en todo el mundo, así como la capacidad de estos programas en relación a la prevalencia de patología cardiaca isquémica.

Dicho proyecto ha dado lugar a la publicación de dos artículos que son la culminación de tres años de esfuerzo entre un equipo de colaboración global de 58 investigadores, liderado por Sherry Grace (Universidad de York y presidenta del Iccpr), junto a Marta Supervía y Karam Turk-Adawi (Universidad de Qatar), investigadoras principales, y Francisco Lopez-Jimez (Clínica Mayo). Estos trabajos se han publicado en la revista EClinicalMedicine de la prestigiosa publicación 'Lancet'.


Se necesitan más de 18 millones de tratamientos anuales 


Estos estudios han desvelado que solo uno de cada 12 pacientes que han sufrido un evento cardiaco isquémico tiene acceso a rehabilitación cardiaca. Actualmente, se necesitan más de 18 millones de tratamientos anuales para tratar a estos pacientes, esto sin incluir a pacientes con otros diagnósticos con indicación de rehabilitación cardiaca como insuficiencia cardiaca, cirugía valvular o trasplante cardiaco.


"Casi la mitad de los países del mundo no tienen absolutamente ningún programa de rehabilitación"


"Casi la mitad de los países del mundo no tienen absolutamente ningún programa de rehabilitación", señala Marta Supervía, "por lo que la gente tiene más riesgo de morir o sufrir otro evento cardiaco sin estos programas". El continente africano y el sureste de Asia tiene la mayor necesidad de más programas, junto con India, China y Rusia que precisan millones de tratamientos rehabilitadores en función del promedio de pacientes que desarrollan enfermedades del corazón cada año actualmente.

Más de 20 millones de personas viven con enfermedades cardíacas en todo el mundo y sin estos programas, tienen un mayor riesgo de sufrir episodios cardíacos recurrentes y tienen una calidad de vida reducida.

Programas de calidad


La rehabilitación cardiaca consta de tres fases: fase I, durante el ingreso hospitalario, fase II (programas donde uno de los pilares fundamentales es el ejercicio personalizado y supervisado) y fase III (seguimiento en Atención Primaria).

De los casi 6.000 programas de fase II que existen en todo el mundo, en general, cumplen con los estándares mínimos recomendados, ofreciendo un promedio de nueve de los once  componentes principales, pero esto varía según la región. Estos aspectos son evaluación inicial, evaluación de riesgos y estratificación, entrenamiento físico, educación del paciente, manejo de los factores de riesgo cardiovascular, asesoramiento nutricional, manejo del estrés, intervenciones para dejar de fumar, orientación vocacional y regreso al trabajo, comunicación con atención primaria y evaluación final en el programa de rehabilitación fase II.

Sin embargo, en estos países con mayor desarrollo en programas de rehabilitación cardiaca se encontró una distribución irregular de las intervenciones para dejar de fumar, controlar el estrés y apoyar el regreso al trabajo.

"El abandono del tabaco es una de las formas más efectivas de reducir el riesgo de ataques cardiacos y prolongar la supervivencia, por lo que todos los programas de rehabilitación cardíaca deberían ofrecer este servicio", asegura Marta Supervía, autora principal de uno de los artículos asociados y rehabilitadora del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.


Mayor apoyo para el regreso al trabajo 


"Del mismo modo, los programas requieren un mayor apoyo para el regreso al trabajo para ayudar a los pacientes a mantener una vida gratificante y una estabilidad financiera, al tiempo que reduce el impacto negativo de la enfermedad cardiovascular en la economía", añade. 


"El abandono del tabaco es una de las formas más efectivas de reducir el riesgo de ataques cardiacos"


Por tanto, se incide en la necesidad de la promoción para fomentar el número de programas así como garantizar la calidad asistencial. Marta Supervía añade que "también se podría lograr una mayor capacidad mediante la oferta de más programas no presenciales en determinados perfiles de pacientes, por ejemplo, mediante el aprovechamiento de las nuevas tecnología a través de la rehabilitación cardíaca domiciliaria, que solo se ofrece en 38 países, incluido España".

En España existen 87 centros que ofrecen rehabilitación cardiaca (según el registro de Sorecar – Sociedad Española de Rehabilitación Cardiorrespiratoria), con una media de atención de 120 pacientes anuales. No obstante, el Hospital Gregorio Marañón, por su complejidad, trata a más de 500 enfermos al año.

El protocolo de este trabajo global ha sido respaldado por varias organizaciones internacionales, incluida la Federación Mundial del Corazón (WHF) y la Sociedad Internacional de Medicina Física y Rehabilitación (Isprm). 
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