Beatriz Vaquerizo, cardióloga intervencionista del Hospital del Mar de Barcelona.
25 ene. 2017 10:20H
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La longevidad de la población ha cambiado el panorama con que se topan los intervencionistas cardiacos. Al menos un 70 por ciento de las veces se enfrentan a lesiones que obstruyen los vasos debido a la presencia de calcificaciones, lo que obliga a prepararlas antes de colocar un ‘stent’, balón o cualquier otra prótesis que despeje el paso para la circulación de la sangre.
“Las arterias se encuentran cada vez más calcificadas debido a la edad del paciente; por eso, si se colocan prótesis convencionales, es elevado el riesgo de cierre o de trombosis y, para eludirlo, se actúa primero sobre la placa o lesión de modo que el ‘stent’ se coloca en un segundo paso con el terreno abonado”, ha explicado a Redacción Médica Beatriz Vaquerizo, cardióloga intervencionista del Hospital del Mar de Barcelona.
Un diagnóstico en el que coincide su colega Jorge Palazuelos, del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid, quien enumera la diversidad de técnicas diseñadas para esta nueva realidad clínica.
“Tenemos nuevos dispositivos frente a nuevas lesiones producto de la arteriosclerosis (deterioro progresivo de las arterias) y las comorbilidades del enfermo; a menudo nos encontramos con bifurcaciones calcificadas o ulceradas que, a veces, han sido tratadas con ‘stent’ con anterioridad… Todo ello requiere de materiales coadyuvantes a la mera angioplastia o inflado de un balón dentro del vaso para restablecer el flujo de sangre”, ha reflexionado.
De acuerdo con Palazuelos, se han rediseñado los propios balones, su dureza o consistencia o incluso su capacidad para navegar proveyéndolos de cuchillas o alambres para romper las calcificaciones… todo pensado para abordar nuevas lesiones ubicadas en vasos pequeños y rodeadas de tejido fibrótico, entre otras dificultades para la intervención del cardiólogo.
Curso monográfico para dar una visión de conjunto
En este contexto, tiene lugar esta semana en Barcelona el I Curso de Tratamiento de Placas Calcificadas y/o Complejas, de dos días duración y al que acuden especialistas de todo el país para dotarse de una visión de conjunto de las nuevas técnicas de intervencionismo cardiaco, que van más allá de colocar un ‘stent’ y preparan la lesión, a menudo calcificada, con nuevas técnicas e instrumentos.
Una de éstas se conocer como aterectomía rotacional, que se da a conocer en el foro en distintas ponencias y que Vaquerizo describe como “la inserción de una especie de turbina –una fresa metálica provista de punta y diamantes– a la que se hace rotar a gran velocidad para romper los anillos de calcio de la placa y allanar el camino para colocar el ‘stent”.
Según completa Palazuelos, no es otras cosa que “hacer un pequeño agujero en la placa calcificada para limpiar el tejido fibrótico” y posibilitar así la inserción de la prótesis, por ejemplo un ‘stent’ provisto, a su vez, de un fármaco de liberación lenta que acelere la disolución de la lesión.
“La tecnología también ha avanzado en este aspecto, y existen ‘stent’ de distintos materiales como acero inoxidable, cromocobalto, cromoplatino o titanio; se trata de hacer un nuevo ‘encofrado’ de la arteria donde se ubica la lesión para mejorar el resultado y aumentar la cicatrización”, expone.
La técnica intervencionista cardiaca de mínima invasión (no se requiere cirugía, sino que se accede a la lesión a través de la arteria femoral (situada en el muslo) o incluso de la radial (en el brazo) resuelve obstrucciones de los vasos que comprometen la vida del paciente y lo hacen de forma más sofisticada con resultados espectaculares y duraderos.
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