Comer menos de una taza de
fresas podría ayudar a reducir los
síntomas de la
enfermedad inflamatoria intestinal, según un estudio realizado por la Sociedad Americana de Química.
El consumo de
frutas y verduras se ha asociado con un menor riesgo de esta patología. Por ello, Hang Xiao, director de la investigación, y su equipo en la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos), se enfocaron en las fresas.
De acuerdo con Yanhui Han, estudiante que realizó el estudio, la mayoría de los trabajos anteriores se han centrado en los efectos de
compuestos purificados y extractos de fresas. “Pero cuando solo pruebas los compuestos y extractos purificados, te pierdes muchos otros componentes importantes en las bayas, como la fibra dietética, así como compuestos fenólicos unidos a las fibras, que no pueden extraerse con solventes”.
Tres cuartas partes de taza de fresas
En su experimento han usado cuatro grupos de ratones: un grupo de ratones sanos que consumen una dieta regular y tres grupos de ratones con la enfermedad que consumen una dieta regular, una dieta con 2,5 por ciento de polvo de fresa o una con 5 por ciento de polvo de fresa.
Las fresas podrían afectar las rutas metabólicas anormales en los ratones con esta enfermedad
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En vista a los resultados, sugieren que el consumo dietético de fresas enteras en una dosis equivalente a tres cuartas partes de una taza por día en humanos
suprimía significativamente síntomas como la pérdida de peso corporal y la diarrea sanguinolenta en ratones con enfermedad inflamatoria intestinal. Los tratamientos con fresas también disminuyeron las respuestas inflamatorias en el tejido colónico de los ratones.
Pero la disminución de la inflamación no fue el único beneficio que aportó la fresa durante el estudio, puesto que la inflamación colónica tiene un impacto adverso en la composición de la microbiota en el intestino.
Bacterias dañinas vs bacterias beneficiosas
Con la enfermedad inflamatoria intestinal, la abundancia de bacterias dañinas aumenta, mientras que los niveles de bacterias beneficiosas disminuyen en el colon. Después de los tratamientos dietéticos de las fresas enteras, los investigadores observaron una
reversión de esa composición de microbiota no saludable en los ratones con dicha patología.
El equipo también obtuvo datos experimentales que indicaban que las fresas podrían afectar las rutas metabólicas anormales en los ratones con esta enfermedad, lo que a su vez podría conducir a la disminución de la inflamación colónica que observaron.
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