El
confinamiento perimetral y domiciliario es una de las medidas más duras y efectivas para hacer frente a la pandemia. Se aplica cuando la
situación epidemiológica se encuentra descontrolada y su efectividad reside en una reducción drástica de la movilidad, provocando que la transmisión comunitaria se vea muy reducida.
¿En qué se basan las autoridades para aplicarlo?
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron en el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, un documento llamado
‘Actuaciones de respuesta coordinada para hacer frente a la pandemia por Covid-19’. Este texto tiene como objetivo permitir a cada comunidad
evaluar el riesgo, establecer un nivel de alerta y adoptar medidas proporcionales, adaptables a la situación y al contexto de cada territorio.
Para ello, se incluyen indicadores de transmisión
(incidencias, positividad y trazabilidad), de utilización de los servicios sanitarios
(ocupación hospitalaria y de UCI) e indicadores complementarios que ayudan a evaluar el riesgo. Todos ellos se han seleccionado por su utilidad para capturar los aspectos más importantes de la situación epidemiológica y las capacidades de respuesta.
En cada uno de estos indicadores, se establecen umbrales para determinar si el r
iesgo es bajo, medio, alto o muy alto. Según indican, “en todo momento, estos umbrales se basan en la evidencia científica, los estándares internacionales y la experiencia acumulada por las administraciones sanitarias”.
¿Cómo tiene que ser la situación epidemiológica para aplicar el confinamiento perimetral?
El confinamiento perimetral es una actuación de respuesta que se contempla cuando el
nivel de alerta es muy alto. Según el documento, este nivel se alcanza con la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes es superior a
250 casos, la
tasa de positividad de las pruebas diagnósticas es
mayor al 15 por ciento, la tasa de
ocupación de camas de hospitalización supera el
15 por ciento y el porcentaje de
ocupación de camas UCI supera el
25 por ciento.
Estos criterios marcan un guía común, pero las
comunidades pueden establecer sus propios criterios. Por ejemplo, la
Comunidad de Madrid ha establecido que aplica el confinamiento perimetral en aquellas zonas que tengan una incidencia acumulada superior a 1.000 casos. Mientras que Andalucía lo aplica en las que superar los 500 casos.
¿Y cuándo se aplica el confinamiento domiciliario?
Durante la tercera ola muchas comunidades han pedido al Ministerio
poder aplicar el confinamiento domiciliario para aquellas regiones que superan los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, debido a las consecuencias que tiene para la salud y la economía esta drástica medida queda reservada para cuando el
sistema sanitario tiene un alto riesgo de colapso.
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