Las
verrugas genitales son una
Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) compuesta por lesiones benignas que se transmiten principalmente por esta vía de transmisión y que
aparecen en la zona genital y anal tanto del hombre como de la mujer. Se pueden encontrar en el pene, la vulva, la uretra, la vagina, el cuello uterino, así como dentro y alrededor del ano.
La causa principal es el
Virus del Papiloma Humano (VPH). Existe un gran variedad de diferentes tipos de VPH, de los cuales cerca de 40 afectan la piel y mucosas del tracto ano-genital del hombre y de la mujer. Los tipos de VPH se clasifican en dos grupos: tipos de
VPH de alto riesgo (oncogénicos o relacionados con el cáncer) y tipos de
VPH de bajo riesgo (no oncogénicos, sólo causan lesiones benignas). Las verrugas genitales son producidas por VPH pertenecientes al grupo de bajo riesgo, por lo tanto
no son capaces de producir cáncer de cuello uterino.
La infección por virus VPH es muy común entre personas sexualmente activas. Sin embargo, no todas las personas portadoras de este virus tendrán verrugas genitales, de forma que 1 de cada 10 personas porta el VPH, pero sólo
1 de cada 100 desarrollará verrugas genitales. La mayoría de las infecciones se adquieren en edades jóvenes, al inicio de sus relaciones sexuales, pero es importante saber que las verrugas genitales no afectan a la fertilidad de la mujer.
Las verrugas genitales
son altamente contagiosas, de forma que una persona que mantenga relaciones sexuales con otra que tenga verrugas genitales tiene un 70 por ciento de posibilidades de contagio. Las personas con VPH pueden transmitir la enfermedad aun cuando no hay signos visibles de verrugas y pueden aparecer semanas, meses o hasta años después del contagio de la infección.
¿Qué síntomas producen las verrugas genitales?
Concretamente, tienen el aspecto de
bultos carnosos que aparecen en la zona genital y anal. La apariencia puede variar mucho ya que pueden ser elevadas o planas, únicas o múltiples, pequeñas o grandes. Pueden agruparse en forma de "coliflor", ser rosas, blanquecinas o del color de la piel. En las mujeres habitualmente se localizan en los labios de la vulva, la entrada de la vagina y la zona perineal, que son las zonas de mayor contacto durante el coito.
Normalmente no causan molestia y se ponen de manifiesto en una exploración ginecológica rutinaria. Otras veces
pueden causar picor, escozor, dolor e incluso sangrado.
Además del síntoma más típico, la aparición de estas verrugas,
otros síntomas poco frecuentes pero que también pueden darse son un
aumento de la humedad en el área genital cerca de las verrugas, aumento del flujo vaginal, prurito genital o sangrado vaginal durante o después de tener relaciones sexuales.
Pruebas para detectar las verrugas genitales
Es importante acudir al médico para una
exploración ginecológica si se detectan estas verrugas y así poder descartar otras enfermedades de transmisión sexual. Normalmente, una inspección visual basta para el diagnóstico pero a veces es preciso hacer una
pequeña biopsia para la confirmación definitiva. Para el diagnóstico de las verrugas vaginales y de cuello de útero suele ser necesario una exploración con espéculo y/o una
colposcopia (aparatos que facilitan la visión). También es recomendable realizarse
pruebas de detección de cáncer vaginal, de vulva o anal si el paciente ha sido diagnosticado con verrugas genitales.
¿Cuál es su tratamiento?
Existen diversos
tratamientos tanto médicos como quirúrgicos. Por un lado, en cuanto a los tratamientos que se pueden aplicar por el propio paciente destacan la imiquimod, la podofilotoxina y las sinecatequinas.
Las verrugas se pueden eliminar con
procedimientos por parte del médico, incluyendo:
-
Congelamiento (criocirugía).
-
Cauterización (electrocauterización).
-
Terapia láser.
-
Ácido tricloroacético.
-
Cirugía de extirpación.
Además,
los compañeros sexuales deben ser examinados y recibir tratamiento en caso de encontrar más verrugas genitales. Esto se hace para prevenir complicaciones y evitar propagar la afección a otros. Se debe
utilizar preservativo hasta que haya finalizado el tratamiento y las verrugas hayan desaparecido. Se consideran
curadas tras 6 meses de su desaparición.
¿Cómo se pueden prevenir las verrugas genitales?
El
comportamiento sexual con precaución es la mejor vía para reducir el riesgo de contraer el VPH y padecer tanto la aparición de estas verrugas como otras complicaciones mayores, por ejemplo, el cáncer de cuello uterino. Para evitar un contagio se recomienda el
uso de preservativo en todas las relaciones sexuales, aunque hay que destacar que si las verrugas se encuentran en la piel cercana puede contagiarse igualmente. Limitar el número de parejas sexuales y asegurar que todas las personas estén libres de infección también es otra forma de prevención.
Sin duda, la
vacuna contra el VPH disponible es una
buena forma de prevenir la aparición de estos problemas, aunque es importante saber que no tratan las verrugas genitales, solo previenen su infección. Estas están aconsejadas por aconsejadas por todas las sociedades científicas y la Organización Mundial de la Salud.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.