Las úlceras genitales son lesiones que aparecen en la vulva, la vagina, el pene o el ano a consecuencia, generalmente, de una enfermedad de transmisión sexual (ITS). El herpes simple y la sífilis están detrás de buena parte de estas heridas, que bien pueden manifestarse de forma leve o requerir de tratamientos más severos y prolongados en el tiempo.
“La gran mayoría de úlceras genitales están relacionadas con enfermedades de transmisión sexual, aunque depende de la causa que sea, hay muchas posibilidades”, explica Nelson Díez, facultativo especialista en Urología en el Hospital Vithas 9 de Octubre de Valencia, quien describe estas lesiones como heridas abiertas de diferente tamaño y forma y con una base de color rojo o amarillento. A menudo, estas suelen venir acompañadas de picazón, ardor, inflamación o dolor, así como de síntomas como fiebre y malestar general.
Úlceras genitales en mujeres y hombres
El propio Nelson Díez subraya que, cuando las lesiones se localizan en los genitales, lo más frecuente es que sean consecuencia de la sífilis o el herpes simple. En este último caso, matiza, no suele haber inicialmente úlcera, “pero la vesícula que sale inicialmente y que es muy dolorosa, al romperse, forma esa pequeña herida”.
Cuando se trata de una lesión única, que puede incluso pasar desapercibida y es indolora, “normalmente se habla más a favor de una enfermedad tipo sífilis”. “En la actualidad se ve menos, aunque sigue habiendo un repunte de ITS relacionadas con el poco cuidado durante el acto sexual.
Otras causas infecciosas de úlceras genitales son:
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Chancroide (dolorosas e irregulares).
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Donovanosis (indoloras con aspecto sangrante).
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Linfogranuloma venéreo (pequeñas úlceras iniciales que dan lugar a una inflamación dolorosa de ganglios linfáticos).
Un informe del Ministerio de Sanidad sobre enfermedades de transmisión sexual pone de relieve, no obstante, que también pueden deberse a causas no infecciosas, “entre ellas las enfermedades autoinmunes (enfermedad de Crohn, de Behçet o los pénfigos), dermatosis metabólicas (déficit de zinc), afecciones atróficas de la piel que pueden ulcerarse en su evolución o procesos eritematoescamosos (eczemas, psoriasis)”.
“En ocasiones puede llegar a haber cáncer de vulva o el cáncer interno en el cuello uterino”, añade Díez.
Úlceras genitales por candidiasis
Otro factor que puede estar detrás de una úlcera es la propagación severa de hongos. En concreto, por la llamada candida albicans, cuya evolución puede indicar una infección más grave o un sistema inmunológico comprometido.
Nelson Díez indica que la infección candidiásica suele presentar “un cuadro clínico muy típico”. “Son personas ligeramente inmunodeprimidas con tendencia a la toma de muchos antibióticos de repetición por clínica urinaria o ginecológica!, detalla. La vagina, continúa el facultativo, “suele estar seca y ese flujo crónico lo que hace es lacerar partes de la misma”. Si la lesión no cicatriza se producen pequeñas úlceras “superficiales y limpias”.
En el caso de la infección por candidiasis, la lesión inicial no es una úlcera, como sí puede ocurrir en afecciones de término sexual. “Hay una degradación crónica y después una laceración —apunta Nelson Díez—. Si esa herida no se trata, puede acabar en úlcera.
Diagnóstico de úlceras genitales
El diagnóstico de las úlceras genitales requiere una historia clínica detallada (por ejemplo preguntar por contactos sexuales de riesgo, utilización de medicamentos locales, presencia de síntomas en otros órganos, etc.).
El tipo de lesión, su tamaño, si es o no dolorosa, si es única o son múltiples, el tiempo que ha tardado en aparecer tras el contacto sexual sospechoso y otra serie de características permiten diferenciar entre las distintas enfermedades de transmisión sexual que pueden cursar. con ulceras genitales.
Debe tomarse una muestra de la zona con una pequeña torunda (bastoncillo) y analizar el material obtenido al microscopio o utilizando pruebas de laboratorio (cultivos o PCR). Puede ser necesario realizar análisis de sangre si existe sospecha de sífilis o de infección por herpes, aunque el resultado de la prueba es a veces negativo a pesar de que existe realmente la infección o, al contrario, puede ser positivo y tratarse de una infección por otro germen distinto. Además, en los pacientes con una enfermedad de transmisión sexual deben siempre descartarse otras enfermedades graves transmitidas por esta vía como el sida o la hepatitis B. Si las úlceras no desaparecen tras tratamiento antibiótico puede estar indicado realizar una biopsia para descartar un cáncer u otra enfermedad de la piel.
Tratamiento de las ulceras genitales
Lógicamente, el tratamiento de la úlcera genital depende del motivo por el que ha surgido. Algunos de los más comunes son los siguientes:
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Antifúngicos tópicos o sistémicos.
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Antivirales.
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Antibióticos.
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Analgésicos.
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Prevención de riesgos en el acto sexual.
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Maximización de la higiene.
Nelson Díez Calzadilla es especialista en Urología en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.