¿Qué es la Sifilis?
La
sífilis es una
enfermedad de transmisión sexual que está producida por la bacteria Treponema pallidum. Es una enfermedad de declaración obligatoria que constituye un importante problema de salud pública a nivel mundial.
La Organización Mundial de la Salud estima que existen unos 12 millones de nuevos casos de sífilis cada año. En nuestro país existe un importante incremento de los casos de sífilis declarados durante los últimos años. Comparte con el virus del SIDA una de las principales vías de transmisión, siendo los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres uno de los colectivos más importantes de riesgo.
La sífilis puede originar
síntomas a nivel de cualquier órgano o sistema y se ha llamado “la gran simuladora” porque puede confundirse con cualquier enfermedad. Tiene diferentes estadios y hay etapas en las que, aunque no origine síntomas, está activa y sigue siendo contagiosa.
Cómo se produce el contagio de la sífilis
La forma de contagio más frecuente de la sífilis es la adquirida
a través de relaciones sexuales sin protección (sexo oral, anal o vaginal). Las mujeres embarazadas pueden transmitirla al feto si la adquieren durante la gestación, pudiendo originar su muerte o importantes malformaciones.
Síntomas de la Sífilis
Existen varios estadios de sífilis según el tiempo transcurrido desde el momento del contagio y cada uno de ellos tiene manifestaciones características:
Sífilis primaria
Es la que se origina
tras el contacto con la bacteria responsable y habitualmente se detecta por la aparición de una lesión ulcerada, no dolorosa, en los genitales (recibe el nombre de chancro) entre
9 días y 3 meses después del contagio. En el caso de los varones el diagnóstico es más fácil ya que la lesión suele verse en el pene.
En las mujeres la lesión puede aparecer en la vulva pero, en ocasiones, aparece en las partes internas de la vagina o en el cuello del útero pudiendo pasar desapercibida. Dependiendo de las prácticas sexuales puede encontrarse el chancro en el ano, la garganta o alrededor de la boca simulando herpes o
aftas orales.
Aunque no se trate,
desaparece de forma espontánea en unas
4-6 semanas. Algunos pacientes que son diagnosticados de sífilis no recuerdan haber tenido nunca lesiones genitales.
Sífilis secundaria
Aparece entre 6 semanas y 6 meses después del contagio y coincide con la diseminación del Treponema desde la lesión genital hacia todo el cuerpo. Solo se tiene sífilis secundaria si no se ha tratado una sífilis primaria. Generalmente origina un cuadro de
fiebre y
lesiones en la piel en forma de exantema (sarpullido rojizo) diseminadas por toda la superficie corporal (incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies).
Puede producirse afectación de otros órganos, con aparición de
hepatitis, meningitis o crecimiento de ganglios linfáticos (adenopatías). Al igual que la sífilis primaria puede remitir sin tratamiento y pasar a una fase asintomática llamada sífilis latente.
Sífilis latente
Es el periodo que transcurre desde los estadios anteriores (sífilis primaria o secundaria) hasta la aparición de los síntomas de una sífilis tardía o hasta el diagnóstico casual de sífilis tras realizarse un
análisis de sangre. Este periodo de tiempo tiene una duración variable y el paciente no tiene
ningún síntoma; sin embargo
puede transmitir la enfermedad. Para considerarla latente no deben existir síntomas pero se sabe que se tiene la enfermedad porque se demuestran alteraciones en los análisis de sangre.
Sífilis tardía
Es el escalón final de la enfermedad y se produce años después del contagio inicial en aquellos casos en los que no se ha puesto tratamiento. Existe
afectación grave de órganos, como el corazón y el sistema nervioso, pudiéndose producir un aneurisma de la arteria aorta y una forma de demencia denominada parálisis general progresiva.
Posibles diagnósticos
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En el caso de la sífilis primaria, si la lesión es evidente, se introduce una torunda (un bastoncillo) en el interior de la úlcera y posteriormente se observa al microscopio.
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En esta fase y en todas las demás, se puede hacer un análisis de sangre para detectar diferentes tipos de anticuerpos (defensas que se crean para atacar al treponema) y confirmar así la sospecha diagnóstica. Suele haber elevación en sangre de unos marcadores llamados VDRL o RPR y, en fases más avanzadas, unos denominados FTA.
Hay personas que tienen elevados algunos de estos marcadores en sangre sin haber sido nunca contagiados de sífilis. Ello es debido a que algunas enfermedades autoinmunes pueden cursar con un VDRL detectable en sangre. En ocasiones, en las fases muy tempranas de la enfermedad, cuando se tiene el chancro o éste acaba de desaparecer, estos análisis pueden ser negativos.
Cuando existen síntomas de
afectación del sistema nervioso (cefalea, alteraciones visuales o auditivas) está indicada la
realización de una punción lumbar para descartar que la sífilis haya afectado al cerebro, lo cual requiere un tratamiento especial. Si el paciente con sífilis tiene también infección por VIH, el médico recomendará la realización de una punción lumbar en determinadas circunstancias, aunque no tenga síntomas neurológicos.
Tratamientos de la sífilis
El tratamiento de la sífilis se realiza con
antibióticos y, dentro de ellos el de elección es la
penicilina. Dependiendo del estadio de la enfermedad el tratamiento se realizará con
1 o 3 inyecciones de penicilina administradas por vía intramuscular. Si se tiene afectación del sistema nervioso suele ser necesario el
ingreso hospitalario y el tratamiento con penicilina intravenosa. En el caso de pacientes con alergia confirmada a la penicilina el tratamiento se puede realizar con azitromicina o tetraciclinas.
Después del tratamiento deben realizarse
análisis de control para confirmar que el treponema ha sido completamente eliminado. Si bien algunos marcadores sanguíneos (como el FTA) pueden quedar positivos de por vida, el VDRL o el RPR deben irse reduciendo con el tiempo, a veces después de meses o años. Sin embargo, es posible que estos últimos marcadores tampoco lleguen a desaparecer completamente, aunque la enfermedad esté completamente curada.
¿Cómo se previene la sífilis?
El uso de
preservativo es la forma más eficaz de evitar cualquier enfermedad de transmisión sexual. No hay que olvidar que el hecho de haber tenido una sífilis no evita que se puedan producir nuevas infecciones por sífilis. Es decir, una persona podría tener la sífilis varias veces.
Tras el diagnóstico debe hacerse un
estudio de la pareja o de los posibles contactos sexuales para tratar los posibles casos y evitar que la enfermedad continúe extendiéndose.
En el caso de las mujeres embarazadas es de especial importancia su diagnostico, para
prevenir la sífilis congénita. Habitualmente se realiza su búsqueda de forma rutinaria en el seguimiento de toda mujer gestante.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.