¿Qué es un quiste de Baker y por qué sale?
Un quiste de Baker, también conocido como
quiste poplíteo, es un
bulto de líquido que aparece en la parte posterior de la rodilla (hueco poplíteo) y que genera molestias en quien lo padece al flexionar o endurecer la pierna, en ocasiones con dolor. Un quiste de Baker sale por el escape de líquido sinovial de la rodilla.
Este
líquido sinovial cumple la función de lubricar la articulación ayudándola a girar a la pierna y a reducir la fricción entre las partes móviles de la rodilla. Cuando se forma un quiste de Baker este líquido escapa de su espacio natural por la
ruptura de un cartílago,
lesiones en el menisco o
traumatismos en la zona que además provocan la generación excesiva de dicho líquido. Su causa también puede ser un efecto secundario de estas enfermedades, que deben abordarse para evitar la reaparición del quiste:
El quiste poplíteo se empezó a llamar quiste de Baker en 1877 en honor al médico cirujano inglés
William Morrant Baker, que fue el primero en publicar su experiencia con esta patología.
Síntomas de un quiste de Baker ¿Es peligroso en la rodilla?
Un quiste de Baker
por lo general cursa de forma asintomática, pero se puede identificar por los siguientes signos:
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Bulto o hinchazón detrás de la rodilla, alguna vez también en la pierna.
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Dolor en la rodilla.
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Rigidez de la rodilla o incapacidad para flexionarla de forma completa.
El quiste de Baker es un quiste bastante común que puede afectar a entre un 8 y un 35 por ciento de la población a lo largo de su vida. En las personas jóvenes suele aparecer tras una lesión en los ligamentos de la rodilla o en los cartílagos de los meniscos y en las personas más mayores lo más común es que aparezca debido a una
artritis reumatoide. Muchas veces se confunden sus síntomas con los de una
trombosis venosa profunda por su parecido clínico.
Por lo general
el quiste de Baker no es una lesión peligrosa en la rodilla y se suele detectar por casualidad al realizar una
resonancia magnética nuclear en la rodilla por otras molestias, en una
ecografía o mediante la exploración en la que se detecta el bulto.
¿Qué pasa si se rompe un quiste de Baker?
Cuando un quiste de Baker se rompe en el hueco poplíteo detrás de la rodilla el líquido sinovial sale de ese espacio y provoca una reacción inflamatoria que deriva en que la pantorrilla se hinche de forma dolorosa. Esta
inflamación dolorosa impide caminar, provoca enrojecimiento de la extremidad, aumenta la temperatura de la piel. Además, se generan edemas y sensación de líquido corriendo por la pantorrilla. Esta inflamación puede extenderse hasta el pie o hasta los muslos (síndrome pseudotromboflebítico).
Ante estos síntomas, se debe
acudir inmediatamente a un especialista médico para tratar las posibles complicaciones de la ruptura del quiste.
¿Se reabsorbe un quiste de Baker?
Como hemos comentado anteriormente, la mayor parte de los quistes de Baker cursan sin dolor ni complicaciones. En estos casos no se requiere más tratamiento que el
reposo y elevar las piernas para que desaparezca de forma gradual. También es importante destacar que igual que el quiste puede desaparecer de forma espontánea, también puede volver a aparecer, sobre todo si está asociado a las patologías descritas al inicio de este artículo. Por este motivo siempre es recomendable hacer un seguimiento clínico de los casos para evitar complicaciones y/o detectar enfermedades subyacentes.
Tratamiento y ejercicios recomendados para un quiste de Baker
La intensidad de los síntomas va a ser la que haga decidir al especialista médico cuál es el mejor tratamiento a seguir. En los
casos menos graves se suelen aplicar estos tratamientos:
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Inmovilizar la pierna en la que ha aparecido el quiste para mantenerla en reposo y favorecer su reabsorción.
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Hielo aplicado en la zona afectada.
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Antiinflamatorios orales.
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Uso de rodilleras elásticas.
En la mayoría de los casos leves, y por supuesto en los más graves,
se recomienda no hacer deporte ni ningún tipo de ejercicio para evitar traumatismos que puedan provocar la ruptura del quiste y sus consecuentes complicaciones.
En los
casos más graves de quiste de Baker o que cursan con más dolor también se puede recurrir a estos tratamientos más invasivos:
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Drenaje del quiste para vaciarlo y que disminuya su tamaño y molestias derivadas.
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Infiltración con corticoides para reducir la inflamación.
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Cirugía asociada al tratamiento de otras complicaciones en la rodilla, no se suele utilizar solo para eliminar el quiste.
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Rehabilitación con un especialista médico para reducir el dolor.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.