El
priapismo es una afección urológica inusual pero significativa que afecta al
sistema reproductor masculino. Caracterizada por una erección persistente y dolorosa, el priapismo puede tener
consecuencias graves si no se aborda de inmediato. Es una condición médica seria que requiere una atención inmediata y especializada.
Tipos de priapismo
Existen tres tipos principales de priapismo: isquémico, no isquémico y recurrente, este último una forma de priapismo isquémico.
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Priapismo isquémico: es el más común y se produce cuando hay un flujo sanguíneo inadecuado fuera del pene, lo que puede llevar a la acumulación de sangre estancada y causar daño a los tejidos
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Priapismo no isquémico: se produce cuando hay un aumento anormal del flujo sanguíneo hacia el pene, mientras que el priapismo recurrente implica episodios repetitivos de erecciones prolongadas.
Síntomas del priapismo
Los síntomas del priapismo incluyen una
erección persistente que dura más de cuatro horas, no relacionada con la actividad sexual y generalmente acompañada de dolor en el área genital, hinchazón y enrojecimiento del pene.
Causas y cómo diagnósticar el priapismo
El diagnóstico del
priapismo implica una evaluación médica minuciosa que puede incluir análisis de sangre, estudios de imagen y, en algunos casos, punciones para analizar la sangre en el pene. Es fundamental determinar la causa subyacente del priapismo para guiar el tratamiento adecuado.
Las causas subyacentes del priapismo pueden variar, y su origen puede ser multifactorial. En muchos casos, trastornos hematológicos como la
anemia falciforme, la
leucemia o los
trastornos de la coagulación son desencadenantes comunes. Estas condiciones afectan el flujo sanguíneo, contribuyendo al estancamiento de la sangre en el pene y desencadenando erecciones prolongadas y dolorosas.
El uso de ciertos
medicamentos, como antidepresivos, anticoagulantes o sustancias recreativas, también puede ser un factor desencadenante del priapismo. Además, lesiones en la zona genital, tumores en la médula espinal o enfermedades neurológicas pueden influir en la regulación del flujo sanguíneo, contribuyendo a la persistencia de la erección.
Tratamiento del priapismo
El tratamiento del priapismo varía según el tipo.
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Priapismo isquémico: para tratarlo las opciones pueden incluir aspiración de sangre del pene o irrigación con soluciones especiales para restablecer el flujo sanguíneo normal. En casos más graves, puede ser necesario recurrir a procedimientos quirúrgicos, como derivaciones para desviar el flujo sanguíneo anormal.
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Priapismo no isquémico: para tratarlo el enfoque se centra en abordar la causa subyacente. Esto puede implicar ajustes en los medicamentos que el paciente está tomando o el tratamiento de la enfermedad subyacente que está provocando la condición.
La atención médica a tiempo es crucial para prevenir complicaciones a largo plazo, como la
disfunción eréctil. Si se deja sin tratar, el priapismo puede causar daño permanente a los tejidos del pene, lo que afecta negativamente la función eréctil. Además, la gestión eficaz del priapismo es esencial para aliviar el dolor asociado y minimizar los riesgos de complicaciones secundarias.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.