La
neuropatía diabética consiste en el
daño de los nervios como consecuencia de la diabetes. Aparece en la mitad de los pacientes con diabetes de larga evolución, tanto con diabetes mellitus tipo 1 como con diabetes mellitus tipo 2. Existen diferentes tipos de neuropatía:
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Polineuropatía diabética. Es la forma más frecuente. Consiste en la afectación paralela y simétrica de los nervios que van a las piernas.
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Radiculopatía diabética. Consiste en la alteración de las raíces nerviosas que salen de la médula espinal.
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Mononeuropatía diabética. Consiste en la afectación aislada de un determinado nervio.
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Neuropatía autonómica. Consiste en la afectación de los nervios que controlan la presión arterial, la frecuencia del corazón, la sudoración, el movimiento del intestino, etc. ocasionando síntomas muy variados.
¿Por qué se produce la neuropatía diabética?
La neuropatía diabética se debe a
alteraciones en la llegada de sangre a los nervios, como consecuencia del daño que produce la diabetes a los vasos sanguíneos más pequeños.
¿Qué factores aumentan el riesgo de desarrollar neuropatía diabética?
Como en el resto de complicaciones de la diabetes, el riesgo de desarrollar neuropatía diabética depende sobre todo del tiempo de evolución de la diabetes y del control de los niveles de azúcar en sangre.
Otros factores que pueden aumentar el riesgo de neuropatía son:
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La obesidad. La neuropatía diabética es más frecuente en personas más obesas.
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El tabaquismo.
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La hipertensión arterial.
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La hipertrigliceridemia.
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La presencia de enfermedad cardiovascular.
¿Qué síntomas produce la neuropatía diabética?
Los síntomas que produce la neuropatía diabética son muy variados y dependen del tipo de neuropatía:
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Polineuropatía. Se trata de la afectación simétrica de los nervios que van a las piernas. En muchos pacientes no produce ningún síntoma y sólo puede demostrarse al realizar una exploración de la sensibilidad y de los reflejos de las piernas o al realizar un electromiograma. En otros, el paciente refiere molestias en las piernas en forma de hormigueos (parestesias), acorchamiento, quemazón, punzadas, sacudidas eléctricas o alteraciones en la sensibilidad (no notar cuando se les toca, no notar el dolor o, al contrario, notar un dolor exagerado ante un mínimo daño). En otros pacientes se produce un claro dolor en las piernas, más intenso en reposo y más frecuente por las noches en la cama. En ocasiones las molestias pueden llegar a desaparecer con el tiempo. La falta de sensibilidad en las piernas favorece el desarrollo de heridas en los pies al no notarse que se están formando por la ausencia de dolor. Debe por tanto vigilarse con detenimiento la posibilidad de heridas a dicho nivel para tratarlas de forma inmediata.
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Radiculopatía. Produce dolor en el territorio de una raíz nerviosa. Generalmente se manifiesta como una ciática, es decir, un dolor que recorre toda la pierna desde la nalga, en ocasiones acompañado de pérdida de fuerza. También puede tratarse de un dolor desde un costado o desde la región lumbar que se viene hacia delante, hacia la parte del pecho o hacia el abdomen, en un único lado o dolores que afectan a la parte anterior del muslo. Suelen ser autolimitados y desaparecer después de unos meses.
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Mononeuropatía. Se caracteriza por dolor y/o pérdida de fuerza en la distribución de un único nervio. La afectación de algún nervio de la cara puede producir visión doble, caída de un párpado o parálisis facial con desviación de la boca.
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Neuropatía autonómica. La afectación de los nervios que controlan el corazón o el aparato circulatorio puede producir mareo, sobre todo al incorporarse de la cama o un sillón (hipotensión ortostática) y alteraciones en el ritmo del corazón, el cual puede acelerarse (taquicardia) o enlentecerse (bradicardia). La afectación del aparato digestivo puede producir digestiones pesadas, reflujo de comida hacia la boca, diarrea o estreñimiento. Puede haber una sudoración exagerada o falta de sudoración.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la neuropatía diabética suele ser clínico si bien pueden solicitarse pruebas especiales como un
electromiograma.
¿Puede prevenirse?
Para disminuir el daño que produce la neuropatía diabética a los pequeños vasos de los nervios, la concentración de azúcar en sangre debe estar lo mejor controlada posible. A su vez se debe dejar de fumar y se deben controlar la presión arterial y el colesterol.
¿Cuál es el tratamiento de la neuropatía diabética?
El tratamiento de la neuropatía diabética no es eficaz en muchas ocasiones. Debe recomendarse el
abandono del alcohol y pueden añadirse vitaminas (vitamina B12 y ácido fólico) aunque su eficacia es más que dudosa.
Deben vigilarse los pies para detectar de forma temprana el inicio de pequeñas heridas no percibidas por el paciente por la falta de sensibilidad. Es por ello importante la revisión diaria junto a mantener una buena higiene y cuidado de los pies, muchas veces ayudadazo por un podólogo.
El dolor crónico como consecuencia de la neuropatía puede tratarse con antidepresivos y con antiepilépticos, pudiéndose cambiar de uno a otro en función de la respuesta.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.