Se denominan
síndromes mielodisplásicos a una serie de enfermedades caracterizadas por
alteraciones en la maduración y crecimiento de los glóbulos rojos en la médula ósea, lo que lleva a una producción escasa de los mismos y a la subsiguiente anemia. Pueden también asociarse a alteraciones en la producción de glóbulos blancos y de plaquetas. Se han descrito varios tipos:
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Anemia refractaria.
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Anemia refractaria con sideroblastos en anillo.
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Anemia sideroblástica.
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Anemia refractaria con exceso de blastos.
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Leucemia mielomonocítica crónica.
Se trata de una enfermedad de
personas de edad avanzada, en general por encima de los 70 años.
¿Cuáles son las causas y síntomas de la mielodisplasia?
Las causas de los síndromes mielodisplásicos no son bien conocidas, aunque se ha observado que pueden desarrollarlos algunos pacientes que han estado expuestos a algunos
tóxicos o a radiaciones. También se ha observado que pueden desarrollar alteraciones mielodisplásicas algunas personas que han recibido
quimioterapia. Hay una
mayor incidencia en pacientes con síndrome de Down.
Los
síntomas de los síndromes mielodisplásicos proceden de la anemia, que suele aparecer lentamente. La anemia produce
cansancio, debilidad y sensación de falta de aire, pudiendo favorecer el desarrollo de insuficiencia cardiaca. Muchas personas están asintomáticas y la anemia se descubre en un análisis de sangre realizado por cualquier otro motivo.
Diagnóstico:
El diagnóstico de los síndromes mielodisplásicos se realiza mediante
análisis de sangre y con la realización de
un aspirado o una biopsia de médula ósea. Debe diferenciarse de otras enfermedades que se caracterizan por una escasa producción de glóbulos rojos desde la médula ósea. También debe
descartarse una falta de vitamina B6, de
vitamina B12 o de ácido fólico.
Muchos de estos pacientes tienen alteraciones en los cromosomas que pueden detectarse al estudiar el material obtenido en la médula ósea.
¿Es hereditaria?
Algunas formas de mielodisplasia se han encontrado de forma más frecuente en personas de una misma familia, si bien no existe un patrón hereditario determinado.
¿Puede prevenirse?
Los síndromes mielodisplásicos
no pueden ser prevenidos.
Pronóstico:
El pronóstico depende del tipo de síndrome mielodisplásico. Algunas formas de la enfermedad tienen una supervivencia de semanas o meses (mielodisplasia con exceso de blastos) y otras de años. Algunos pacientes desarrollan una leucemia durante el seguimiento.
Tratamiento de la mielodisplasia
En la fase aguda, el tratamiento de los síndromes mielodisplásicos consiste en
administrar transfusiones de sangre para recuperarse de la anemia. El tratamiento curativo solo se puede realizar con un
trasplante de médula ósea.
Actualmente existen diversos tratamientos que mejoran el pronóstico y facilitan la recuperación de la anemia. Algunos se administran por vía intravenosa o subcutánea
(decitabina y azacitidina) y otros, especialmente indicados en formas concretas de mielodisplasia, por vía oral
(lenalidomida).
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.