La glándula tiroides se localiza en la parte anterior del cuello. Está encargada de la liberación a la sangre de las hormonas tiroideas (hormona T3 y hormona T4), las cuales desempeñan acciones muy importantes en el metabolismo, como el control del peso, de la temperatura, del movimiento del aparato digestivo, etc. La liberación de estas hormonas es regulada por la
hormona estimulante del tiroides (TSH en ingles), una hormona que se produce en la hipófisis (glándula que se localiza en el cerebro).
El
hipotiroidismo es un defecto en la producción de hormonas tiroideas por parte del tiroides.
Causas del hipotiroidismo
El hipotiroidismo suele deberse a un fallo del propio tiroides
(hipotiroidismo primario) y, excepcionalmente, a un fallo a nivel de la hipófisis, la cual no secreta adecuadamente la TSH necesaria para que el tiroides trabaje
(hipotiroidismo secundario).
Las causas que pueden hacer que el tiroides no funcione son:
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La destrucción del tiroides por una enfermedad autoinmune llamada tiroiditis de Hashimoto. Es la causa más frecuente de hipotiroidismo, afectando fundamentalmente a mujeres.
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Otras inflamaciones crónicas del tiroides (tiroiditis) como la tiroiditis postparto.
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La administración de medicinas que alteran la función del tiroides, como la toma crónica de amiodarona o de litio.
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La falta de yodo. Suele cursar con bocio. Actualmente es una causa muy rara de hipotiroidismo en España.
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La destrucción del tiroides por haber administrado radioterapia en la zona del cuello.
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La destrucción del tiroides por la administración de Iodo radioactivo.
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La destrucción del tiroides por enfermedades que infiltran el tiroides e impiden que funcione correctamente como la hemocromatosis, la amiloidosis, la sarcoidosis, la esclerodermia, etc.
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La resección quirúrgica del tiroides como consecuencia de un cáncer.
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El hipotiroidismo congénito (de nacimiento).
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Tumores u otras enfermedades que afectan a la hipófisis y dan lugar a un hipotiroidismo secundario.
¿Qué síntomas produce el hipotiroidismo?
Los síntomas del hipotiroidismo varían mucho de unas personas a otras y dependen principalmente del grado de destrucción del tiroides. En ocasiones no produce ningún síntoma y es descubierto al hacer un análisis rutinario del tiroides. A veces ciertas alteraciones analíticas como un colesterol muy alto o una creatín-quinasa (CK) elevada, pueden ser consecuencia de un hipotiroidismo. Entre los síntomas que puede producir el hipotiroidismo destacan:
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Cansancio y debilidad muscular.
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Piel seca.
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Caída del pelo.
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Frío.
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Tendencia a ganar peso.
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Estreñimiento.
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Hinchazón de piernas, hinchazón de los párpados.
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Enlentecimiento del corazón (bradicardia).
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Voz ronca.
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Disminución de la audición.
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Alteraciones de la menstruación o pérdida de la menstruación.
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Depresión, falta de concentración, alteraciones de la memoria y otros síntomas psiquiátricos.
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Síndrome del túnel del carpo.
¿Cuáles son las consecuencias del hipotiroidismo y sus complicaciones?
El
coma mixedematoso es una
complicación muy grave del hipotiroidismo. Consiste en la entrada en coma, a veces con convulsiones, como consecuencia de un hipotiroidismo que ha pasado desapercibido y no se ha tratado o como consecuencia del abandono del tratamiento por el paciente.
Suele ser
desencadenado por una
infección, un
ictus, un
infarto de miocardio o cualquier otra enfermedad grave, y acontece fundamentalmente en ancianos. Requiere la administración de hormonas tiroideas por vena pero tiene una elevada mortalidad.
¿Cómo se diagnostica el hipotiroidismo?
El diagnóstico del hipotiroidismo se realiza mediante un
análisis de sangre en el que se determinen la TSH y las hormonas tiroideas. Cuando hay un hipotiroidismo, la T3 y la T4 están bajas en sangre. Normalmente esto se asocia con una TSH muy alta que indica que la hipófisis intenta compensar los bajos niveles de T3 y T4 produciendo más TSH para obligar al tiroides a trabajar.
Si la TSH está también baja en sangre indica que el defecto se encuentra en la
hipófisis, la cual no puede mandar suficiente TSH para que el tiroides trabaje adecuadamente (hipotiroidismo secundario).
Es muy frecuente el
hipotiroidismo subclínico, que consiste en que la TSH está alta con unas hormonas tiroideas (T3 y T4) normales. Esta alteración indica que el tiroides ya ha empezado a alterarse pero continúa funcionando adecuadamente (T3 y T4 normales) a expensas de que, desde el cerebro, se le está mandando una cantidad exagerada de TSH (TSH alta) para que le obligue a realizar su trabajo.
Además de diagnosticar la presencia de un hipotiroidismo se deben hacer otros estudios para establecer su causa, en general nuevos análisis de sangre y una gammagrafía del tiroides.
¿El hipotiroidismo es hereditario?
El hipotiroidismo es muy frecuente entre miembros de una misma familia por lo que es
probable que existan
factores hereditarios que no están totalmente identificados.
¿Se puede prevenir el hipotiroidismo?
No puede prevenirse,
salvo el hipotiroidismo secundario a déficit de yodo. Este hipotiroidismo ya
no es frecuente en España aunque sigue siendo la primera causa de hipotiroidismo en el mundo. La adición de yodo a la sal de mesa ha reducido su incidencia a nivel mundial. El hipotiroidismo asociado a determinados medicamentos debe ser detectado a tiempo realizando análisis periódicos.
¿Cuál es el pronóstico del hipotiroidismo?
En general el hipotiroidismo autoinmune, el más frecuente,
no se cura y es irreversible. Sin embargo, las personas que lo padecen pueden llevar una vida totalmente normal con el tratamiento.
Tratamiento del hipotiroidismo
El tratamiento del hipotiroidismo es la
administración de hormonas tiroideas por boca durante toda la vida.
En personas con problemas de corazón y en pacientes de edad avanzada se debe comenzar con dosis muy bajas. Posteriormente se debe ir aumentando lentamente la cantidad de hormona tiroidea, ajustándola a la concentración de TSH en sangre. Generalmente los cambios en las dosis se hacen cada 4 semanas. Se debe aumentar la cantidad de hormonas tiroidea hasta conseguir que la TSH alcance valores normales. Una vez iniciado el tratamiento, pueden transcurrir varios meses hasta que se produzca la mejoría de los síntomas.
En determinadas situaciones asociadas con estrés y, por tanto, con mayores necesidades de hormonas tiroideas, el médico puede aumentar la dosis. Estas situaciones incluyen cirugías, infecciones graves, etc. En el embarazo se suele necesitar aumentar la dosis hasta en un 50%, volviendo a las dosis previas una vez que nace el niño.
En relación a la toma de hormonas tiroideas deben tenerse en cuenta los siguientes factores:
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Las hormonas tiroideas deben administrase en ayunas, idealmente 1 hora antes de comer cualquier alimento. Tradicionalmente se indicaba que se tomaran por la mañana, media hora antes del desayuno, pero estudios recientes indican que es igual tomarlas antes de la cena.
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Nunca se debe suspender la medicación aunque el paciente se encuentre bien. Si se olvida alguna dosis, debe de tomarse junto a la dosis del día siguiente.
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Si se modifica la marca comercial de hormona tiroidea debe comentarlo al médico dado que puede ser necesario ajustar la dosis.
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Algunos alimentos pueden alterar la absorción de hormonas tiroideas, por lo que se debe comentar al médico si ha realizado algún cambio en la alimentación que haya incorporado mucha cantidad de soja o una alta cantidad de fibra.
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No se deben tomar las hormonas tiroideas junto a suplementos de fibra, calcio, hierro, multivitamínicos, antiácidos o resinas.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.