Diccionario de enfermedades

Hipermetropía

¿Cuáles son las complicaciones de la hipermetropía?
La hipermetropía es un defecto de la refracción en el que las imágenes se enfocan por detrás de la retina, lo que conlleva a que las imágenes cercanas se perciban borrosas. Puede ser causada porque la longitud del globo ocular sea menor de la normal o porque el poder de enfoque de la córnea sea demasiado débil (escasa curvatura).

Debido a que los ojos crecen durante la infancia, hay niños que pueden tener una moderada hipermetropía hasta que el globo ocular alcanza su tamaño definitivo. Estos niños pueden tener una visión adecuada sin necesidad de corrección debido a que la musculatura ocular y la flexibilidad del cristalino (lente interna del ojo) les ayuda a compensar el problema. A medida que el niño crece, se va reduciendo el grado de hipermetropía. Si el defecto persiste al llegar a la adolescencia, probablemente ya se mantenga el resto de la vida.

Los adultos con hipermetropía pueden tener dificultades en la visión cercana como por ejemplo para leer un libro y, con el tiempo, pueden desarrollar dificultades también en la visión a distancia.

La hipermetropía puede ser hereditaria y estar presente desde el nacimiento, aunque los niños no se dan cuenta de que ven mal porque nunca han visto bien.

Síntomas de la hipermetropía


Los síntomas principales de la hipermetropía son:
  • Visión borrosa, especialmente al enfocar objetos cercanos.
  • Cansancio o dolor de cabeza tras realizar tareas que precisen enfocar de cerca, como por ejemplo leer.
  • Dolor de ojos.
  • Irritación de los ojos.
Los niños con hipermetropías moderadas pueden no presentar síntomas; en hipermetropías severas pueden:
  • Quejarse de frecuentes dolores de cabeza.
  • Restregarse los ojos con frecuencia.
  • Mostrar una falta de interés en la lectura.
  • Tener dificultad para leer.
  • Desarrollar un estrabismo.

¿Cuáles son sus complicaciones?


La falta de foco adecuado puede afectar al desarrollo de la retina, conduciendo a la pérdida irreversible de la visión debida a ambliopía (ojo vago). La hipermetropía no corregida también puede producir desviación de los ojos (estrabismo).


¿Cómo se diagnóstica la hipermetropía?


La hipermetropía se diagnostica tras una exploración oftalmológica realizada por el especialista en la que se incluye:
  • Una prueba de agudeza visual (determina las letras más pequeñas que una persona puede leer en un tablero situado a una distancia determinada).
  • Un examen de refracción. Consiste en la capacidad que tiene el ojo para ver nítidamente un objeto situado a una distancia concreta. El paciente mira a través de un aparato y debe decir si ve nítidamente dicho objeto, generalmente una tabla de números o letras. En caso negativo se van cambiando diferentes lentes del aparato hasta que la visión del ojo sea óptima. Esta prueba consigue determinar el defecto de refracción y su intensidad (dioptrías).
  • Un examen con lámpara de hendidura (microscopio que se utiliza para revisar las estructuras de la parte delantera del ojo).
  • También se mide la presión intraocular y se observa el fondo de ojo para valorar el estado de la retina tras dilatar la pupila.
La graduación de la hipermetropía se prescribe con un número positivo (ej. +3.00). A mayor cifra, mayor gravedad de la hipermetropía.

Tratamiento de la hipermetropía


El objetivo del tratamiento de la hipermetropía es lograr desviar los rayos de luz para que se enfoquen directamente sobre la retina. Muchas hipermetropías leves no necesitan corrección. Cuando ésta es necesaria, las opciones existentes son gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva. Las ventajas e inconvenientes de cada una son:
  • Gafas. Suelen ser la primera elección para la corrección de la hipermetropía. Su principal inconveniente es que pueden romperse o extraviarse, que no cubren todo el campo visual y que a medida que aumenta el defecto, los cristales se hacen más gruesos. Se desaconsejan en algunas profesiones (ej. bombero) y prácticas deportivas.
  • Lentes de contacto. Proporcionan una adecuada corrección visual, con mejora en la visión periférica o lateral. Sus inconvenientes son el aumento del riesgo de úlceras corneales y de infecciones.
  • Cirugía refractiva de la hipermetropía. La cirugía refractiva de la hipermetropía es la opción más cara y no es un procedimiento obligatorio en ningún caso, sino más bien una alternativa para la corrección de la hipermetropía en las personas que no desean utilizar gafas ni lentes de contacto. La técnica para corregir la hipermetropía es más complicada que la de la miopía. No garantiza a priori una corrección perfecta.
Dependiendo del grado de hipermetropía, puede no ser necesario llevar la corrección todo el tiempo sino solamente al realizar tareas que la precisen. Algunos hipermétropes poseen una buena visión a costa de forzar la acomodación (poder convergente del cristalino), lo que les produce frecuentes dolores de cabeza o de ojos. Estos pacientes pueden beneficiarse de la corrección porque, aunque su visión seguirá igual, se aliviará el dolor de cabeza.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.