Diccionario de enfermedades

Eosinofilia

¿Cómo se diagnostica la eosinofilia?
El eosinófilo es un tipo de glóbulo blanco que viaja en la sangre en escasa cantidad. Está encargado de la defensa de nuestro organismo frente a algunas enfermedades producidas por parásitos y participa en las reacciones alérgicas. ¿Qué es la eosinofilia? Un experto nos lo cuenta.

“La definición de eosinofilia es el aumento de eosinófilos en la sangre, se da cuando este valor está por encima de 400-500 por microlitro en la sangre”, indica el hematólogo José Moraleda. Concretamente, los autores del artículo Protocolo diagnóstico de la eosinofilia distinguen entre:
  • Eosinofilia leve: 500-1.500 eosinófilos/mcl.
  • Eosinofilia moderada: 1.500-5.000 eosinófilos/mcl.
  • Eosinofilia grave: más de 5.000 eosinófilos/mcl.

Eosinófilos bajos


Si el número de eosinófilos no es muy alto, por ejemplo, entre 500 y 1.000, es posible que el paciente no sea consciente. “En muchas ocasiones ni nos enteramos. Notamos alergia porque tenemos rinorrea, tenemos secreción acuosa por la nariz o nos pican los ojos o incluso cuando es asma, pues notamos disnea, sensación de falta de aire”, detalla Moraleda.


Eosinófilos altos


¿Cuáles son las consecuencias de tener los eosinófilos altos? En palabras del especialista, depende del número de eosinófilos que tengamos. “Si el número es más de 1.500 por microlitro en la sangre, sería una eosinofilia grave. En ese caso, los eosinófilos al descargar los gránulos que tienen en el citoplasma producen inflamación severa”, asegura el hematólogo.

Por lo tanto, ahí es cuando se empezaran a notar síntomas dependiendo del tejido que esté infiltrado por los eosinófilos: “Si es en el pulmón, habrá daño pulmonar y disnea, broncoespasmo, etc. Si es en la piel, exantema. Si es en el corazón, fibrosis cardíaca”.


¿Cuáles son las causas de una eosinofilia?


La presencia de eosinofilia en un análisis de sangre es un hallazgo relativamente frecuente. Debe siempre confirmarse con un segundo análisis. Las causas más frecuentes de eosinofilia son secundarias, reactivas, como consecuencia de:
  • Medicamentos. Algunas medicinas como la aspirina, las penicilinas, las cefalosporinas, la carbamazepina, las sulfamidas y otras, pueden aumentar la cantidad de eosinófilos en sangre mientras se están tomando.
  • Enfermedades alérgicas, como la rinitis alérgica, el asma, la urticaria, la dermatitis atópica, etc. Todas ellas son causas muy frecuentes de eosinófilos altos en sangre.
  • Infecciones, generalmente por parásitos (tenia, giardia, filarias, áscaris, esquistosomas, etc.)
  • Vasculitis, como la enfermedad de Churg-Strauss, las conectivopatías u otras enfermedades autoinmunes.
  • Exposición a tóxicos.
  • Tumores, sobre todo linfomas, cáncer de pulmón, cáncer de páncreas, cáncer de ovario, cáncer de estómago, etc.
  • Síndrome hipereosinofílico. Es una enfermedad infrecuente. Se trata de una producción masiva de eosinófilos por parte de la médula ósea cuya causa es desconocida. Los eosinófilos invaden diversos órganos alterando su función. Los órganos más frecuentemente afectados son el corazón y el cerebro, aunque también pueden afectarse los riñones, el pulmón, la piel y el aparato digestivo.
  • Otras enfermedades de la médula ósea por las que se produce un aumento exagerado de eosinófilos son raras e incluyen a la leucemia mieloide crónica y la leucemia eosinófila crónica.
  • Síndrome eosinofilia-mialgia. Es una enfermedad crónica con afectación de varios órganos, generalmente la piel, el pulmón, el corazón y los nervios, que suele cursar con dolores musculares intensos como consecuencia de la infiltración de la fascia (la envoltura de los músculos) por eosinófilos. Se produce por el consumo de productos de L-triptófano contaminados.
Las causas secundarias, sobre todo a medicinas, alergias e infecciones, representan la mayoría de los casos de eosinofilia.


¿Qué síntomas produce?


La eosinofilia en sí misma no produce ningún síntoma. Los síntomas son los derivados de la enfermedad responsable del aumento de eosinófilos. “Los eosinófilos suben en la sangre ya sea por reacciones alérgicas o ya sea por infecciones de parásitos, pero hay muchísimas causas, entre otras, leucemias de eosinófilos, trastornos proliferativos crónicos, inflamaciones crónicas, enfermedades de la piel, enfermedades autoinmunes”, apunta el hematólogo.

Según él mismo aclara, las manifestaciones dependen de la enfermedad de base:
  • Si es una enfermedad alérgica, como por ejemplo el asma, habrá eosinófilos en la sangre o una reacción a medicamentos también alérgica. Cualquier tipo de alergia puede producir aumento de eosinófilos en la sangre. “Entonces, si es una reacción alérgica pulmonar de asma, la sintomatología será: fatiga, pitos al respirar, fundamentalmente porque hay inflamaciones en los bronquios y los bronquios se obstruyen, etc”, menciona.
  • Si la inflamación es en el tubo digestivo porque ha tenido una alergia en el tubo digestivo, pues entonces la sintomatología será diarrea, dolor abdominal, etc.
  • Si es en la piel, la sintomatología de la eosinofilia será un exantema, un sarpullido que puede ser localizado si la reacción es localizada o generalizada.
  • Si es en las mucosas, pues habrá inflamación.
  • Si es en el corazón, la eosinofilia puede producir fibrosis pulmonar y entonces habrá hipertrofia cardíaca, insuficiencia cardíaca.
“Los órganos habitualmente más afectados son pulmón, corazones, corazón, sistema nervioso central, la piel y el tubo digestivo”, afirma Moraleda.


Diagnóstico


El diagnóstico de eosinofilia se realiza con un análisis de sangre. En general el aumento de eosinófilos es moderado en las formas reactivas o secundarias, y mucho más importante en el resto de enfermedades que producen eosinofilia. Además, en las formas reactivas los eosinófilos tienen un tamaño y una forma normal.

Ante cualquier paciente con eosinofilia se le debe preguntar sobre viajes recientes, toma de medicinas, contacto con animales, alergias, aparición de urticaria o asma, etc. En casos raros puede existir indicación para realizar un aspirado o una biopsia de médula ósea.


¿Cuál es el tratamiento para la eosinofilia?


En palabras del especialista, una eosinofilia benigna o reactiva se soluciona espontáneamente o con tratamientos como, por ejemplo, los corticoides. Sin embargo, algunas eosinofilias muy severas que insisto que pueden estar vehiculadas por un aumento de interleuquina 5, hay un anticuerpo monoclonal contra ella para tratarlo.

Por lo tanto, el tratamiento depende de la causa de la eosinofilia:
  • En las eosinofilias secundarias se debe tratar la enfermedad responsable.
  • El síndrome hipereosinófilo idiopático se debe tratar con corticoides, interferón o hidroxiurea, existiendo algunos sujetos portadores de una mutación genética, que responden bien al tratamiento con imatinib.
  • En el síndrome eosinofilia-mialgia, el tratamiento es retirar el consumo de L-triptófano y administrar corticoides.

Desde el Ministerio de Sanidad especifican que esta patología puede verse en viajeros que han visitado el Trópico. “La presencia de eosinofilia en viajeros es casi exclusiva de la infección por helmintos tisulares, particularmente de esquistosomiasis, filariasis, estrongiloidiasis, uncinarias y trematodos hepáticos. Más raramente se asocian con helmintos intestinales o con aquellos que producen quistes (hidatidosis)”, exponen en el documento Enfermedades infecciosas importadas por viajeros internacionales a los trópicos’.

“A pesar de ello, existen parasitosis de distribución universal que pueden causar eosinofilia en cualquier lugar del mundo, como la triquinosis, fasciolosis, hidatidosis, anisakiasis, estrongiloidiasis o la larva migrans visceral. Por el contrario, hay parasitosis que sólo se dan en determinadas zonas geográficas que habrá que conocer bien para realizar un correcto diagnóstico diferencial”, concluyen.

José María Moraleda es Catedrático de Hematología en la Universidad de Murcia desde hace 20 años. Era Jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia) hasta el 2023. Además, es coordinador de la Red Española de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III y uno de los impulsores de las terapias CAR-T.

Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.