¿Qué es el cólico del lactante?
El
cólico del lactante es un
trastorno típico de los primeros meses de vida, que se caracteriza por un llanto intenso y prolongado del niño sin ninguna causa aparente. También se le conoce como cólico de los tres meses, cólico vespertino o del anochecer, alboroto paroxístico del lactante o cólico de gases. Últimamente se ha propuesto llamarlo Llanto excesivo primario, haciendo hincapié en el síntoma principal (el llanto excesivo) y quitándole la connotación de dolor abdominal, ya que no está demostrado que tenga su origen en el aparato digestivo.
El llanto excesivo secundario se referiría a los casos en los que el llanto está causado por otro problema o enfermedad (hambre, un golpe, una hernia, etc.).
El cólico del lactante es una alteración benigna que tiende a desaparecer espontáneamente alrededor del cuarto mes de vida. Suelen aparecer con más frecuencia en niños que duermen poco. Se considera más frecuente en el primer hijo y en hijos de fumadores. No se han encontrado diferencias en cuanto al sexo del bebé, el tipo de alimentación (lactancia materna o artificial) o el nivel socioeconómico familiar.
¿Cuáles son las causas del cólico del lactante?
La causa exacta de los cólicos del lactante todavía se desconoce, aunque se piensa que no es única, sino que existen múltiples factores implicados. Se han propuesto diversas hipótesis. Sólo una minoría de dichas alteraciones refleja un problema específico del aparato digestivo. Habría 2 grandes grupos:
-
Causas gastrointestinales. Para muchos pediatras, los cólicos se deben a contracciones espasmódicas del intestino, favorecidas por la inmadurez del aparato digestivo de los lactantes. También podría influir la dificultad para expulsar los gases o alteraciones de la flora intestinal.
Dentro de los factores dietéticos, una de las causas implicadas en algunos niños es la alergia a las proteínas de la leche de vaca. Eso explica que los lactantes afectados a veces mejoren al usar una fórmula láctea especial o al retirar los lácteos de la dieta de la madre, si está alimentado con leche materna. También se ha propuesto la intolerancia a la lactosa como causa de estos cólicos, pero es muy poco frecuente a esas edades y el uso de leches sin lactosa no se ha mostrado eficaz.
-
Alergia a las proteínas de la leche de vaca. En algunos niños la alergia a las proteínas de la leche de vaca consumida por la madre puede ser la causa del cólico. No está justificado el cambio de alimentación a fórmulas artificiales especiales si no se encuentran pruebas positivas de alergia a proteínas de la leche de vaca. Es importante destacar que en la mayoría de los casos se trataría de una intolerancia transitoria a la leche.
-
Meteorismo. Los lactantes no digieren completamente la lactosa de la leche materna ni de las fórmulas artificiales durante los primeros cuatro meses de vida, y esto hace que se produzcan gran cantidad de gases en el intestino del lactante. Suele calmarse con algunos cambios de postura.
-
Reflujo gastroesofágico. Hay que considerar este diagnóstico cuando pasado el cuarto mes la sintomatología empeora o no mejora. Algunos de sus síntomas pueden ser: irritabilidad, rechazo al alimento y alteración del sueño al poco tiempo de la toma.
-
Variante normal del llanto.
-
Problemas en la interacción del niño con el medio ambiente. Niños con llanto fácil, que se despiertan fácilmente, y que se encuentren en un ambiente que pueda favorecer estas características. Por ejemplo por padres inexpertos, estados de ansiedad, etc.
Síntomas del cólico del lactante
Las crisis de llanto son descritas como ataques abruptos, de gran intensidad, que aparecen al final del día. Suelen acompañarse de rigidez, flexión de las piernas sobre el abdomen y sensación de ruidos abdominales. Los niños adoptan una posición característica, flexionando los muslos sobre el abdomen, apretando los puños, con la cara enrojecida y el abdomen tenso. Estos episodios pueden durar minutos u horas. En los periodos entre las crisis están completamente asintomáticos y sonrientes, y durante su seguimiento los niños afectados comen y suben de peso normalmente. Se considera que un lactante está afecto de cólico cuando presenta
(criterios diagnósticos de Wessell):
-
Tres horas de llanto al día.
-
durante al menos 3 días a la semana.
-
durante al menos 3 semanas.
¿Cómo se realiza el diagnóstico del cólico del lactante?
El primer paso en un lactante con un llanto excesivo en el que se ha comprobado que no se debe a las causas normales por las que llora un bebé (hambre, calor o frío, pañal sucio), es explorarlo en busca de otras causas de llanto (traumatismos, hernias, infecciones, etc.). Normalmente no es necesaria ninguna prueba diagnóstica, pues el diagnóstico viene dado por el llanto característico unido a una exploración normal del niño. Si el niño se encuentra muy decaído o con fiebre pueden ser necesarias pruebas complementarias para descartar problemas más graves.
Soluciones para el cólico del lactante
Aunque se trata de un trastorno benigno y transitorio, los cólicos de lactante suelen generar mucha preocupación y frustración en la familia, por lo que se han intentado múltiples tratamientos farmacológicos y dietéticos, la mayoría de ellos con escasa eficacia real. Se deben seguir una serie de consejos básicos dado que las medidas farmacológicas no han demostrado ser eficaces:
-
Consejos para los padres. Intente no dejar que su hijo llore. Considere estas posibilidades y pruebe con cada una cinco minutos. Si no hay respuesta pase a otra:
-
Tiene hambre, quiere alimento.
-
No tiene hambre pero quiere succionar.
-
Quiere que le cojan en brazos (no es posible mimar demasiado a un lactante antes de los 4 meses).
-
Está aburrido, necesita estímulo.
-
Está cansado, necesita dormir. Mecer al lactante en la cuna. Darle un paseo en cochecito. Baño tibio
-
En caso de lactancia materna, se aconseja a la madre no tomar café, bebidas a base de cola u otros estimulantes. No abandonar la lactancia materna ya que no es la causa de los cólicos.
-
Medicamentos. Los medicamentos que pasan a través de la leche materna también pueden hacer que un bebé llore. Si usted está amamantando, hable con su médico acerca de los medicamentos que toma.
-
Alimentación. Hay que intentar prevenir los ataques mejorando la técnica alimentaria, como el eructo, el entorno apacible, etc. El cólico no es el resultado de una mala crianza por lo que no hay motivo para sentirse culpable. Evite sobrealimentar al niño o alimentarlo demasiado rápido. Si una alimentación con biberón lleva menos de 20 minutos, el agujero en la tetina puede ser demasiado grande.
-
En niños con llanto inconsolable que no responden a ninguna medida, con deposiciones poco frecuentes, heces duras, explosivas, o gran esfuerzo con la defecación, puede introducirse en la dieta leche sin lactosa.
-
Acepte el llanto del bebé y acompáñele. Pretender que calle como sea sólo sirve para poner más nervioso a quien está sufriendo. Por el contrario, una actitud comprensiva y paciente le puede ser de gran ayuda.
-
Ponerle el chupete, moverlo, acunarlo, masaje, caricias, música o sonidos pueden calmarle más o menos transitoriamente. Pasear con el niño en la mochila, descansar con él acostado sobre el vientre suele ser lo más eficaz. Algunos niños se calman con movimientos rítmicos suaves, acunándolos, paseándolos o incluso viajando en automóvil.
-
Descansar y tener ayuda. Es fundamental llegar a las horas difíciles con el máximo de energías y disponer de ayuda para poder turnarse.
-
Tener siempre presente la convicción de que el niño está sano.
-
Medicamentos. La mayoría de remedios comercializados carece de eficacia real, y los beneficios apreciados suelen ser debidos a la mejoría natural que suelen tener los cólicos a partir de las 6 semanas de vida. Algunos pueden ser incluso perjudiciales. Los medicamentos que suelen utilizarse son:
-
Anticolinérgicos (diciclomina, dicicloverina). Aunque disminuyen los cólicos por su efecto relajante sobre el músculo de la pared intestinal, también producen efectos secundarios, algunos potencialmente graves, por lo que han dejado de emplearse.
-
Metilescopolamina. Otro relajante muscular que se ha mostrado ineficaz e incluso puede empeorar los síntomas.
-
Dimeticona o Simeticona. Facilitan la eliminación del gas intestinal y no producen efectos secundarios, pero los estudios realizados tampoco han demostrado que disminuya los síntomas de los cólicos del lactante.
-
El uso de infusiones de hierbas no suele recomendarse. Existe algún estudio que muestra cierta eficacia con algunas hierbas, pero existe la preocupación de que el consumo de infusiones reduzca la ingesta de leche en el lactante, con riesgo de desnutrición. Algunas plantas como el anís estrellado pueden causar intoxicaciones graves consumidas en exceso.
¿Cuál es el pronóstico del cólico del lactante?
Pese a los trastornos y preocupaciones que generan los cólicos del lactante, lo cierto es que se acaban resolviendo por sí solos hacia los tres o cuatro meses de edad, sin afectar al crecimiento ni al desarrollo del niño. Los problemas más importantes que pueden surgir son los debidos a la desestabilización familiar cuando ésta no se adapta adecuadamente, con riesgo de conflictos de pareja o maltrato infantil secundario.
Cuando se debe acudir al pediatra por el cólico del lactante
Se debe acudir al pediatra si:
-
Hay un cambio repentino en el patrón de llanto o de comportamiento del niño.
-
El niño que llora también tiene fiebre, vómitos fuertes, diarrea, heces sanguinolentas u otros problemas estomacales.
-
En casos extremos puede ingresarse al niño y cambiar únicamente la rutina alimentaria, proporcionando así un descanso a los padres.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.