Una
colecistitis es la
inflamación de la vesícula, generalmente debida a la obstrucción de la salida de bilis de su interior por un cálculo (una piedra), lo que se denomina colelitiasis.
¿Cuáles son las causas de la colecistitis?
La causa más frecuente que precipita una colecistitis aguda es la
presencia de piedras en la vesícula. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de casos, puede haber colecistitis sin la presencia de piedras
(colecistitis alitiásica). La colecistitis alitiásica puede aparecer en personas con traumatismos o quemaduras graves, tras un parto laborioso, en pacientes operados de cirugía mayor no relacionada con la vesícula y en personas con diabetes,
cáncer de vesícula u otras enfermedades menos frecuentes.
¿Qué síntomas produce?
En la colecistitis aguda suele producirse
fiebre, en general moderada,
náuseas, vómitos y dolor en la parte superior derecha del abdomen que no cede después de varias horas y que suele trasladarse a la paletilla (escápula) del lado derecho y hacia el hombro. En la parte superior derecha del abdomen, la tripa se encuentra dura y muy dolorosa a la presión.
Suele haber un aumento de los glóbulos blancos en sangre, lo que indica la presencia de una infección, y, en ocasiones, también de la bilirrubina.
La
colecistitis enfisematosa es una forma más grave de colecistitis debida a la infección de la vesícula por gérmenes más agresivos. Aparece en personas de mayor edad, frecuentemente con diabetes.
La
colecistitis crónica es un daño crónico de la vesícula por la presencia de piedras o por episodios repetidos de colecistitis aguda. Suele no producir síntomas, aunque puede acompañarse de episodios ocasionales de reagudización, que cursan como si fuera una colecistitis agua o puede presentarse de golpe con una complicación (por ejemplo una perforación de la vesícula).
¿Qué complicaciones puede tener una colecistitis?
Las posibles complicaciones de una colecistitis son:
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Empiema. Consiste en la formación de una bolsa de pus en la vesícula. Además de fiebre alta, el paciente tiene una importante afectación del estado general. El riesgo de infección de la sangre y de perforación de la vesícula es muy alto por lo que existe indicación de operar y extirpar la vesícula de forma urgente (colecistectomía).
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Gangrena y perforación. Una gangrena indica la muerte de la vesícula y se acompaña, en muchas ocasiones, de perforación de la misma. La perforación también puede producirse en el transcurso de una colecistitis crónica. La gangrena y la perforación precisan una colecistectomía urgente.
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Fistulización. Consiste en la formación de un trayecto anormal entre la vesícula y otra víscera, generalmente el duodeno, el colon, el estómago, el riñón o la pared abdominal. No suele producir síntomas.
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Vesícula de porcelana. Consiste en la calcificación de la pared de la vesícula que se ve blanca en una radiografía. Dado el mayor riesgo de que aparezca un cáncer de vesícula existe indicación para realizar una colecistectomía (extirpación quirúrgica de la vesícula).
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de una colecistitis aguda se realiza mediante
ecografía, observándose una vesícula dilatada, con una pared más gruesa y, muchas veces, piedras en su interior o taponando la salida hacia el colédoco (cuello de la vesícula). También puede realizarse un
TAC. En el 90% de los casos en la ecografía se observan piedras.
En un 5 o 10% de los casos no se observan piedras y se denomina colecistitis alitiásica (sin piedras). Clínicamente es idéntica a la colecistitis con piedras (litiásica).
¿Cuál es el pronóstico de los afectados?
Tres de cada 4 pacientes con colecistitis aguda responden adecuadamente al
tratamiento con antibióticos. El resto requiere una
intervención quirúrgica, en general por haber desarrollado algún tipo de complicación. De los pacientes que responden satisfactoriamente, una cuarta parte sufrirá un nuevo episodio de colecistitis antes de que pase un año y más de la mitad lo tendrán antes de que pasen 5 años. Por ello, tras un primer episodio de colecistitis se recomienda
extirpar la vesícula a la mayor brevedad posible.
¿Cuál es el tratamiento de la colecistitis?
El tratamiento de la colecistitis puede ser
médico o quirúrgico. En general la mayoría de pacientes responden satisfactoriamente al tratamiento médico:
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Dieta absoluta y colocación de una sonda nasogástrica para que repose el intestino con administración de líquidos por vena.
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Administración de anti-inflamatorios para el dolor.
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Antibióticos.
Cuando aparece alguna complicación suele requerirse
cirugía.
Tras la estabilización con tratamiento médico es necesario extirpar la vesícula para prevenir nuevas complicaciones. Actualmente se recomienda operar de forma temprana mediante una
colecistectomía laparoscópica.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.