Diccionario de enfermedades

Cefalalgias autonómicas del trigémino

Causas de las cefalalgias autonómicas del trigémino
Las cefalalgias autonómicas del trigémino son un grupo de cefaleas de gran intensidad y corta duración asociadas con lagrimeo, congestión nasal (moqueo) e inyección conjuntival  (enrojecimiento de los ojos). A veces se confunden con cefaleas asociadas a sinusitis al acompañarse de moqueo. Deben diferenciarse de las neuralgias del trigémino que no se asocian a alteraciones en los ojos ni a moqueo.

En todos los pacientes se debe descartar un tumor hipofisiario que a veces produce síntomas parecidos.

Las cefalalgias autonómicas se deben a la activación del nervio trigémino, un nervio encargado de dar la sensibilidad a la cara.

Existen los siguientes tipos de cefalalgias autonómicas:

Cefalea en racimos


Es una forma rara de cefalea, más frecuente en varones jóvenes, caracterizada por un intensísimo dolor de aparición brusca que se localiza de forma profunda, generalmente detrás de un ojo, y que dura entre 15 minutos y 3 horas. Característicamente el dolor aparece en brotes (racimos) con episodios de dolor que duran varios días seguidos, en número de uno o dos al día y que suelen aparecer a la misma hora, a veces durante la noche. Generalmente los episodios se prolongan durante 8 a 10 semanas al año. Estos brotes suelen comenzar en primavera o en otoño. Tras un año sin episodios, el dolor vuelve a reaparecer con las mismas características.

La cefalea en racimos se considera crónica cuando no existe ningún periodo de tregua. Durante los episodios, y a diferencia de las jaquecas, el paciente tiende a moverse de un lado para otro, a veces mostrándose agresivo, y apretándose la zona del dolor. Es característica la aparición de lagrimeo, moqueo nasal, enrojecimiento de los ojos, caída de un párpado u otros síntomas. A veces aparecen molestias con la luz pero que afectan a un único ojo.

Su causa es desconocida pero es más frecuente en personas que fuman y que consumen alcohol.

Durante la fase aguda suele haber una buena respuesta al tratamiento administrando oxígeno al 100% mediante una mascarilla. También puede administrarse sumatriptán mediante inyección subcutánea o spray nasal. En personas que no respondan a los tratamientos previos pueden intentarse otros tratamientos como lidocaína, octreotido o ergotamina.

Para prevenir nuevos episodios se han utilizado el verapamilo a dosis altas, los corticoides y la metisergida, todos ellos con cuidado debido a sus efectos adversos. También se ha probado el litio, muchas veces mal tolerado. Si los tratamientos preventivos fallan, puede intentarse la neuroestimulación o la cirugía del nervio trigémino con resultados poco contrastados.



Hemicránea paroxística


La hemicránea paroxística consiste en la aparición de cefaleas unilaterales, muy intensas, generalmente detrás del ojo, parecidas a las que aparecen en la cefalea en racimos y también con lagrimeo, moqueo e irritación de ojos. Se diferencia de la cefalea en racimos porque, en este caso, los ataque suelen ser más breves, de entre 2 y 30 minutos, pero apareciendo muchos a lo largo del día, habitualmente más de cinco.

Se caracteriza por una excelente respuesta a un anti-inflamatorio llamado indometacina. A veces el dolor es debido a una lesión cercana al hipotálamo por lo que estos pacientes deben ser estudiados mediante una RMN cerebral.

SUNCT/SUNA (Cefalea neuralgiforme unilateral de corta duración)


Se trata de un dolor similar a los previos, intenso, unilateral, generalmente detrás de la órbita, que dura entre 5 segundos y varios minutos y que aparece entre 3 y 200 veces a lo largo de un día. Se acompaña de lagrimeo y moqueo en el mismo lado del dolor. Puede ser precipitado por tocarse en algún lugar de la piel de la cara.

Puede aparecer en pacientes con tumores o malformaciones del hipotálamo u otras zonas del cerebro por lo que siempre se debe solicitar una RMN cerebral que descarte la presencia de estas enfermedades.

El tratamiento de los ataques es poco eficaz dada su corta duración. Para prevenirlos se han utilizado diversos medicamentos como lamotrigina, topiramato, gabapentina y, con menos eficacia, carbamazepina. La lidocaína intravenosa puede ser eficaz en el brote agudo.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.