Es muy importante que los niños y adolecentes ingieran alimentos saludables, pero las bebidas también son muy importantes.
Lo que bebe un niño puede repercutir considerablemente sobre la cantidad de calorías ingeridas, así como sobre la cantidad de calcio que contiene su dieta, imprescindible para desarrollar unos huesos fuertes.
Las mejores bebidas saludables para niños y adolescentes
Para niños de todas las edades,
el agua y la leche son las mejores opciones, de modo que lo más conveniente es servírselas a menudo. El agua carece de calorías, no tiene sabor y no es azucarada, ideal para calmar la sed. La leche tiene calcio suficiente para completar las necesidades de calcio diarias.
Las recomendaciones actuales de ingesta diaria de leche, y equivalentes lácteos son:
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Los niños de 2 a 3 años deben tomar dos vasos (480 mililitros) cada día.
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Los niños de 4 a 8 años deben tomar dos vasos y medio (600 mililitros) cada día.
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Los niños de 9 a 18 años deben tomar tres vasos (720 mililitros) cada día.
Cuando un niño toma demasiada cantidad de zumos naturales, bebidas elaboradas con zumo de frutas, bebidas deportivas y refrescos, puede estar reduciendo el consumo de la leche que necesita. Además, las bebidas azucaradas favorecen el exceso de calorías, la obesidad y la caries.
El consumo de zumos en niños
Si a su hijo le gustan los zumos, asegúrese de servirle
zumos de frutas naturales al 100%. Asimismo, siga las siguientes recomendaciones:
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De 6 a 12 meses, no más de 120 mililitros al día, servidos siempre en taza o vaso.
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De 1 a 6 años, un máximo de 120 a 180 mililitros al día.
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De 7 a 18 años, un máximo de 240 a 360 mililitros al día
Los refrescos en niños y adolescentes
Los refrescos son bebidas que
carecen de valor nutritivo y contienen cantidades elevadas de azúcar. Beber refrescos y otras bebidas azucaradas se asocia al desarrollo de obesidad y de caries. Los refrescos de cola y otras bebidas azucaradas
suelen contener cafeína, una sustancia que los niños no necesitan. Si los hábitos de consumo de refrescos se inician desde que el niño es muy pequeño, es muy probable que vaya bebiendo cantidades cada vez mayores a medida que crezca.
A la mayoría de los niños les gustan mucho los refrescos y los piden a menudo. Es mejor
no ofrecerlos a los niños menores de 3 años. Con los niños mayores, ofrecerlos solo de vez en cuando, como algo diferente y asociado a celebraciones o fiestas.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.