El aborto es la interrupción espontánea o provocada de un embarazo menor de 20-22 semanas (contando desde el primer día de la última menstruación normal) o la pérdida de un embrión o un feto con un peso menor de 500 gr., o de cualquier producto de gestación de cualquier peso o edad gestacional absolutamente no viable (huevo no embrionado,
mola hidatidiforme, etc.).
Un aborto
es espontáneo cuando el embarazo termina de forma natural antes de cumplirse la semana 20 del mismo (un embarazo normal dura unas 40 semanas), denominándose parto prematuro cuando el embarazo termina a partir de ese momento. Hasta un 50 por ciento de los embarazos terminan en
abortos espontáneos, aunque la mayoría son tan prematuros que la mujer no llega a tener un periodo sin menstruación y no se entera de que ha tenido un aborto. La
mayoría de los abortos espontáneos se producen
en las 12 primeras semanas de la gestación.
Tipos de abortos
Según el momento en que se produce el aborto se puede dividir en:
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Aborto precoz. Es el que se produce antes de las 12 semanas de gestación.
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Aborto tardío. Es el que tiene lugar con 12 o más semanas de gestación.
Otra forma de clasificarlo es:
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Aborto retenido. Cuando el embrión o feto muere dentro del útero, quedando retenido durante un periodo prolongado de tiempo.
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Aborto incompleto. Cuando no se eliminan todos los productos de la gestación.
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Aborto completo. Cuando se eliminan todos los productos de la gestación.
¿Cuáles son las causas del aborto espontáneo?
Los abortos espontáneos pueden ocurrir por diferentes problemas:
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El feto empieza a crecer pero interrumpe su desarrollo. Normalmente se debe a anomalías genéticas.
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La madre tiene problemas médicos, como una diabetes mal controlada, incompatibilidad de grupo sanguíneo, traumatismos graves, etc.
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El útero materno es anormal.
El
riesgo de aborto espontáneo
aumenta con la edad materna. Algunos estudios demuestran que el riesgo de sufrir un aborto en la década de los 20 años es de entre un 12 por ciento a un 15 por ciento y que aumenta hasta un 25 por ciento a los 40.
Las mujeres que ya han tenido un aborto tienen más probabilidades de abortar una segunda vez, y las que han tenido dos abortos tienen más posibilidades de sufrir un tercero.
Síntomas de este tipo de aborto
Los síntomas más frecuentes son el
sangrado vaginal y el
dolor de abdomen durante el transcurso de un embarazo. Cuando el aborto es inminente, el sangrado y el dolor aumentan y el cuello del útero se dilata.
Ante estos síntomas, cualquier mujer embarazada debe acudir a la urgencia del Hospital. También se debe consultar con el médico si en un embarazo se presenta:
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Fiebre de 38,5° C o mayor.
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Expulsión de algo sólido a través de la vagina.
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Expulsión de un líquido espeso y maloliente a través de la vagina.
¿Cómo se diagnostica?
Para saber si se ha producido un aborto, en algunos casos es suficiente realizar una buena historia y un examen de la pelvis. Cuando la cantidad del sangrado es similar o superior a la de la menstruación es raro que el embarazo pueda seguir su curso.
El diagnóstico de certeza se establece mediante la
ecografía (a ser posible vaginal), que evidencia que el corazón del feto ha dejado de latir. En ocasiones, puede ser necesario realizar unos análisis de sangre para determinar los niveles de las hormonas del embarazo.
¿Puede prevenirse un aborto espontáneo?
En general, los abortos espontáneos no pueden prevenirse y suelen ser debidos a que el embarazo no transcurre con normalidad. Sin embargo, para
disminuir las probabilidades de un aborto se debe:
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Evitar el consumo de tabaco.
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Evitar el consumo de alcohol.
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Evitar el consumo de cafeína.
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Evitar golpearse en el abdomen.
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Llevar una vida sana antes y durante el embarazo y recibir la atención prenatal completa.
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La fiebre, algunas infecciones, la diabetes mellitus mal controlada y la obesidad también pueden poner en riesgo el embarazo por lo que conviene consultar con el médico si existe alguna forma de prevenir estas enfermedades o de mejorar su control.
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Algunas de las pruebas que se realizan durante el embarazo para revisar el estado del feto pueden provocar un aborto espontáneo. De igual forma, algunos medicamentos (con receta o de prescripción libre) u otras pruebas o tratamientos (ej. radiografías) pueden ser dañinos para el feto. Por todo esto siempre se debe consultar con el médico antes de realizar pruebas médicas o de tomar cualquier medicina.
En algunas ocasiones, cuando la causa del aborto es la incompetencia del cuello del útero, el tratamiento quirúrgico para repararla puede ser de ayuda.
Tratamiento de las mujeres que sufren un aborto
Una vez que ha comenzado un aborto espontáneo no se puede detener. El feto y el líquido amniótico deben ser expulsados. En caso de abortos incompletos, el ginecólogo puede:
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Esperar a que salgan por sí solos vía vaginal.
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Administrar medicación para favorecer la expulsión. Puede ser el método de elección en los siguientes casos:
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Si la mujer desea evitar una intervención quirúrgica.
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En mujeres obesas (Índice de masa corporal > 30 kg/m2).
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Ante la existencia de malformaciones uterinas o de miomas que dificulten el tratamiento quirúrgico.
En las primeras semanas del embarazo se considera que el aborto farmacológico es más eficaz que el quirúrgico.
La mayor parte de las mujeres que sufren un aborto incompleto y en las que se procede a un manejo farmacológico, no desarrollan secuelas a largo plazo en su salud general ni reproductiva. Las secuelas psicológicas se presentan en un porcentaje muy pequeño y parecen ser derivadas de condiciones que ya existían con anterioridad. En todas las mujeres que se someten a un aborto farmacológico es importante confirmar que el aborto ha sido completo en la visita de seguimiento.
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Realizar una cirugía para extirpar los restos del embarazo. Existe indicación de tratamiento quirúrgico (legrado evacuador o aspirado) cuando:
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La hemorragia es intensa y persistente.
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Hay inestabilidad hemodinámica, es decir, disminuye la tensión arterial como consecuencia del sangrado.
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Hay evidencia de tejidos retenidos infectados.
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Existe contraindicación para el tratamiento médico.
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Existe sospecha de enfermedad trofoblástica gestacional.
También se debe ofrecer la evacuación quirúrgica a las mujeres que prefieran esta opción ya que el proceso es más corto, se lleva a cabo en un centro sanitario y la tasa de éxito es muy alta. La evacuación quirúrgica del embarazo se realiza bajo anestesia. El procedimiento consiste en dilatar el cuello del útero (con medicación o mediante algún dispositivo) y pasar a su través un instrumento para limpiar las paredes del útero. Suele durar unos 15 minutos aunque la paciente debe permanecer varias horas en la clínica en observación.
La evacuación quirúrgica es más corta, se hace en centro sanitario y la tasa de éxito es muy alta
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¿Qué complicaciones puede tener un aborto espontáneo?
Los abortos que no se tratan con cirugía se asocian a hemorragias más prolongadas e intensas. Entre un 20 y un 40 por ciento llegan a necesitar cirugía para completar el aborto. Sin embargo, el riesgo de infección es menor que cuando el tratamiento es quirúrgico.
Las
complicaciones asociadas al tratamiento quirúrgico del aborto espontáneo son:
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Fallo de la técnica. En caso de fallo de la técnica se debe añadir otro procedimiento adicional para completar el aborto.
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Hemorragia. Es normal que se sangre un poco después de un aborto. En general, el sangrado no suele ser tan intenso como para precisar una transfusión sanguínea.
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Desgarros en el cuello del útero. Para su prevención es fundamental la preparación del cuello del útero antes de la evacuación.
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Perforación del útero. Para su prevención es fundamental la preparación del cuello del útero antes de la evacuación. Ante cualquier dificultad se debe utilizar el apoyo ecográfico.
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Hematometra. Es la acumulación de coágulos de sangre en el útero tras la intervención. Las mujeres suelen sentir presión en la pelvis o en el recto. El tratamiento consiste en su evacuación.
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Infección genital. Se considera que existe un aborto séptico cuando aparece fiebre > 38° en las 72 horas posteriores a un aborto quirúrgico. Se trata extrayendo los restos retenidos y utilizando antibióticos.
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Síndrome de Asherman. Consiste en la formación de adherencias (cicatrices) dentro del útero que pueden dar lugar a la falta de menstruación, abortos espontáneos de repetición e infertilidad. Se trata extirpando el tejido cicatricial mediante histeroscopia y colocando algún dispositivo dentro del útero (barreras mecánicas o de gel) para mantener abierta la cavidad uterina mientras sana, para prevenir la formación de nuevas adherencias.
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Mortalidad. La mortalidad materna del aborto tratado en centros sanitarios de países desarrollados es muy escasa, aunque aumenta con la edad materna y lo invasivo del procedimiento. El riesgo de que una mujer muera al dar a luz es por lo menos 10 veces mayor que el riesgo de morir en el transcurso de un aborto en etapa inicial.
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Repercusión psicológica. Es normal que exista un sentimiento de tristeza después de un aborto espontáneo, sin embargo algunas mujeres sufren una depresión. Estos hallazgos no tienen por qué tener una relación causal con el aborto y solo suelen reflejar una situación ya existente. En estos casos es conveniente recibir consejo psicológico.
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Otras. El aborto puede asociarse a un pequeño aumento del riesgo de aborto o parto pretérmino posterior.
¿Se debe seguir algún cuidado especial después de sufrirlo?
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Después de un aborto espontáneo no se deben mantener relaciones sexuales ni introducir nada en la vagina en 2 semanas.
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Inmediatamente después de un aborto espontáneo se puede comenzar a usar anticonceptivos.
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Todas las embarazadas Rh negativas con pareja Rh positiva que no estén sensibilizadas y hayan tenido un aborto espontáneo, completo o incompleto, por métodos farmacológicos o quirúrgicos, deben recibir profilaxis para prevenir la formación de anticuerpos que puedan dañar al bebé en embarazos posteriores.
¿Se puede tener un embarazo normal después de sufrir un aborto espontáneo?
Probablemente sí. Hasta
un 85 por ciento de las mujeres que sufren abortos espontáneos tienen después embarazos normales. Sin embargo, las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo tienen más probabilidades de que se repita que las mujeres que nunca lo han sufrido.
En el caso de sufrir 3 o más abortos espontáneos, lo que se denomina
aborto espontaneo recurrente, puede ser necesario realizar diversas pruebas para buscar el motivo.
¿Cuándo se puede volver a buscar un embarazo?
Algunos médicos recomiendan esperar un tiempo
(entre 1 y 3 meses) antes de buscar otro embarazo. También pueden recomendar tratamiento con progesterona, una hormona que favorece la implantación del embrión en el útero, para prevenir otro aborto.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.