Si los ciudadanos hemos podido observar algo, atónitos, durante la pandemia, han sido las continuas peleas y desencuentros entre nuestros políticos, tanto del mismo signo como de siglas diferentes. Han llegado hasta el punto de no ponerse de acuerdo en la
gestión de la pandemia y han conseguido que los ciudadanos percibamos a la clase política como un grave problema añadido a la difícil situación.
Según las
encuestas del CIS, la política va escalando puestos en la preocupación de los atribulados españoles, que ya tenemos que lidiar con la pandemia y con la profunda crisis económica que conlleva.
Los dirigentes deberían caer en la cuenta de lo mal que han gestionado la pandemia y que la sociedad, en general, desaprueba su gestión sin distinción de partidos o gobiernos. Nuestra Sanidad, esa de la que estábamos tan orgullosos y de la que presumíamos porque ocupaba puestos destacados en
rankings internacionales de eficiencia, ha vivido su año más heroico y, a la vez, más duro y negro.
"Muchos compañeros han dado su vida. No hemos mirado el reloj. Y aunque a muchos no les guste esa palabra y hayan trabajado por sus pacientes como lo han hecho siempre, los compañeros han sido verdaderos héroes"
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Partíamos de una gran eficiencia -es decir, que con menos inversión se consiguen los objetivos- y se mantenía en pie gracias al esfuerzo del 200% de los profesionales, a pesar de multitud de recortes acumulados durante años. También a pesar de que los sanitarios hemos tenido que trabajar en un clima de pésima gestión, incluso sin las
medidas de protección básicas y necesarias para hacer frente a una pandemia de tal magnitud. Muchos compañeros han dado su vida. No hemos mirado el reloj. Y aunque a muchos no les guste esa palabra y hayan trabajado por sus pacientes como lo han hecho siempre, los compañeros han sido verdaderos héroes.
Pero también ha sido un año oscuro porque las deficiencias del sistema, la falta de recursos y la escasez de profesionales han dado lugar a la dificultad de acceso a la Sanidad, incluso al primer nivel asistencial. Las listas de espera han aumentado, la capacidad de camas UCI y hospitalarias se ha sobrepasado con creces, todos los médicos de un hospital han tenido que reorganizarse y atender pacientes COVID…
El resultado de esto es que los
seguros privados de salud crecen, porque una parte -cada vez mayor- de la ciudadanía percibe que la Sanidad pública ya no es suficiente.
Sobreexplotación laboral en sanidad
Las organizaciones profesionales llevamos años denunciando que la sobreexplotación de los profesionales, obligarse a ver pacientes cada 3 o 5 minutos, la falta de camas hospitalarias y de UCI… estaba lastrando la calidad de la asistencia que prestamos a los enfermos. Años de denuncias del déficit de médicos. Ante ello, la respuesta siempre, que “
no hay médicos para contratar”, aunque la respuesta -más bien- es que no se quería que hubiera médicos para contratar, ya que no se tomaba ninguna medida para cambiar la situación.
La situación ha alcanzado un punto en el que cada vez que se articula un plan para reforzar la Sanidad pública, se hace -mayoritariamente- en otras categorías, que también son necesarias. Sin embargo, la contratación de médicos es anecdótica o brillan por su ausencia y volvemos al mantra de que “no hay médicos”.
Este fenómeno se prolonga en el tiempo y desemboca en el descenso de la proporción de médicos con respecto a las demás categorías.
Podemos continuar en este camino y pensar que los hospitales y centros de salud se pueden mantener sin facultativos, que son los únicos que pueden diagnosticar e indicar tratamientos. En ese caso, ustedes, señores políticos, deben ser sinceros y reconocer que
están desmantelando la Sanidad que conocemos y que nos encaminan a la Sanidad de beneficencia que ya existe en otros países.
La sanidad en las elecciones
Lo cierto es que las
próximas elecciones van a estar marcadas, sin duda, por la gestión de la pandemia, y por la capacidad que tengan los gobiernos y políticos de dar soluciones a los problemas reales de los ciudadanos. Una pandemia nos ha enseñado que la Sanidad es una de las principales preocupaciones de cualquier sociedad, con los problemas reales de acceso a la Atención Primaria y a los hospitales, y que dicho acceso es el eje de la igualdad social.
Podemos seguir en esta senda y que los españoles tengamos que tener un
seguro privado de salud porque la Sanidad pública se ha destruido -no porque el modelo no pueda funcionar, sino por culpa de la mala política- y no puede absorber el número de enfermos.
O bien ustedes, señores políticos, pueden dejar de creer que son sus luchas y peleas van a resolver algo y, por fin, entiendan que su responsabilidad es trabajar juntos, codo con codo, creando y aportando soluciones. Soluciones que pasan por
crear plazas para los médicos que nos hacen falta. No pedimos más, exigimos lo mínimo. Hoy por hoy, estamos a años luz de las cifras europeas en cuanto a inversión y recursos.
"Gobiernos y políticos, tienen una oportunidad de oro para garantizar a la población lo que necesita: inversión en Sanidad y, sobre todo, plazas, plazas y plazas de médicos"
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Ustedes, gobiernos y políticos, tienen una oportunidad de oro para garantizar a la población lo que necesita: inversión en Sanidad y, sobre todo, plazas, plazas y plazas de médicos. Porque solo ofreciendo estabilidad laboral conseguiremos que nuestros médicos no tengan que emigrar a otros países donde se les valora y se los rifan porque su formación es excelente.
Esos médicos que no han mirado el reloj y han puesto todas sus energías para salvar vidas.
La actitud de la clase política no ha podido ser más cicatera, negándoles el pan y la sal, culpándoles de
contagiarse de COVID fuera de su entorno laboral para no asumir su culpa de haberlos abocado a luchar sin armas contra una pandemia, rechazándoles las horas extra para no tener que compensarles el esfuerzo.
Señores políticos, en sus manos está dejar dejen de ser un problema más para los españoles o que pasen ustedes a ser parte de la solución. Las urnas serán el reflejo de las decisiones que hayan tomado.