Nuestra Sanidad está enferma.
Enferma de recortes y de bajos presupuestos .Sus síntomas son muy claros: listas de espera que aumentan mes a mes, profesionales agotados, centros colapsados...
Mas, como todo enfermo, nuestra Sanidad necesita su tratamiento y revisiones. O acabaremos por perderla, enmedio de un
caos de colapsos, masificaciones y listas de espera .
Dicen que la Sanidad no es sostenible y que tenemos que hacerla sostenibles. Sin embargo, cuando comparamos el presupuesto que invierte nuestro país con el presupuesto que destina el resto de países de nuestro entorno,
comprobamos, mas bien, que no es que no sea sostenible, sino que lo que ocurre es que no se quiere invertir en ella. Todo lo contrario: se le castiga con los presupuestos más bajos de la historia, que ya se sitúan por debajo del 6 por ciento del PIB.
Recientemente, hemos vivido intentos de privatización de centros sanitarios públicos e, incluso, experimentos de
fundaciones que no han llegado a cuajar.
Curiosamente, la comunidad que tiene más Sanidad privada es Cataluña, con un 69 por ciento de los hospitales y un 53 por ciento de las
camas de titularidad y gestión privada. Cataluña es, también, una de las comunidades autónomas más endeudadas. Los conciertos privados y los pacientes asegurados con pólizas de salud crecen, año tras año, ante unas listas de espera kilométricas que desesperan al más paciente, sin que esto parezca que suponga un
alivio para las arcas públicas.
¿Sanidad gratuita y universal? Sí, claro que sí, pero... ¿con los mismos medios que antes? Imposible. Si
aumenta la población que cubrimos y no incrementamos el presupuesto que destinamos, en realidad, lo único que hacemos es repartir lo mismo entre más o dar menos a cada uno.
"Escuchen a los profesionales, es la hora de que la Sanidad sea una prioridad"
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Alguien dijo una vez que “el problema es que el sistema no es sostenible“. Pero otros países de la Unión Europea, como Alemania, han conseguido ser sostenibles invirtiendo mucho más que nosotros en Sanidad. ¿Podemos compararnos con ellos? Sí, p
orque aquí el debate no se encuentra en el PIB de cada país, sino en el tanto por ciento del PIB que se destina al presupuesto sanitario.
Quizá no nos encontremos ante un problema de sostenibilidad, sino frente a una cuestión de prioridades.
Es curioso que, durante los años de dura crisis económica, la mayor parte de los recortes en financiación se han focalizado en los pilares del Estado del Bienestar: Educación y Sanidad.
Estoy segura de que si
consultamos a los ciudadanos (yo entre ellos), nunca habríamos permitido rec
ortes tan graves en estos ministerios.
Así que, una vez aclarado que el Sistema Nacional de Salud es sostenible y que, además, financiarlo como es debido
es un tema de prioridades de gestión... ¿Por qué nuestros políticos se empeñan en mantener una Sanidad enferma, con colapsos, masificaciones, listas de espera inadmisibles, infrafinanciación y profesionales agotados?
Si se busca incrementar los beneficios de los centros privados, solo podemos decir que se esta consiguiendo. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid, donde los intentos de privatización han sido, quizá, más feroces y menos sutiles, puede mostrar el auge de
hospitales privados colindantes a hospitales públicos. Los pacientes aumentan en los centros privados mientras que el presupuesto de los públicos va decayendo, sin justificación.
Si las autoridades sanitarias, simplemente, han abandonado la Sanidad pública... ¿no es hora de que sean conscientes de la situación real, de la saturación, de esas listas de espera (hasta 7 días para que un paciente suba a planta desde
Urgencias en un hospital tan emblemático como el Hospital Vall´de Hebron), de esos profesionales agotados a los que han recortado derechos laborales y retributivos y que, en muchas ocasiones, acaban siendo víctimas de un burn out debido a la
mala situación laboral que viven?
Señores políticos: sepan que siempre nos tendrán enfrente, luchando por una Sanidad pública de calidad.
Escuchen a los profesionales, es hora de que la Sanidad sea una prioridad. Miren a sus ciudadanos y ofrezcan soluciones. Antes de que sea demasiado tarde.