De un tiempo a esta parte, el
negacionismo médico va ganando adeptos, entendiendo este concepto como la creciente corriente que defiende que los médicos no son necesarios y que son un
colectivo fácilmente sustituible por otras categorías profesionales.
Esto no es algo que haya surgido de repente, sino que se ha ido instaurando de forma insidiosa pero constante en los últimos años en la sociedad.
Primero, apareció la idea de los
partos sin médico, incluso en domicilio. En este sentido, la mortalidad infantil es uno de los índices que mide el desarrollo de un país y si de algo podemos estar orgullosos en nuestra sociedad es de que nuestra mortalidad infantil haya pasado de 204 menores por cada 1000 nacidos en 1900 a los 2,89 niños por cada 1000 nacidos en la actualidad.
La disminución de este indicador, que debería ser motivo de vanagloria para nosotros, es cuestionado a día de hoy. La
mortalidad infantil se produce por complicaciones en el parto y por infecciones de los infantes cuando tienen una cobertura sanitaria deficiente o directamente inexistente.
Tanto en el embarazo como en el parto intervienen los médicos, tanto los ginecólogos como los pediatras, especialistas fundamentales en la gestación, el parto y el seguimiento posterior del bebé.
A día de hoy, sin embargo, proliferan colectivos que fomentan el
parto domiciliario o el alumbramiento en centros sanitarios sin médicos. Es más, se alude al concepto de “violencia obstétrica” para señalar al médico, aunque en el parto intervengan más profesionales. Y todo esto se hace carente de toda argumentación científica, estadísticas, bibliografía o cualquier tipo de evidencia.
SVAE y especialidades en 'peligro de extinción'
Han aparecido, además, los SVAE (Soporte Vital Avanzado Enfermero) en algunas comunidades autónomas ya muy instaurados, en implantación en otras regiones.
Ambulancias de emergencia sin médico, con el médico al teléfono para dar instrucciones. Auscultar, explorar, tocar un abdomen, etc. ya no parece necesario y no se les ve la importancia a técnicas como coger una vía central o descomprimir un neumotórax en un paciente crítico. Tener médicos parece un gasto innecesario para algunas administraciones y si algún paciente se complica y requiere de los conocimientos, la formación y las competencias que solo puede tener un médico, pues parece no importar.
La profesión médica, sí con estadísticas y ciencia en la mano, ofrecemos evidencias de que este no es el camino hacia una mejor asistencia sanitaria.
Si hablamos de especialidades concretas, como la
Medicina Física Rehabilitación, parece que hablamos de una especie de médico a extinguir. La Administración no los considera necesarios, incluso se les señala de ser una traba en el acceso a la asistencia.
Otro caso que abordar es el de la especialidad de
Anestesia y Reanimación, cuyo aprendizaje requiere de 6 años de carrera universitaria y 4 años de Formación Sanitaria Especializada. Pero en nuestro país, hay universidades que ofrecen un máster para capacitar como anestesistas a profesionales que no son médicos. Aunque la ley no lo permita, resulta más económico para la Administración disponer de más quirófanos controlados por otras categorías profesionales en ellos sin pensar en la seguridad clínica ni en las garantías para los pacientes. El anestesista no solo administra los fármacos para poder hacer una intervención, sino que se encarga de mantener al paciente vivo y responder a las complicaciones que puedan surgir durante la cirugía. Una vez más, las estadísticas y la ciencia se oponen a este fenómeno creciente de pseudo anestesistas.
¿De qué estadísticas y ciencia hablamos? De las que miden los parámetros de morbimortalidad, es decir, de qué manera conseguimos que los pacientes no se compliquen o se compliquen en menor medida, tengan menos secuelas y, sobre todo, no mueran en el proceso de su enfermedad.
Negacionismo médico
Como decía al principio, el negacionismo médico es un hecho y el continuo intento de invadir las competencias del médico, auspiciados por la Administración y otras instituciones, es un fenómeno creciente.
Abordando el aspecto de la jerarquización, en la mayoría de trabajos existe una
cadena de mando que hace que todo funcione y no sea un caos. En Sanidad, la jerarquización se diluye cada vez más. Un jefe de servicio hospitalario solo tiene a su cargo a los facultativos y el resto de personal depende de otra figura. En Atención Primaria ocurre lo mismo. Esto, que parece algo baladí, complica las relaciones entre los distintos estamentos profesionales, ya que la cadena de mando como tal no existe, sino que convergen dos cadenas paralelas que no se llegan a unir y que no siempre coinciden.
Actualmente, los empleados públicos estamos divididos en distintos grupos profesionales. Los A1 que somos los profesionales que antes éramos licenciados y los A2 que antes eran los diplomados universitarios. Ahora,
todos somos graduados, porque todos cursamos ya una carrera de Grado, aunque de distinta duración.
¿Por qué A1 plus para médicos?
Por tanto, parece lógico que todos los grados sanitarios pertenezcan al grupo A1. Pero la diferencia radica en que, frente a los demás grados de 240 créditos y 4 años de formación,
al médico se le exigen 360 créditos.
De hecho, en el
Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (MECES), al médico le corresponde el nivel MECES3, frente a otros profesionales que les corresponde el nivel MECES2. En el caso del médico es obligatorio, mientras que en los demás casos es opcional. Al médico se le exige una Formación Sanitaria Especializada de 4 o 5 años, mientras que, para las demás profesionales, la especialización no es obligatoria. El nivel de responsabilidad que asume el médico en el proceso clínico tampoco es el mismo que el que asume cualquier otra categoría.
"El colectivo médico dice NO al intrusismo profesional, NO a la invasión de competencias. Los médicos decimos SÍ a los equipos sanitarios porque TODOS son necesarios. Decimos NO a abaratar costes prescindiendo de los médicos y decimos SÍ al A1 para todos aquellos grados sanitarios que tengan 240 créditos en su formación universitaria, del mismo modo que justificamos y pedimos un SÍ al A1+ para todos los grados sanitarios de 360 créditos obligatorios".
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Por tanto, por todo lo que se exige al médico y por toda la responsabilidad que asume en su trabajo, el colectivo dice NO al intrusismo profesional, NO a la invasión de competencias. Los médicos decimos SÍ a los equipos sanitarios porque TODOS son necesarios. Decimos NO a abaratar costes prescindiendo de los médicos y decimos SÍ al A1 para todos aquellos grados sanitarios que tengan 240 créditos en su formación universitaria, del mismo modo que justificamos y pedimos un SÍ al A1+ para todos los grados sanitarios de 360 créditos obligatorios, obligación de Formación Sanitaria Especializada y máxima responsabilidad.
Y si esto no es así, ministra de Sanidad, Dra. Mónica García, compañera de profesión que todavía no ha recibido a los Sindicatos Médicos para conocer nuestra postura, no dudes de que
los médicos sacaremos nuestras blancas batas para inundar las calles de España y el conflicto no cesará hasta conseguir nuestras justas reivindicaciones.