Entre 2007 y 2014, coincidiendo con los peores años de la crisis económica que ha asolado a España, 47 cirujanos vivieron una racha de opulencia a cambio de ceder su honestidad profesional e incluso su humanidad. Según publica este martes El Mundo, estos facultativos habrían colocado 5.968 prótesis fabricadas por la empresa Traiber a cambio de dinero. No todas ellas estaban en óptimas condiciones, cuestión de la que los presuntos sobornados eran conscientes, por lo que causaban en los pacientes dolores y roturas.
Según reza el auto que tiene en su poder el citado medio, que señala con nombre y apellidos a los médicos implicados, Luis Márquez Álvarez, dueño de Traiber, pagaba viajes y comisiones a los que intervenían a sus pacientes con las prótesis que él fabricaba. “Se interesa siempre y cuando le demos precios y colaboración como mínimo del 20 por ciento. Quedo con él para darle precios... trabaja con Sanitas, Aresa, Vitalicio, M. Gral de Cataluña... Tiene volumen importante”, cita la documentación de este empresario en referencia a uno de sus posibles asalariados.
Viajes a Cabo Verde, República Dominicana, Egipto o Cuba, o comisiones de 1.000, 2.500 y hasta 5.000 euros por intervención resumen uno de los escándalos más vergonzosos de la sanidad española. Todo ello con una empresa que facturaba hasta 12 millones anuales y que hoy está cerrada, después de que Marta Ódena, que era su responsable técnico, alertara en mayo de 2014 a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) de las negligencias que se estaban llevando a cabo.